Sentimientos irreconocibles

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—Los he buscado por todos lados —dijo y se quedó callado en cuanto notó que los había interrumpido; iba a decir algo pero, repentinamente y justo en el momento en el que Shaoran privó a la joven de su apoyo al alejarse de ella para no obligarla a pasar por un momento vergonzoso, sus ojos se quedaron perdidos en el rostro de Sakura. 

A Touya se le cayó el libro al suelo por la sorpresa; no alcanzaba a verla en todo su esplendor, pero en definitiva podía percatarse de que su rostro había cambiado, y mucho. 

Shaoran supo de inmediato a qué se debía su expresión sorprendida y por un momento deseó poder ser el único que pudiera verla como era. 

Ante el análisis de la estudiosa mirada marrón, ella se retorció las manos y se aclaró la garganta.  

—Será... será mejor que regresemos a la posada —dijo sin mirar a ninguno de los dos. 

Pasó de largo a Shaoran que no dijo ni pío y también hizo lo mismo. Cuando pasó por el lado de Touya, éste de inmediato alzó las cejas, recogió el libro rápidamente, lo limpió y observó al de ojos miel con expresión sugerente. 

Shaoran suspiró y se pasó una mano por el cabello; tenía tantas ganas de golpearlo en el rostro... se acercó con lentitud y lo señaló:

—Realmente, Touya... deberías haber supuesto la razón por la que huí de ti, con ella.
Él sonrió burlón.

—Por supuesto que la sabía. ¿Por qué crees que los intentaba encontrar? 

Shaoran lo asesinó con una simple mirada y lo pasó de largo para seguir a la joven que ya no podía ver por ningún lado. Cuando llegó al sendero nuevamente, ella estaba sentada en una de las bancas adornadas, con la mirada perdida en el cielo. Dos sujetos que estaban cerca de allí, la observaban embobados. 

En cuanto notó que él se acercaba, la joven se sonrojó y desvió la mirada. 

—Yo... lamento haber huido, pero me sentí incómoda cuando Touya me miró... supongo que sí me veo muy diferente ahora —susurró sin mirarlo. 

Shaoran inhaló ruidosamente y tuvo la intención de sentarse a su lado, pero decidió poner un espacio entre ambos antes de terminar sobre ella. 

Solo verla, su corazón había comenzado a latir como loco y le costaba respirar. Nunca le había sucedido eso y por lo mismo, la inseguridad lo abordó. Se sentía diferente, su cuerpo se sentía diferente y su mente también.

—No sabría decirte, pero supongo que sí por la cara que puso. 

El hablar de algo tan irrelevante como aquello después de haberse besado les daba una sensación extraña. 

La miró fijamente y ella rehuyó sus ojos con una sonrisa nerviosa. Iba a decir algo cuando Touya apareció y se sentó a un lado de la joven, colocó los codos sobre las rodillas y la observó de soslayo. 

—Parece que... tenías un oscuro secreto que ya ha salido a la luz; ¿o es parte de tu magia?, ¿un engaño?

Sakura se remojó los labios y Shaoran sintió un escalofrío al verla hacerlo. Retiró sus ojos y se cruzó de brazos. 

—No... yo... es algo difícil de explicar.

—Supongo que lo es. Toma —susurró y le alargó el libro con una mirada divertida. Ella alzó una ceja en señal de inseguridad.

—¿Qué? 

—Es para ti.

—¿Lo robaste? —se burló Shaoran con tono bajo. Touya lo miró mal.

La forjadora de bestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora