Una noche en la cabaña II (Advertencia +18)

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N/A: Hola a todos! Gracias por sus comentarios y sus ánimos, estoy contenta de que la historia aún les siga gustando. Esta vez es el turno de TXT, espero les guste y de nuevo espero no ofender a nadie. Si prefieren no leer este tipo de escenas, pueden pasar al siguiente capítulo sin problemas. Este capítulo tiene contenido para mayores de edad, si eres menor de 18 años, favor de pasar al siguiente capítulo o leer bajo propia responsabilidad. 

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Tomoyo se obligó a ser valiente y alzó sus ojos de nuevo hacia él para invitarlo a regresar con ella, pero Touya estaba sorprendido y no pudo reaccionar de inmediato. Cuando lo hizo, se aclaró la garganta y volvió a peinarse el cabello hacia atrás.

—Creo... creo que no estamos pensando con claridad —dijo al darse cuenta de antemano que eso era una tontería. No había regresado para mancillarla, ni para eso. Solo deseaba pasar el tiempo que pudiese a su lado; sin embargo, el recuerdo de ella desnuda aquella vez en la posada le hizo olvidar sus honorables intenciones por unos segundos. Tomoyo frunció el ceño, pero de inmediato notó el hambre... el deseo en los ojos marrones y sonrió.

—Seguro —concedió—. ¿No crees que hace calor aquí? —preguntó con fingido interés y se llevó una mano al cuello para abanicarse.

—Hace cinco minutos estabas muerta de frío —señaló él sin despegar sus ojos de los suyos.

—Ah... hace cinco minutos no tenía idea de que mi sueño se iba a hacer realidad. Supongo que el enterarme de eso me ha hecho entrar en calor.

—Tomoyo —advirtió él con tono ligeramente serio y ella se llevó la mano a la falda del vestido para comenzar a subir la tela con lentitud. Touya sintió la boca seca y el pulso desbocado en cuanto notó que las delgadas y bien definidas piernas se mostraban poco a poco—. No juegues sucio.

Ella sonrió.

—¿Te molestaría? Dijiste que no tenías interés en verme desnuda. Supongo que puedes soportarlo bien.

Él tragó pesado y ella lo notó. Nunca había pensado que podría comportarse de una manera tan atrevida, pero en definitiva, Touya despertaba en ella emociones, sentimientos y habilidades que ella no sabía que tenía.

Siguió elevando el vestido hasta que el borde de este quedó por encima de sus rodillas. Touya estuvo frente a ella de nuevo en menos de cinco segundos y la detuvo.

—Ya detente.

—O si no, ¿qué?

Audaz, sujetó la mano de él y la llevó al lugar que había tocado antes, justo debajo de uno de sus pechos; no fue lo suficientemente valiente como para colocar la palma sobre la piel expuesta del escote, pero tampoco iba a hacer todo el trabajo por él. Touya la miró deseoso y observó su propia mano soportando el peso delicado del hermoso pecho y tembló por dentro cuando su contención se rompió. Tomoyo llevó sus manos a las mejillas de Touya y lo obligó a mirarla.

—Y bien... ¿vas a besarme y a hacerme todo lo que has deseado? Contesta rápido porque no tengo tiempo que...

Touya la silenció con sus labios.

—Insolente —susurró contra la boca de la muchacha mientras la acercaba de nuevo a su cuerpo.

—Repréndeme todo lo que desees —animó con una sonrisa coqueta. Touya rio con su voz grave y ronca que le erizó el vello del cuerpo a ella. Tomoyo lo besó con fervor y se entregó por completo a las sensaciones; se dijo que se abriría a lo nuevo y a lo que desconocía porque realmente deseaba experimentarlo con él.

La forjadora de bestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora