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creo que no nos han presentado correctamente, ex príncipe de Brahman, pero tengo una propuesta que hacerte — Kisaki sonrío con falsedad, la cual fue detectada por Sanzu.

no entiendo de lo que me hablas, yo no soy un príncipe — respondió ignorando completamente sus palabras. Ciertamente estaba más sorprendido de que ese tipo, con quién nunca en su vida había hablado, sepa de su posición de fugitivo.

conozco muchas cosas sobre ti, incluso tienes dos hermanos... — hizo una pausa — bueno... Tenías dos hermanos

Sanzu palideció al escucharlo, sintió perfectamente como la sangre se le iba a la punta de los pies. No podía ser su único hermano varón, según recordaba él era una persona bastante lista como para dejarse engañar por este cuatro ojos, si no era él entonces tenía que ser...

¿Qué hiciste con mi hermana? — está vez su tono de voz había pasado de pasivo a agresivo en cuestión de segundos.

oye calma, yo nunca mencioné a ninguna hermana y tampoco que yo hice algo al respecto — comentó aún manteniendo esa sonrisa de falsedad.

¿Qué es lo que quieren? — preguntó ya harto de tener que ver las caras de los dos.

vamos a un lugar más privado — propuso el de lentes.

Sanzu aún no dejaba de pensar en su hermana, desde que Kisaki mencionó conocer a sus hermanos se sentía intranquilo, no dejaba de pensar en su hermana menor y en lo que este par de simios le pudieron haber hecho. Ellos le hicieron algo, no sabía exactamente qué pero, su intuición le decía fuertemente que algo malo le debieron haber hecho a Senju.

Aunque desconfiaba fuertemente de ellos, aún así aceptó ir con Kisaki, ya que moría de ganas por saber qué era lo que tenía en manos. Incluso había olvidado la advertencia de la bruja.

Entre más lo miraba más parecido encontraba con su fallecido hermano Shinichiro, y entre más parecido encontraba, sus deseos por encontrar ese tesoro se iban disminuyendo cada vez más

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Entre más lo miraba más parecido encontraba con su fallecido hermano Shinichiro, y entre más parecido encontraba, sus deseos por encontrar ese tesoro se iban disminuyendo cada vez más.
Mikey internamente estaba entre la espada y la pared, si decidía a renunciar a la búsqueda todo esto habría sido un viaje en vano y habrá decepcionado a todos sus compañeros y amigos, pero si continuaba con su travesía encontraría la infelicidad y mataría aún ser tan inocente como lo era ese tritón frente a él.

Takemichi no podía comer si Mikey lo estaba mirando demasiado, para él todavía era un misterio saber por qué él era tan bueno y amable, está amabilidad calentaba su corazón y le hacía comportarse cada vez menos hostil hacia los humanos, pero una parte de él (de su instinto de supervivencia) le gritaba que debía correr, arrastrarse, lo que sea mientras pudiera huir lejos de ese hombre antes de que pudiera siquiera pensar en tocar su gema.
Anhelaba confiar en él, para ser un vil pirata era un buen tipo, pero no dejaba de ser un pirata vil y traicionero, cómo ese hombre de lentes que siempre que lo veía sonreía de una manera tan terrible, que le causaba escalofrío hasta en las escamas. La muerte de su amiga aún seguía latente en su mente, ella podría estar viva si tan sólo hubiera reaccionado a tiempo para darle su collar.

𝓜𝓮𝓻𝓶𝓪𝓲𝓭 𝓣𝓮𝓪𝓻𝓼 - 𝓣𝓸𝓴𝔂𝓸 𝓡𝓮𝓿𝓮𝓷𝓰𝓮𝓻𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora