𝓜𝓮𝓻𝓶𝓪𝓲𝓭 𝓣𝓮𝓪𝓻𝓼 - 𝓣𝓸𝓴𝔂𝓸 𝓡𝓮𝓿𝓮𝓷𝓰𝓮𝓻𝓼

9

Para la suerte de Takemichi, Mitsuya era un sastre muy hábil y con un poco de aguja e hilo, y algunas prendas un poco grandes, consiguió hacerle un cambio de ropa al pobre tritón.

Pero existían un par de pequeños problemas.

Takemichi miraba con extrañeza los pantalones que le habían dado, no tenía idea de que hacer con eso, pero todo el mundo llevaba unos puestos, ¿Cuál era la manera correcta de colocarse un pantalón si nunca has usado uno? El tritón tuvo una idea, entonces simplemente se colocó los pantalones en la cabeza y trata de pasar sus brazos por las piernas del pantalón.
No entendía por qué los humanos usaban algo tan extraño como esto, y para rematar, Mikey entró para ver si todo estaba en orden.

Aunque al asomar su cabeza no pudo evitar reírse al ver al tritón con el pantalón en la cabeza.

— permíteme ayudarte — Mikey se acercó a él con mucha confianza, ya había conseguido hacerle entender que no lo dañaría así que le resultó fácil acercarse.

Al quitarle el pantalón, Takemichi lo miró confuso mientras Manjirou aún reía.

— (“¿Cómo usan esas cosas?”) — el azabache canto comunicarse mediante el lenguaje de señas, sin embargo ya no tenía caso intentar comunicarse así, él no entendía.

— te ayudaré, comprendo que te emocione — Manjirou interpretó las señas con sus manos como un gesto de entusiasmo.

Y con algo de trabajo Mikey ayudó a Takemichi a cambiarse, ahora estaba listo para intentar actuar como un humano más. El rubio caminó hacia la puerta y animó al tritón a levantarse de la silla, pero Takemichi estaba asustado porque nunca antes había usado sus piernas.

— vamos ¿Qué esperas? Es fácil, sólo coloca un pie delante del otro y así — Manjirou decidió acercarse para extender su mano y ayudarle.

Takemichi no quería su ayuda, todavía no confiaba del todo en él, pero si quería sobrevivir tenía que comenzar a aprender a caminar y actuar como humano. Solamente de esa manera conseguiría escapar.
Tomó su mano y tambaleante consiguió ponerse de pie, aunque no tenía ni idea de cómo caminar.

— vamos, un paso a la vez — le animó Manjirou.

Takemichi trata de imitar el caminar del rubio, pero sus piernas no tenía la suficiente fuerza y terminó por resbalarse cayendo sentado al suelo. Manjirou comprendió que fue precipitado pedirle que camine alguien que apenas consiguió ponerse de pie, así que no tuvo más remedio que cargarlo entre sus brazos; el azabache se dejó cargar por el rubio y apenado pasó sus brazos alrededor de su cuello.
Mikey sonrió al ver como Takemichi estaba comenzando a confiar en él, aunque su sonrisa se borró cuando sus ojos a fijaron en su collar y recordó lo que pasaría el día que consiguiera obtenerlo.

Cuando ambos salieron del camarote, Mikey se negó a soltarlo y les ordenó a todos los presentes que preparen los botes.

Sanzu, al ver que su capitán tenía a ese sucio tritón en sus brazos sintió un poco de molestia. Su capitán, su rey estaba feliz, pero esa felicidad lo estaba molestando. Era una sensación que no podía explicar, la idea de verlo tan feliz no le molestaba pero le molestaba la causa de su felicidad.