El indicado

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Se incorporó hacia la noche cuando Shaoran la sacudió y ella, somnolienta, abrió los ojos con pastosa cadencia. Se pasó una mano por el cabello despeinado y miró hacia todos lados sin ninguna pista de por qué la despertaba. 

—¿Qué sucede? —susurró con voz poco clara. Sentía la garganta seca y se obligó a pasar saliva para ayudarse a hablar de modo más firme.

—Debemos avanzar o encontrar refugio. Hay una tormenta eléctrica a lo lejos... es leve, pero seguro se hará más fuerte en poco y nos alcanzará. 

Sakura se incorporó y fue al riachuelo para lavarse el rostro y limpiarse todo lo que pudiera.
Al acabar, caminó de regreso a donde estaba Shaoran, subió primero al caballo y luego la siguió él como siempre. Avanzaron lento por la falta de iluminación, porque la luz de la luna se encontraba oculta por las densas y grises nubes que se alzaban amenazadoras y cubrían el manto estelar. Sakura supo que iba a llover muchísimo y temió que la tormenta los obligase a atrasarse; ya no podía darse el lujo de tardarse más tiempo, debía cruzar la frontera y debía hacerlo rápido, antes de que Yuuko la encontrara; sin embargo, el chubasco no tardó en alcanzarlos pocas horas después. Hacia la madrugada estaban cabalgando a contra viento y agua; la tormenta era tan fuerte que incluso Fang tenía problemas para cortarla e inclinaba la cabeza pronunciadamente para ayudarse a avanzar.

La zona en la que el agua los había encontrado era un bosque de árboles altos. Sakura alzó el rostro y observó entre las gotas de agua que le golpeaban con fuerza, las ramas y las hojas que se movían violentamente sobre ellos. El viento no les daba tregua y ella sintió temor de que algo se elevara del suelo o cayera de arriba y los golpeara. Fang relinchó con fuerza llevándose su atención y observó que un árbol caía frente a ellos bloqueándoles el paso.

—¡Cuidado! —gritó Shaoran reaccionando rápidamente cuando una rama cayó de arriba. 

Antes de que ella pudiera hacer algo, él se adelantó, la acercó a su cuerpo y la abrazó encorvándose para evitar que la enorme rama la golpeara. 

La tomó tan desprevenida que no pudo evitar con su magia que la rama cayera sobre ambos; sin embargo, él fue quien recibió el golpe de manera más directa, justo en la cabeza. 

Sakura soltó un chillido de temor en cuanto notó que él se deslizaba hacia abajo, ya inconsciente y halado por la gravedad.

—¡Etiam! —conjuró y de inmediato gritó—: ¡Fang! Detente! 

El caballo no dio ni medio paso más. Sakura desmontó con una rapidez inusitada y sujetó el cuerpo del joven que estaba inmóvil en una posición inclinada y casi horizontal al suelo. 

Finis —susurró y el cuerpo de él se precipitó hacia el suelo de nuevo, pero ella lo recibió y cayó al barro con el cuerpo inerte encima—. Mierda.

Fang relinchó y ella giró hacia él. El corcel señaló hacia arriba con su cabeza y ella miró en esa dirección.

—¡Demonios! 

De repente comenzaron a caer ramas por todos lados, algunas más gruesas y otras más delgadas, pero a la altura de la que caían, podrían matarlos con facilidad. 

¡Clypeus

Un escudo invisible se cernió sobre los tres y ella lo mantuvo mientras observaba el cuerpo de Shaoran sobre el suyo. Tenía una herida en el costado de la cabeza, que le sangraba copiosamente. La sangre caliente se deslizaba por su sien y su mejilla hasta gotear en el suelo lleno de agua, creando un charco color carmesí en el barro. 

Entró en pánico y supo que si no hacía algo, la cosa se pondría grave. 

La joven retiró el escudo porque no podía hacer dos hechizos a la vez; acostó a Shaoran en el lomo del caballo con ayuda de su magia y rápidamente volvió a poner el escudo de nuevo. Tomó las riendas de Fang y haló al caballo para continuar caminando lejos de los árboles; la tormenta era tan fuerte que incluso el corcel avanzaba con mucha dificultad. El sonido del viento y del agua le revoloteaba en los oídos y le movía el cabello pegándoselo en el rostro, de manera que se le complicaba ver por donde caminaba y le causó varios tropiezos. Unos minutos después salieron de la zona más tupida y entonces Sakura quitó el escudo, regresó a Shaoran al suelo y se hincó a su lado.

La forjadora de bestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora