Que los escoja Donato

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Ignoro su regaño y me trevo a acusar a Ramira. – Es ella quién quiere hacerme daño y quién intentó matarme. -declaré. Liam se queda viéndome mientras frunce el ceño, es incapaz de decir algo. Estuve en su habitación, ella tenía una servilleta de la cafetería de Zack y un encendedor bajo su cama... además creí verla en su casa anoche. -dije con la vista hacia la nada. Liam empieza a llorar como niño. ¿por Dios Lucia, te estás escuchando!? ¡Esto es insólito! ¡Dios...! -Liam se sienta en la orilla de la cama-. -Lucia... tengo miedo de que el embarazo esté causando algo en ti, no creo que estés pensando con claridad. -dijo seriamente. Yo lo fulmino con la mirada. - ¿acaso crees que estoy loca igual que ella? -pregunté llorando. Liam intenta arreglar las cosas. -Lucia, tal vez te estás confundiendo de persona, no lo sé, Ramira está encerrada en un calabozo del cual no puede ni podrá salir. ¡Es absurdo! Ella no te ha hecho nada... quién está bajo investigación es el amigo de Donato, están empezando a rumorar que él lo hizo por celos. -yo me quedo pasmada-. Liam vuelve a hablar. -Sabes que el señor Donato es de ambos bandos, ¿verdad? -pegunta. -yo me quedo viéndolo-.

Él se acerca a mí y me acoge en sus brazos. -tengo miedo de que te pase lo mismo que a Ramira, deja de pensar de esa manera, ella jamás podrá hacerte daño mientras yo esté aquí, lo prometo. -dijo. Y como toda mujer, solo pude escuchar: ''no quiero que te pase lo mismo que a Ramira''. Yo me aparto de él y llorando pregunto. - ¿acaso piensas que estoy quedando loca? -grité histérica.

-Lucia, cálmate, ¡por favor! -dijo. Yo lo miro enfurecida. -Cállate, cállate, ¡cállate! No quiero escucharte más, tú no estuviste en su casa... ella supo que yo estaba allá, tú... -Liam me abrazó. -no quiero escucharte hablar más sobre eso, a penas en tres semanas es nuestra fiesta de compromiso... no quiero que sigas pensando en ello, no quiero que el bebé afecte tu cordura... no quiero que mi pasado; por no decir Ramira, te persiga. Ya el tipo amiguito de Donato, no podrá molestarte, y lo que sea que crees que hayas visto en Viena, se quedó en Viena, ella de ninguna manera viajará hasta aquí para molestarte, está vigilada completamente, sé que Dereck... su enfermero inmediato; se encargará de eso. -terminó de decir.

Me acojo en sus brazos sintiéndome totalmente agobiada, no soy capaz de hablarle del papel con el viaje hasta Viena, mucho menos de las fotos que he recibido de Archer y yo.

Liam me atrapa toda la mañana y no me suelta jamás, se queda llorando junto conmigo y permanece mi vientre y lo escucho absorber sus mocos, intenta no llorar, pero es inevitable, nada de esto es fácil para ninguno de los dos.

Ambos persistimos sobre las sabanas blancas del cómodo colchón que extingue nuestras ganas de querernos alejar. Liam no pretende soltarme, pero existen cosas llamadas compromiso, y mi trabajo en medio de todo, además, debo culminar con las cosas para mi fiesta de compromisos. Quedé con Donato en que él haría mi vestido de compromiso, por la razón de que ya elegí mi vestido en aquella tienda.

Al llegar al mediodía, salí a comprar algo de comer con Liam, me despedí y me dirigí hacia mi trabajo. El señor Donato me recibió con cara de preocupación preguntando por los días que estuve ausente sin decir nada, intento no decir nada frente a la figura emblemática de Archer estando presente en la sala. Archer toma un sorbo de vodka y prepara sus oídos para escuchar lo que parecía ser ante él una noticia. Yo sigo sin decir nada y brevemente me disculpo mientras busco a Archer con la mirada, pero no lo consigo... siento que él es la única persona a la que podría contarle estas cosas, porque después de todo... es el padre de mi bebé.

Evado a Donato y me marcho hacia mi oficina, él me persigue al darse cuenta de que no quería abrir la boca frente a aquel hombre apuesto y totalmente sensible, cubierto con un poco de altanería y de vez en cuando arrogante. Donato se hace notar en la sala al entrar desfilando con unos cuantos bocetos. -mira Lucía, trabajé muchísimo tiempo en esto, personalmente yo. -dijo. Yo extiendo las manos y al tomarlos me acomodo en un sofá para poder verlos uno por uno. Archer entra a mi oficina, pero antes de que diga algo es interrumpido por una llamada de su abogado que lo hace marcharse, no sin antes despedirse de Donato e ignorando por completo mi existencia.

Tragué en seco intentando evadir tanta indiferencia, terminé de ver los bocetos y sin ánimos elegí el que más me pareció, y pese a que la mayoría de los vestidos se parecen a mí, no estoy dispuesta a elegir ninguno. -Donato me rebata los bocetos y saca uno él mismo-. -Este es muy bonito y tiene elásticos, no importará cuanto crezca tu panza, es perfecto. -dijo. Yo accedí y de pronto Donato sale por la puerta dejándome a solas con mis pensamientos. Reviso mi correo y encuentro un mensaje de Isabella, diciendo que la semana entrante es la última que tenemos para terminar de elegir los músicos, puesto que solo faltaría una semana para la boda.

Al terminar el trabajo salgo en el auto y me dirijo hacia la casa, voy conduciendo por el camino mientras me inunda el hambre y la fatiga, mis pies hinchados ya no aguantan, mi cabeza se siente como si fuera a explotar, me detengo en el semáforo y accedo a continuar al ponerse en verde. De pronto veo un carro seguirme, yo sigo normal, trato de convencerme de que es solo paranoia, pero este continúa acercándose, me hace doblar por un camino desconocido para poder perderlo, pero este logra encontrarme y acercarse cada vez más.

Consigo encontrar una intersección y doblo a mano derecha por una calle sin asfalto. Miro hacia atrás y minutos después de poner la vista en el volante, sentí a alguien chocarme por detrás, lo Ultimo que recuerdo es haber sentido el carro dar vueltas por la carretera y poco a poco cerrarse mis ojos.

FIN DEL CAPÍTULO.

La traición (Wattys 2023).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora