La traición (Wattys 2023).

El delantar.

Mientras deambulaba por los pasillos llenos de vida de este lugar, me puse a pensar en ciertas cosas... necesito un poco de ayuda, sin embargo; no puedo  pedirle consejos a Isabella en estos momentos, ella no está en sus cabales todavía... Liam no me escribe desde hace tiempo y Archer ni se diga! Es algo que debo consultar con mi almohada, una decisión solo mía.

Suspiré y miré al cielo, contemplando todo el lugar, nada de esto ha cambiado... aunque hayan pasado tan solo dos semanas. Giré la vista hacia la antigua calle que recorría todos los días, detrás del café de mi jefa, eso me hizo recordar al amigo que trabaja en la cafetería, Zack a quién no le agrada mucho ella.

Llegué a la cafetería y me acerqué a la barra, visualicé a Zack saliendo de la cocina, traía una toalla color rosa en el hombro. Él la acercó a su frente y se limpió el sudor con ella, se veía un poco atareado.

Me senté cerca de la barra y alcé la mano hasta que él logró verme. - Oye Zack! - grité.

Me dedicó una sonrisa de oreja a oreja y vino casi saltando hacia mí. - Preciosa! Cuanto tiempo! Cuanto ha pasado? Un año? Extraño ver por aquí tu carita todas las mañanas... y hablar en mal de esa bruja. - dijo mientras empuñaba sus manos.

- Te ves muy cansado! Qué pasa? - pregunté.

- Han pasado muchas cosas en tan poco tiempo. - dijo.  Su cara empezó a tornarse roja, incluso toda su cabeza. Zack es un rubio calvo de ojos azules, tiene un poco de sobrepeso, pero es tan alto que casi ni se nota... es de unos 36 años.

- Vamos chico, siéntate y cuéntame. - le dije.

- No puedo sentarme, uno de los mayores problemas es que faltan dos empleadas, esto está matándome, no podré hablar ahora. - me dijo.

Este es un negocio familiar, Zack es quién se encarga de la mayoría de las cosas de aquí, pero no le está yendo tan bien según veo. - Permíteme ayudarte con lo que sea, cuando terminemos nos sentamos a charlar. - me ofrecí.

- Me ayudarías? - preguntó.

- Claro, tú dime lo que debo hacer. - dije.

Zack miró a su alrededor, enfocando su vista en todas las mesas. - Empieza retirando las tasas de las mesas, y pasando una toalla con suficiente desinfectante. - Me dijo.

Yo asentí, siguiente a eso, me dirigí a la cocina, me puse un delantal y ayudé en todo lo que pude. Fue un poco difícil, dejé caer dos tasas y pisé los pies de varias personas, pero finalizando el día, pude adaptarme.

Ya eran las seis de la tarde, yo estaba empapada de sudor, pero quería hacerlo, por Zack... lo miré y él estaba casi en la misma situación que yo.

Me paré cerca del mostrador y pasé una toalla para limpiar las vitrinas. - Esto parece fácil a simple vista. - le dije.

- Podemos sentarnos ahora, más tarde esto comenzará a llenarse otra vez. - ofreció.

Caminamos hacia una mesa cerca de la ventana y procedimos a charlar. Pedí un té helado y un trozo de pastel, Zack dijo que iba por cuenta de la casa.

- De acuerdo... lo primero es qué. Una empleada se fue, contraté a una inepta, y disculpa la palabra. Todos los cafés que estaba haciendo le quedaban mal, incluso los que tenían especificaciones, recibí muchas quejas por eso. - dijo.

Tal vez eso explique el café de mi jefa.... - dije en mi mente-.

Zack frunció el ceño al verme distraída. - Continúa. - dije. Tomé el sorbete de mi té y lo movía mientras atendía a Zack.

- Tuve que despedirla... luego de eso, no he podido encontrar empleada, he estado tan atareado que llego a casa cansado y de muy mal humor... tú me conoces cariño, sabes que no soy así. Pero si Ronaldo fuera tan comprensivo como tú... él solamente pelea, se fue de la casa hace tres días, yo estoy desesperado, no puedo ir detrás suyo hasta que no regrese todo a la normalidad aquí.

Ronaldo es el esposo de Zack... es buena gente y cocina delicioso.

- Sí, creo que Ronaldo debería de ser un poco más comprensible. - le dije.

- Gracias al cielo apareciste hoy! Mi cabeza iba a explotar... y hablando de, qué buscas por aquí cariño? - preguntó.

- Vine a buscar la liquidación de mi trabajo... no solo eso, y que bueno que hablamos -tomé un sorbo de mi té-. Zack parecía ansioso por saber. - Mi jefa quiere devolverme el empleo y darme un ascenso. - le dije.

Zack se atoró con su café, comenzó a toser como un loco... -me encogí de hombros-.

- Qué crees que deba hacer? - pregunté.

- Mi única pregunta para ti, mi cielo... crees que valdrá la pena aguantarla otra vez? Yo creo que mereces algo mejor! - me dijo.

- No es que necesite el dinero por ahora, pero... sé que pronto. - le dije.

- Hay querida... la necesidad, la necesidad es una perra maldita. - dijo.

- Y tendré mi propia oficina. - le dije.

- Lucía, tal vez lo veas todo color de rosas... el ascenso de tu vida, tu propia oficina, tu trabajo de vuelta... es todo un sueño, pero tú te mereces mucho más, debes de pensar en grande, buscar nuevas oportunidades otra vez... no eres su sirvienta! Apostaría a que su café tuvo algo que ver. - gritó.

- Definitivamente! Sí, creyó que las demás no le saben preparar el café.

- Es una bruja... para eso hubieses trabajado aquí y le mandas el café como ella lo pida, apuesto a que así no te necesitaría en aquél lugar. - dijo. De inmediato abrió los ojos como platos. - Eso es Lucía, trabaja aquí! Qué dices? - preguntó.

- En una cafetería? - fruncí el ceño.

- Míralo de esta manera... te pagaré lo que ganabas anteriormente... sé que es mucho más trabajo y más difícil, tal vez dirás que no estudiaste para esto. Pero tómalo mientras mandas currículos a otros lugares... lugares grandes, si te quedas con ella, temo que te quedes estancada ahí, diseñando ropas que ella tire a la basura! Muestra lo que eres al mundo, has tus buenos bocetos y muéstralos a alguien más. - me dijo.

Sonaba bien... Zack estaba dándome una posibilidad, una oportunidad. - No lo sé Zack.

- Solo será para que ganes dinero mientras encuentras el trabajo que mereces! Tú me ayudarás a mí, y yo te ayudaré a no atascarte con esa bruja. - me dijo.

Puede ser algo bueno... tal vez no pensaba en una cafetería, pero si estoy aquí mientras busco un mejor empleo... donde pueda mostrar mis bocetos sin miedo, donde pueda diseñar. - Lo haré! - grité.

Fin del capítulo.