- No yo... te juro por Dios que no me he acostado con ella, Lucía, ella está enferma, yo no podría aprovecharme de eso. - dijo.- De acuerdo. - respondí.
- Te diré esto, que quede entre nos... ni siquiera sus padres lo saben, pero... van internar a Ramira en el hospital psiquiátrico, tú ya viste lo que hizo al teléfono, ella... no está respondiendo al tratamiento, dentro de 15 días la vendrán a buscar, luego yo me planificaré para regresar a casa, contigo. - me dijo.
- Y si mejora, te quedarás?
- Es posible.
Sus palabras me partieron el alma. - Ella siempre estará primero que yo, sabes qué... si quiera te molestes en venir, no quiero nada más contigo. - dije.
- Lucía, no me digas eso... por favor. - le escuché sollozar.
- Tú eres quién lo estás haciendo. - dije antes de colgar.
Lucía estúpida... qué esperabas!? Liam nunca ha sido completamente tuyo, siempre le pertenecerá una parte a ella... qué me hace pensar que aún en cinco años si esa mujer sigue apareciendo, Liam no se irá tras ella? Debo darle el gusto a Ramira y dejárselo solo para ella, ha luchado más que yo por todo esto. -hablaba en tercera persona mientras secaba mis lágrimas-.
Me había sentado en el suelo cabeza abajo cuando una mano me toqueteó. - Vamos... levántate de ahí. - dijo.
Levanté la cabeza. - Tardaste mucho.
- Qué dije sobre contestar llamadas? - dijo.
Fruncí el ceño. - Cómo sabes?
Archer me ayudó a parar. - No es la primera vez que te veo así. - respondió.
Sacudí mi trasero en cuanto me levanté, luego el tomó mi mano y caminamos bosque adentro hasta ver como empezaba a dibujarse un camino frente a nosotros.
Luego de varios minutos caminando, pude ver un letrero de madera que tenía escrito con pintura roja "casa de campo". Empezaba a visualizar un césped bien cortado y muy verde, un lugar pintoresco se posaba ante nuestros ojos, yo comenzaba a sorprenderme según caminaba.
Pronto nos acercábamos a una mansión pintada completamente de blanco, tenía puertas y ventanas de madera con llavines pintados de dorado. - Esto se ve genial. - dije mientras sujetaba a Archer de la mano.
- Y te gustará aún más. - respondió con una sonrisa.
Caminamos hacia la casa, de donde salió un mayordomo, nos saludó cortésmente y mantuvo la puerta abierta hasta habernos visto dentro. Archer se quitó su chaqueta y la colocó en un perchero, había cambiado su actitud inmediatamente, parecía alguien diferente, se veía recto, cortante y muy descortés.
- Dónde está ella? - preguntó mientras se acercaba a unas grandes escaleras que habían justo en medio de la casa, las cuales conducían a la planta alta.
El mayordomo bajó la cabeza ante la voz penetrante de Archer. - Está en su recamara, señor.
Archer se dirigió hacia arriba mientras reprochaba algunas cosas, palabras borrosas, obstruidas por el ruido de la vieja escalera que rechinaba.
El mayordomo cambió su expresión en cuanto Archer abandonó la sala. - Venga conmigo, le mostraré la casa. - dijo con una sonrisa. - hay muchas cosas en esta vieja mansión.
Yo caminé detrás suyo, estaba un poco asombrada por este lugar, aunque todo se ve antiguo, el lugar está impecable. Pude observar algunos cuadros que hay en la pared, dirigí mi vista hacia la izquierda, donde había un corredor que llevaba a la cocina, al final pude ver un cuadro de lo que parecía ser "la ultima cena". - Se distrae demasiado. - dijo el mayordomo mientras caminaba hacia mí.
