Aún así.

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Me quedé pasmada, no podía creerlo, Archer no quiere nada conmigo, pero luego hace esto. - Aún así, no quiero el trabajo, dígaselo. - respondí.

- Oh, por Dios Lucía... ven, voy a llamarle, habla tú con él. - me dijo.

Levanté mis manos y negué con la cabeza. - yo no voy a hablar con ese señor. - dije -. Este ya no es asunto mío.

Ella no estaba tan contenta con mi reacción, pero yo tenía todo el derecho de estar así. - Lucía, por favor, permíteme llamarle delante de ti. - suplicó.

Yo no estaba tan segura, ni siquiera sabía si quería escuchar su voz, que decir... si debía permanecer callada o abogar. - Asentí-. Tal vez no fue lo mejor, acceder a esto, pero aquí vamos.

Mi ex jefa lo llamó, algunas 3 veces, pero el no contestaba el teléfono, es como si quiere hacerse sentir el importante... - Llámelo otro día. - dije.

Pero justo ahí, su secretaria atendió la llamada. - Buen día... puede comunicarme con el señor Noah Fischer, por favor? - preguntó. Siguiente a eso, le dio el nombre de la empresa y esperó que atendieran, no sin antes agregar unas palabras, pretendiendo ser atendida lo más rápido posible por el simple hecho de mencionar esto. - "Dígale que Lucía está aquí, por favor". Sentí unas ganas de abofetearla, pero me contuve.

Como si no le importara, él respondió.  - "Dígale que estoy ocupado en estos momentos, que me llame más tarde". Escuché su voz mientras le decía a su secretaria. Esta vez no pude controlarme y antes de que pudiera colgar, me abalancé hacia mi jefa y me le quité el teléfono.

- Ah, no! Antes me vas a escuchar. - grité.

Mi jefa se quedó viéndome, estaba sorprendida, un poco asustada también, temía que si yo dijera algo, pudiera perder ese cliente para siempre. Ella trató de quitarme el teléfono. - Si no me deja hablar ahora, no conseguirá nada más, porque me voy de aquí. - dije después de poner el teléfono en silencio.

- Te escucho... - Respondió Archer. parecía que yo empezaba a ganarme su atención.

Yo respiré profundo, no creía hablarle, tenía miedo de irme a un tema personal debido a mi resentimiento hacia él, era algo arriesgado hablarle sobre el trabajo teniendo cientos de pensamientos en mi cabeza. - Bien, esto es lo que tengo para decirte. - respiré profundo otra vez -. No pienso aceptar trabajar aquí, ya tomé una decisión y fue irme, no te pedí en ningún momento que pongas la condición de que yo regrese, para que tu puedas seguir siendo socio, esta es una maravillosa empresa y allá tú si no lo ves! - grité.

- Y como esa, hay muchas otras. - dijo con frialdad.

- No puedes hacer eso! Yo no quiero volver a este empleo, por qué te vas tú? - pregunté. 

- Fue mi decisión, si no quieres volver? Entonces buscaré a otro diseñador. - decretó.

- Y hacia donde quien irás? - interrogué.

- Hacia donde vayas tú.

No negaré que mi corazón dio un salto grandísimo, es como si quisiera salirse de mi pecho, Archer había dicho esas palabras tan acogedoras. Pero recordé no meter lo personal en esto, aunque evidentemente eso es lo que está haciendo él. - No trabajaré diseñando durante un tiempo. - le dije, ignorando por completo sus palabras de amor.

- No que tenías un mejor empleo? - interrogó.

- Es en una cafetería. - respondí.

- No sé que decir... pero dile a tu ex jefa que no me interesa comprar si quiera una corbata en ese lugar... puedo tener un diseñador privado si me apetece, yo solo iba por ti. - respondió - . Ya no tengo nada más que decirle a ella, si me disculpan, tengo una reunión muy importante ahora. - dijo.

- Okay. - dije sin más.

- Por cierto... en qué cafetería? Llevo mucho sin comer pan croissant. - expresó -. Lo siento, debo irme. - dijo antes de colgar.

Me dejó en blanco... miré a mi jefa, ella me observaba con impotencia. - No hiciste nada para conservarlo aquí en la empresa! - me gritó.

Fruncí el ceño. - Disculpe? Él no quiere estar aquí, y con lo muy buena que usted ha sido conmigo, no pienso quedarme solo para que no pierda un cliente, sabe qué? No me importa, y si dependiera de mí que se quedaran todos los clientes en este lugar, puede irse declarando en quiebra, me da mi maldita liquidación y no me joda más.  - le grité todo eso.

Tal vez recargué un poco en ella, el enojo que traía hacia Archer, pero que no le pude decir.

Ella tomó el sobre y extendió la mano sin decir nada. Yo conté el dinero antes de salir.

Como era de esperarse, me topé con una clase de risa burlona, de parte de Marianne. No quería decirle nada puesto que tengo los mil demonios encima, una nefasta palabra de su parte y creo que podría partirle la boca, y como supuse...

- Desde aquí llega el olor a mantequilla y té... - comentó.

No fue algo tan bueno como para rebajarme a ella, esta vez lo dejé pasar. - Tú? Un ascenso? Ni en mil años comprando su café. - se burló.

Seguí caminando hasta llegar al ascensor... ella quería sacarme de mis casillas, pero si yo cedía, sé que iba a lamentarlo. Sin embargo... no fue suficiente chisme para ella, tuvo que meterse al ascensor conmigo, justo antes de que se cerraran las puertas, ella extendió su mano y se metió.

- Espero que no sigas merodeando por aquí, me eligieron a mí una vez, y lo volverán a hacer, creo qué... - puso su mano en su barbilla e hizo un gesto como que pensaba algo, mientras su vista estaba puesta en el techo-. Debiste estudiar gastronomía en vez de esto. - comentó.

No pude soportarlo, la pegué a la pared del ascensor y acerqué mi brazó a su cuello, dejándola sin aire durante unos segundos mientras soltaba palabras amenazantes hacia ella. - No será un ascenso lo que te quitaré la próxima vez, maldita perra. - escupí su cara mientras se enrojecía por falta de oxígeno -. Será mejor que midas tus palabras la próxima vez. - dije.

La solté, le di una mirada amenzante y salí del ascensor.

Regresé al trabajo y tuve un maravilloso día, cada vez que recordaba la cara asustada de Marianne, me estremecía.


Fin del capítulo.

Espero que les haya gustado el capítulo! No olviden dejar sus votos y comentarios, besos.

La traición (Wattys 2023).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora