𝓜𝓮𝓻𝓶𝓪𝓲𝓭 𝓣𝓮𝓪𝓻𝓼 - 𝓣𝓸𝓴𝔂𝓸 𝓡𝓮𝓿𝓮𝓷𝓰𝓮𝓻𝓼

14

Mikey tuvo que sentarse momento al escuchar los disparates de esa pareja tan dispareja.

— un momento, eso es imposible porque es solamente una historia que los abuelos le decían a sus nietos antes de dormir. El capitán Keisuke Baji jamás existió, no hay registros de su ejecución y tampoco hay pruebas de que alguno de sus barcos haya existido — responde incrédulo el rubio.

— sabía qué dirías eso, puedes echar un vistazo a este mapa y juzgar por ti mismo — Kisaki sonriendo le extendió un rollo de papel muy viejo al rubio.

Manjirou convencido de que esto era un sólo un intento de estafa por parte de un par de borrachos, empezó a desenrollar el trozo de papel viejo, tal fue su sorpresa al ver que se trataba de dos hojas de papel viejo, uno con un mapa garabateado y otro con alguna especie de instructivo muy especificó.

— como podrás ver, las instrucciones están escritas con tantos errores gramaticales que es muy difícil de leer, y el mapa está tan garabateado que es inentendible. El capitán Keisuke no sabía bien como escribir y ni siquiera sabía leer, así que no hay duda que todo esto fue escrito su puño y letra — explicó Kisaki seguro de sus propias palabras.

Por su parte, Mikey no estaba tan convencido de las palabras de este hombre, a sus ojos era un pordiosero con delirios mentales intentando estafarlo con un mapa falso, pero ¿Y si estaba diciendo la verdad? Tal vez no debería creerle aún sucio tipo que conoció en un bar de mala muerte, pero hablaba con tanta seguridad que si no fuera por su apariencia desalineada lo habría convencido desde el momento en que abrió el mapa, probablemente lo que diga es verdad y estaba frente a una leyenda de la vida real. El mapa del tesoro que su hermano mayor había buscado con tanta fiereza en el pasado y había muerto en el intento, ahora estaba frente a sus ojos, tenía que ser real o sino su hermano Shinichiro habría muerto por nada.

— ¿Cuántos hombres exactamente han reclutado? — preguntó intentando no sonar desesperado.

Kisaki sonrío al ver que habia logrado su cometido, parecía que el invencible Mikey había mordido el anzuelo finalmente.

— en sólo tres noches hemos reclutados cien hombres, pero no contamos con un barco y por lo que se estás en busca de más hombres y te sobran barcos, creo que podríamos hacer un trato muy bueno — dice Kisaki con mucho orgullo.

Mikey a pesar de lo bueno que era el trato tuvo que pensarlo detenidamente por un largo rato, incluso tuvo que ir por Draken para que le ayude a decidir y entre los dos al final tomaron una decisión.

— te ayudaremos en tu travesía, incluso tengo alguien que podría intentar interpretar el mapa y las instrucciones, si a cambio me das la mitad de la ganancia  — dijo el menor ya más convencido de lo que tenía que hacer.

— tenemos un trato — Kisaki extendió su mano y Manjirou también la suya, sellando así su trato con un apretón de manos.

Fin del flashback

Desde ese día no había hecho más que seguir un capricho que su hermano mayor había perseguido, todavía recordaba cuando sus compañeros de barco tocar una supuesta un día y dijeron la lamentable noticia; el barco en el que viajaban había quedado atrapado en medio de una fuerte tormenta, sólo un puñado de hombres consiguieron escapar y Shinichiro no puedo salir a tiempo antes de que el barco se hundiera y se perdiera para siempre.
Esto ni siquiera era su idea, Kisaki cada día le recordaba que cada vez falta menos para la noche de la luna de sangre, el tritón para entonces tendría que estar muerto y Manjirou tendría que ser el dueño legítimo de la joya.

¿Cómo arrebatarle la vida alguien como él? No era un asesino, podría ser un criminal, su cabeza podría tener un precio considerablemente alto y podrían incluso tacharlo de farsante, pero nunca un asesino.

Takemichi había estado escuchando el relato, no comprendía tanto de lo que decía pero sonaba tan triste, tocó su collar y suspiró. Por su parte su único pecado era tener está joya en su poder, muchos han perdido la vida intentando llegar a las gemas de las sirenas, solamente un tritón decidió confiarle su joya a un humano y esté terminó usándola para fines de codicia. A veces solo quería quitarse está joya y para siempre acabar con este problema de raíz, pero no quería morir así, no ahora.
M

iró a Mikey, su expresión de tristeza parecía tan sincera; los hombres no suelen llorar con tanta frecuencia como los tritones, quienes podrían llorar libremente sin temor a ser juzgados.

Intentó tocar su mano, aunque sea quería hacer eso por ese triste chico, pero aún no invada el miedo de un día ser apuñalado por la espalda por él. Mikey notó sus intenciones y tomó la iniciativa de tomar su mano y entrelazar sus dedos con los de Takemichi.

— no te conozco, no sé de dónde vienes ni tampoco que fué de tu vida antes de que nuestros caminos se crucen, pero en este tiempo te he tomado cariño. Si por mí fuera te retendría para siempre en esté barco, nunca te dejaría ir y me aseguraría de que nadie te ponga una mano encima — Manjirou miró el mapa en su escritorio, al ver esa hoja de papel viejo no sentía nada más que molestia.

Decidió no ignorar sus impulsos y tomó el papel para comenzar a quemarlo en la pequeña flama de una vela, Takemichi observaba con sorpresa como Mikey quemaba ese papel que él había cuidado como si su vida dependiera de ello, ahora de su existencia no había quedó ni un rastro.

— lo he decidido, no voy a tomar tu gema y tampoco quiero ese tesoro, tú eres mejor que todo el oro del mundo — dijo al sostener su mano entre las suyas.

Mikey sonrió y acarició la mejilla del azabache, Takemichi esta vez sí que lo había entendido y un rubor adornó sus mejillas, acompañado de ese sonrojo llegaron las lágrimas, un par de pequeñas lágrimas rodaron por sus mejillas y su corazón comenzó a palpitar como loco, tanto que incluso la lágrima de sirena pasó de tener un tono blanquecino con destellos de arcoiris, a tener un tono rojizo, el color del amor. Pero esté cambio no fue notado por ninguno de los dos.