Cuando él se detuvo, me puse a su lado para continuar con el recorrido. De la antesala provenía un olor a canela... había una lámpara enorme justo en medio, era lo único que parecía moderno, creo que son reales los diamantes los que hacen parte de la decoración. Caminé con prisa hasta llegar allí y quedar aún más deslumbrada, alcé la cabeza cuando me posé bajo la lámpara. - Sí, son reales. - dijo con una sonrisa. Ahora salgamos de aquí.
Dicho esto, pasé de estar ansiosa, a desesperada porque llegara Archer, puesto que pareciera que el mayordomo no quería darme dicho recorrido, aún así, tuve que caminar. Justo cuando volteé la cara, vi una chimenea, se veía muy antigua, tenía algunos trofeos encima. Un cuadro inmenso llamó mi atención, era la fotografía de una familia la que ahí estaba, me quedé visualizando a todos, tres niños, entre ellos una femenina, una pareja, al parecer sus padres.
El mayordomo otra vez se dio la vuelta para ir a buscarme. - Quienes son? -pregunté con cierta intriga
El hizo un gesto brusco, tragó en seco antes de responder. - Honestamente encontré ese cuadro ahí cuando empecé a trabajar aquí, me he limitado a preguntar por las personas de la foto. - dijo.
Justo en ese momento Archer llegó hasta la habitación en la que nos encontrábamos. - Pedí que cerraran esta puerta. - reclamó.
El mayordomo bajó la cabeza una vez más. - Lo siento, la señorita Fischer me pidió dejarla abierta, estaba aquí hace un rato. - se excusó. Lo siento mucho señor.
Vi la cara de Archer enrojecerse por completo. - De quién recibes las ordenes aquí? - interrogó mientras lo fulminaba con la mirada.
Intervine de inmediato. - Quienes son los del cuadro? Archer.
- Es mi familia. - Dijo con una mirada serena.
- Y dónde están? - pregunté con entusiasmo.
Él puso una cara de disgusto.
- Vaya... vaya... pero que es lo que mis ojos acaban de ver...! Reconozco esa voz. - dijo una chica al entrar a la habitación, me pareció extraño su comentario ya que parece una persona invidente. Ella viene acercándose a nosotros mientras trae una gafas de sol puestas y un bastón en su mano derecha, el cuál no utiliza, porque evidentemente conoce la casa.
- Creí que estarías aquí abajo esperándome. - Archer dijo en cuanto se dio la vuelta hacia ella.
- Dónde está la chica? No la veo. - dijo la mujer sumamente atractiva. Tiene el pelo negro ondulado y un vestido pegado que llega hasta las rodillas, es color azul marino, también trae tacones blancos y un bolso blanco en su brazo izquierdo.
Archer se pegó en la cabeza con su mano. - Nunca cambias... mismos chistes, misma mujer. - comentó.
- No hiciera esos comentarios si mi posición dejara de ser la misma. - respondió mientras mantenía su cabeza en alto.
- Ahora vuelvo. - dijo Archer antes de abandonar la sala.
- Habla para que pueda encontrarte. - dijo la mujer dirigiéndose a mí.
- Estoy frente a la chimenea. - respondí sintiéndome nerviosa.
- Con que frente a la vieja chimenea. - dijo mientras se acercaba lentamente. Dejé la puerta abierta para ti.
Fruncí el ceño. - Qué quieres decir? - pregunté.
- No veo la hora en que Archer te cuente. - dijo muy cerca de mi oído, provocando que se erizara mi piel.
Me sacudí bruscamente. - Qué debe contarme? - pregunté.
- Archer todavía se culpa por eso... pero ese accidente no lo provocó él... espero que lo entienda. - dijo cerca de mi oído otra vez.
Fin del capítulo.
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La traición (Wattys 2023).
Roman d'amourLucía estaba segura de que iba a casarse con Liam, jamás había pensado que en su fiesta de compromiso, saldrían a la luz datos muy reveladores y fotos comprometedoras, las cuáles demostraban su traición. Luego de ser secuestrada por la ex novia de...