Una confesión

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N/A: ¡Importante!

En primer lugar, feliz año nuevo a todos, espero que lo hayan pasado muy bien en compañía de todos sus seres queridos y que este nuevo año sea de lo mejor. 

En segundo lugar quisiera agradecerles a todos los que me apoyaron leyendo el one shot del "Lobo plateado" del proyecto navideño al que me invitaron; me sentí muy feliz y animada viendo los comentarios de algunas de las chicas que me leen por aquí, la verdad estaba muy nerviosa porque nunca había participado en un proyecto y ver ahí sus ánimos y sus comentarios tan positivos, me hicieron sentir muy muy bien. Estoy feliz de haberlo hecho bien y de que lo hayan disfrutado tanto. 

Pasando a lo que interesa más, he visto algunos comentarios que me han hecho recordar que nunca les aclaré que esta historia no mantiene las relaciones de los personajes de scc, es decir, Tomoyo no es prima de Sakura, ni Touya su hermano y así sucesivamente. Lo menciono porque en el futuro saldrán más personajes de scc, y no quisiera que se me confundieran. En cuanto a los motivos de Touya, los descubrirán en unos tres o cuatro capítulos a lo mucho y se viene todo muy rudo y muy rápido, así que de una vez les aviso para que no se me vayan a espantar. Estoy muy emocionada porque por fin llegaremos a la parte en la que sabrán muchísimas cosas!!! Bueno... los dejo con este que es uno de mis capítulos favoritos y espero lo disfruten. 


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Se había alejado demasiado del lugar al que habían llegado y lo había hecho intencionalmente porque necesitaba estar lejos de Shaoran. Esa presión en todo su cuerpo, especialmente en su pecho y su garganta, se acrecentaba cuando estaba cerca y empeoraba cuando no hablaba; como si tuviese atascadas un millón de palabras y no pudiese decirlas.
Pateó con fuerza una piedra para descargar su frustración.

Lo había pensado toda la noche y había llegado a la conclusión de que sí estaba enamorada de él. 

Su corazón latió errático de solo pensar en su afirmación. Había tardado en aceptarlo porque se había sentido insegura; primero, porque no sabía cómo reconocerlo porque, siendo sinceros, ella no conocía el amor, pero aún así... estaba segura de que lo que sentía por él... era eso. No podía ser otra cosa... no podía ser solo algo físico porque no podía imaginarse a sí misma sin estar acompañada de su sonrisa, de su voz grave y armoniosa a la vez, de su mirada brillante del color de la miel que calentaba su cuerpo cada vez que la posaba en ella... sin su plática constante y sus preguntas extrañas; sin sus ganas de conocer el mundo y su característica capacidad para ser siempre tan optimista. 

Jamás creyó que podría crear un lazo tal con alguien; de una necesidad insuperable y de un deseo incalculable. 

En segunda, porque tenía miedo de sufrir. Nunca había conocido una felicidad plena y sus días pasaban como un libro en el que se repetía la misma historia una y otra vez; había vivido en base a un ciclo que nunca dejaba de repetirse, pero todo había cambiado y ya no estaba segura de poder regresar a su casa y volver a hacer las mismas cosas y compartir tiempo con su maestra y con Kero. Deseaba más... y eso la hizo preguntarse si tal vez no se habría vuelto codiciosa y, si lo había hecho... ¿qué tan malo podría ser?, ¿qué tan terrible era desear tener lo que quería?
Meneó la cabeza de un lado a otro, ofuscada por el rumbo en el que iban sus pensamientos y la manera en la que sus ideas se transformaban.

Cuando finalmente regresó a donde estaban los demás, el silencio y la incomodidad se hicieron mucho más pesados que estando sola y alejada. Shaoran acomodaba la madera sin siquiera prestar atención a su alrededor. Touya estaba sentado lejos del grupo y Tomoyo estaba de pie, parada contra el tronco de un árbol mirando al vacío y se abrazaba a sí misma. 

La forjadora de bestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora