Tiempo al tiempo.

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- Liam... no me puedes hacer esto. -suspiré-. - Estamos hablando de 6823.31 kilómetros. De distancia. - volví a decir.

- Lucía... Estoy llevando dos vidas, y en serio esto es muy difícil para mí. - dijo y me miró esperando una respuesta.

- Y para mí no? Me estás diciendo que vas a mudarte, qué pasará con nosotros entonces?

- Haremos que funcione, lo prometo. -se detuvo a pensar por un momento-. No tenía idea de que pudiera decirme. - O... múdate conmigo Lucía, ya no tienes trabajo, puedes ir y volver para que no te quedes ilegal allá. - me ofreció.

- Imposible... tengo todo acá en Estados Unidos, mi familia, amigos, todo. - le dije.

El se quedó mirándome. - Entonces ya sabes lo que siento yo. - dijo.

- Pero me tienes a mí. - le dije.

- Y tú me tendrás allá.

Lo miré, enserio que cínico. - Liam... tú solo respiras Ramira, crees que sea grande la diferencia yo estando allá o aquí? Estás pidiéndome algo imposible. - le dije.

- Lucía, no es que respire Ramira, hace tiempo yo te expliqué la situación, solamente pido de tu comprensión y tu tiempo, sé que es difícil para ti también, pero estoy a ley de tres meses para terminar el tratamiento y yo te prometo que estaré completamente para ti, tú eres mi novia... ayúdame por favor. - me pidió.

- Alguna vez has pensado en discutir alguna cosa conmigo? Diablos, digo... lo primero que hiciste fue irte sin decirme nada... en serio no te imaginas lo mal que la pasé. Regresaste a Viena, ya conseguiste trabajo y ahora dices que te vas a mudar. En qué momento de nuestra relación consultaste alguna cosa conmigo? Cómo es que pides comprensión...? Te vas alegando que ella te necesita, pero... y yo? Sabes si te necesito? Esto no es justo Liam, haces un millón de cosas sin avisar y luego solamente esperando que acepte, pero si no lo hago, dime? Tú que harás si no acepto que te vayas? - pregunté llorando.

Liam también comenzó a llorar. Secó sus lágrimas, pero sus ojos se tornaban rojos y se le hizo un nudo en la garganta que le impidió hablar. Él se dio vuelta y respiró unas cuantas veces antes de voltear a verme. - No me hagas esto Lucía, por favor. - me dijo.

Yo lo miré y alcé mis cejas. - Tú eres quién está haciendo todo aquí. -limpié mis lágrimas también-. -Dime... y si no acepto que te vayas. - le dije.

- Yo ya tomé una decisión. - me dijo.

- Y fue mudarte....

- Sí.

- La pregunta es... si yo no quiero que te vayas, demonios Liam, mándale dinero a su familia, que la entren desde ahora en el hospital psiquiátrico, dile que tú no puedes... vas a enloquecer por culpa de ella -lo miré a los ojos-. - dile que tú no quieres. - le dije.

- La pregunta es...? - me miró a los ojos.

- Si no acepto que te vayas e igual te vas... qué pasará con nosotros? - pregunté con firmeza.

Liam me miró decepcionado... el tal vez espera que yo entienda, pero es demasiado para mí también. - Qué crees que suceda? Tú eres quien tiene la última palabra. - me dijo.

- Te irás aunque yo no quiera... y si vuelve y le pasa algo, igual te irás y lo harás un millón de veces por encima de mí. - dije con decepción.

Él se acercó a mí y tomó mis manos, parecía un poco devastado. - Lucía, las cosas no son así.

Solté mis manos de las suyas. - Creo que... - No lo digas, por favor. - Liam me interrumpió de inmediato.

Se puso de rodillas y volvió a tomar mis manos. - Lucía, no lo digas por favor. - dijo mientras lloraba.

Me desmoroné, sacudí mis mocos y honestamente no sabía que decir... estaba tan enojada en ese momento que cualquier cosa podría escaparse de mis labios sin ningún remordimiento. - Esto no funcionará. - le dije.

Liam permaneció de rodillas. - Lucía, tú me has apoyado tanto... por favor, no te rindas ahora, no... por favor - se levantó y forzó sus labios para dibujar una sonrisa-. - Tú más que nadie me has entendido, y aunque no estás de acuerdo con esto, has estado para mí, créeme cuando te digo que eres lo mejor que me ha pasado y no quiero perderte, pero esto es muy difícil para mí. - me explicó.

