⚠️[UNIVERSO ALTERNO/PIRATAS/YAOI]⚠️
Mikey un día decide embarcarse a una gran travesía en busca del legendario tesoro, sin embargo aún le falta la pieza clave para llegar hasta el. La lágrima de una sirena. Una gema legendaria y misteriosa, que se d...
Sanzu miro con extrañeza a la joven bruja, realmente no creía del todo en las palabras de esa chica. Sólo le pagó a la rubia y salió de esa extraña habitación, para cuándo lo hizo ya todos se estaban preparando para irse.
Aunque la frase de "el final de tus días" todavía le hacía ruido en la cabeza, no era una persona supersticiosa que creyera en maldiciones o en lo que un par de cartas le digan.
Cuando regresaron al barco, Mikey decidió mirar el mapa para poder trazar un curso fijo, mientras Takemichi permanecía sentado sobre un par de cajas mientras veía los nuevos cuarzos que Manjirou le había comprado. No entendía por qué era tan bueno, solamente una persona le había mostrado un poco de amabilidad y le había enseñado que no todos los humanos eran malos, pero después de ese incidente comenzó a dudar sobre la bondad de los humanos. Desde muy niño le enseñaron que un humano siempre hará lo que sea con tal de despojarlos de sus lágrimas, lo mismo le ocurrió al primer tritón que decidió confiar en un humano y le entregó su lágrima, sin embargo el humano codicioso la utilizó para sellar un gran tesoro; a día de hoy la historia del tritón Chifuyu se seguía contando entre los más pequeños como una lección para no confiar en los humanos.
Takemichi creía muy fuertemente en esa historia que le contaban de niño, él suspiró pesadamente y miró los cuarzos con tristeza. Todos los humanos mienten, son hábiles maestros del engaño, Mikey solamente era amable con él porque estaba detrás de su gema, está valiosa gema literalmente era toda su vida y no podía desprenderse de ella por el capricho de un humano. Ahora que sabía muy bien que podría mezclarse entre los humanos, solamente le faltaba aprender a hablar y caminar, daría todo de sí para poder ser libre y huir al abismo dónde los suyos lo esperaban. Haría todo lo que sea necesario con tal de sobrevivir.
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— ¿¡Le compraste gemas al niño pez!? — Draken pegó un grito en el cielo — ¿Tienes idea de lo mucho que cuestan esos cuarzos?
— relájate Kenchin, no le compré tantos. Solamente unos pocos, unos veinte tal vez. Además en mi defensa me dejaste sin supervisión— respondió Mikey despreocupado.
Draken respiró hondo y trató de calmarse, un día de estos le iba a explotar una vena de tantos corajes que le hacía pasar el menor.
— además los compré porque al tritón le gustaron mucho — Mikey suspiró y miró al chico que estaba sentado junto a la popa del barco.
Draken miró con atención a su capitán, era la primera vez que lo veía actuar así; Mikey era un chico guapo bien parecido, a pesar de ser un criminal era muy cotizado entre las jovencitas y a pesar de que incontables chicas de belleza desmesurable se le acercaban todo el tiempo, el rubio menor nunca parecía reaccionar ante sus coqueteos ni tampoco mostraba mucho interés en ellas. No importaba lo hermosas, lo adineradas, lo fuertes e imponentes que sean, él nunca correspondía a los sentimientos de cada una. El tritón era literalmente la única persona o cosa con quién Miley parecía ser más afectivo y no llevaba ni siquiera más de dos días abordo.
— ni siquiera habla, no sabes su nombre y ya actúas como un enamorado — dijo en tono de burla el más alto.
— si no tiene nombre entonces yo le pondré uno y yo mismo le enseñaré a hablar de ser necesario — respondió con gran entusiasmo.
— recuerda, necesitamos su gema para poder obtener el tesoro de Keisuke. No debes encariñarte mucho, cuando llegue el momento tendrás que tomar una decisión; por mucho que queramos, a ninguno de nosotros nos concierne tomarla difícil decisión — explicó Draken.
Mikey suspiró con pesadez, justo cuando habían conseguido poder olvidar que un día tendría que arrebatarle la vida. Miró a Takemichi y sintió un nudo en la garganta, quería el tesoro con todas sus fuerzas, pero para obtener una gran fortuna había que hacer un sacrificio y ese era la vida de una sirena; ese tritón apenas conocía el mundo, se notaba en sus ojos que quería vivir, ¿Podría ser capaz de arrebatarle la vida a alguien que apenas empezaba a vivirla?
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Kisaki por otro lado miraba la botella que había robado de la tienda de esas brujas. No estaba tan desesperado como para recurrir al camino fácil, pero necesitaba estar un paso adelante si realmente quería ese tesoro.
— ¡Oh! Compraste una poción de amor ¿Pero para qué la necesitas? Ya te amo sin necesidad de un amarre — dijo tan alegre Hanma, quien irrumpió sin avisar en el camarote del de lentes.
— deja de decir estupideces, no es para tí, es para el tritón — respondió fríamente el rubio.
— oww... ¿Pero porqué? ¡Voy a tener que competir por tu amor! — se quejó de forma dramático el más alto.
— esto es solamente una precaución, si Mikey no consigue quitarle la gema lo haré yo y con está poción conseguiré que ese tipo me la entregue voluntariamente — explica con una sonrisa de orgullo.
— ¿Piensas enamorar al tritón y que él te la de a tí? ¡Ah! Comprendo y después llegará el motín para rematar y nos haremos con el tesoro y todos los barcos de ToMan, será el fin de Mikey — Hanma sonríe de igual forma al ver la perfección de ese plan.
— sin embargo hay una falla, ese tritón no dejará que ninguno de nosotros dos se acerque lo suficiente como para darle la poción, necesitamos a alguien en quien Mikey confíe tanto como para que deje que él se acerque al tritón — Kisaki suspiró y se recargó en su silla, este era el único fallo de su perfecto plan.
— nadie de ToMan estaría dispuesto a traicionarlo, todos esos idiotas son unas ovejas cuando se trata de ese enano — dice con molestia el más alto.
— debemos tener los ojos abiertos, estoy seguro de que por ahí debe haber un alma inconforme, alguien que esté lo suficientemente desesperado como para desear deshacerse de ese tritón y haría lo que fuera para ello — Kisaki suspira con pesadez, ningún nombre se le venía a la cabeza por ahora.