- Es mucho pedir que te quedes? - pregunté.

- Es demasiado pedir, sé por favor un poco más comprensiva.

- Qué diablos pasará si ella recae otra vez? - grité.

- Si mejora ahora, sus padres la mantendrán bien... de lo contrario será internada, pero... estoy haciendo esto porque ella merece una oportunidad antes de entrar ahí. - me dijo.

- No puedo darte tres meses, no merezco esto. - le dije.

- Entonces... qué vas a hacer? - me preguntó.

Lo pensé por varios minutos, la verdad no tenía idea... y no me estaba dando cuenta hasta el punto al que estaba llevando esta situación, yo era quién temía que Liam me dejara y ahora yo misma estoy apunto de terminar con esto. - Lucía, dime algo... - Liam interrumpió mis pensamientos.

- Esto es muy duro para los dos... Ramira, tu familia... tu nuevo trabajo en Viena, es más que evidente que te quieres quedar allá y aunque me tengas aquí, no soy más que otro gasto por un boleto de avión. -No es así. -me interrumpió Liam-. Su cara se sumergía en lo intenso del color rojo. - Dijiste que te mudarías por el tema del dinero, si yo sigo aquí y tú viniendo a verme... sería lo mismo, no? Y si dejas de venir... en qué quedará lo nuestro? - pregunté.

- Solo serán tres meses, te llamaré. - me dijo.

- Y vas a mudarte... - le dije.

- Sí, pero... después de que deje de pagar el tratamiento, vendré a verte. - me dijo.

- Te estás escuchando? - pregunté.

Él me miró lleno de tristeza. - Sea lo que sea que decidas, no termines conmigo por favor, déjame demostrarte que sí se puede, yo pondré todo de mi parte... en serio estoy poniendo todas mis fuerzas en esto Lucía. - me dijo.

Respiré profundo antes de tomar una decisión. - Quiero que nos demos un tiempo. - le dije.

Él negó con la cabeza. - No, tú y yo sabemos a donde llega esto. - me dijo.

- Te prometo que será lo mejor, tú concéntrate en arreglar tus cosas en estos tres meses, yo seguiré aquí, esta vez sin esperarte... sin llamarte o extrañarte, te juro que no quiero que terminemos, pero por ahora esto será lo mejor - le dije.

- Estás pidiéndome tiempo? -respiró profundo-. - En serio creí que ibas a entenderme.

- Qué diablos pretendes que haga? A ver...

- Nada... sabes qué? Tomate todo el tiempo que quieras... si gustas, que sean más de tres meses.

- Qué estás diciéndome? - pregunté.

- No quiero decir nada de lo que me arrepienta, hablaremos otro día. - respondió y caminó a la habitación.

Salió con su maleta y se paró en frente de mí, luego abrió la puerta para irse.

Tomé su brazo con fuerza y nos miramos fijamente en cuánto él volteó. - Qué estás haciendo? - pregunté mientras lloraba.

- Nos estoy dando nuestro tiempo. - me dijo.

- Estás rompiendo conmigo? - pregunté.

- Yo no quiero eso. - me dijo.

- Entonces...?

- Nos damos un tiempo, no? Sin esperarme, llamarme o extrañarme... tú lo has dicho. - dijo y salió de la casa.

Yo estaba triste... fue una conversación muy extraña la que tuvimos, Liam acaba de salir por esa puerta y por mi bocota... ahora no sé si algún día ha de regresar.

Cerré la puerta y limpié mis lágrimas. Estaba echa pedazos, pero eso no fue nada... lo grande es lo que estoy apunto de hacer sintiéndome tentada por el despecho.

Tomé mi teléfono y marqué un número. No estaba segura de lo que estaba haciendo, pero sabía con certeza que no estaba bien. Esperaba a que no contestara el teléfono, eran las tres cuarto de la madrugada, tal vez si no hubiese contestado no sentiría tanta culpa como ahora, sin embargo... escuchar su voz me hizo desear hablar.

- Vaya... qué sucede? - preguntó.

Aguanté las lágrimas y finalmente logré hablar. - Quiero salir de aquí. - le dije. Él escuchó mi voz cargada.

- Dame un momento... voy para allá. - respondió Archer antes de colgar.

Fin del capítulo.



La traición (Wattys 2023).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora