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Takemichi estaba atado de pies y manos, algunas lágrimas caían de sus mejillas pero no era capaz de hablar, quejarse o emitir algún sonido, aunque tuviera toda la voluntad de querer hacerlo no podía porque su cuerpo no le respondía. Era prisionero de su propio cuerpo, sin tener voluntad propia ser capaz de comunicarse parada dejar en claro su descontento.

Mientras tanto frente a él, Kisaki y Hanma estaban resolviendo paso a paso los detalles de su plan.

a estas alturas deberías quitarle el collar, ya está a tus pies así que no es necesario que sigamos cargando con el peso muerto — espetó el más alto, quién no dejaba de mirar de manera despectiva al pobre tritón.

todavía no, cuando retire la lágrima quiero que se mantenga lo más fresca y vibrante de magia y para eso es necesario que él siga con vida.
Cuando lleguemos debo quitarle el collar, dejar que la lágrima sea bañada por los rayos de luz de la luna de sangre y la puerta será finalmente abierta — respondió Kisaki sin darle mucha importancia a las quejas de su cómplice.

¿Y qué sucede si los efectos desaparecen? — preguntó Hanma con intriga.

los efectos pueden llegar a ser permanentes, no hay peligro porque yo mismo analicé la botella, la única manera de romper el hechizo es con amor verdadero y esa mierda no existe — responde de forma despectiva.

¿Un beso de amor verdadero? Eso suena a que lo sacaste de un cuento de niños— Hanma rió por la respuesta.

no, la víctima tiene que reconocer que está enamorada verdaderamente y los efectos desaparecen ¿Pero qué sabrá está cosa de amor? El amor no existe, por lo tanto no existe cura — Kisaki miró al tritón y después salió del camarote.

Takemichi podía escucharlo todo y podía sentir como su corazón se volvía añicos, ojalá pudiera convertirse en espuma de mar y no estar así, prisionero de su propio cuerpo. Todos los humanos mienten, todos se engañan, todos hieren y todos asesinan.
Cerró sus ojos como último movimiento voluntario que tenía y decidió perderse en el mar de sus recuerdos.

Flashback

Un pequeño Takemichi nadaba felizmente cerca de los arrecifes de coral donde el acceso de los barcos era muy difícil; el pequeño se divertía nadando con los pecesitos de colores, siempre ante la mirada atenta de sus padres que la miraban a la distancia. Entonces el niño en su inocencia decidió alejarse un poco más de la zona segura, sucedió muy rápido y sus padres se habían entretenido cazando la cena.
Takemichi finalmente salió del arrecife hice dentro a mar abierto, dónde incluso un pequeño pez era una presa fácil y qué decir de un pequeño tritón; el niño miró a una tortuga marina, la cual nadaba tranquilamente hacia la superficie para tomar una bocanada de aire, Takemichi sintió tanta curiosidad al verla asomar la cabeza y luego regresar al fondo.

El niño decidió imitar a la tortuga y sacó su cabeza del agua para echar un vistazo rápido, al hacerlo se encontró con un inmenso barco lleno de gente vistiendo ropas muy raras y pomposas. Una dama se percató de su presencia, la mujer al verlo se acercó a la orilla del barco para ver mejor lo que había en la superficie. Takemichi jamás en su vida había visto un barco y mucho menos a un humano, así que no sintió nada de miedo y el lugar de retroceder se acercó cada vez más hasta que la mujer fue capaz de verlo con mayor claridad.

oh dios ¡Niño! ¿¡Qué haces en el agua!? ¡No te muevas, traeré ayuda! — gritó históricamente la mujer al querer que se trataba de un niño ahogándose.

Takemichi por supuesto no entendía nada de lo que estaba pasando, no entendía que gritaba esa criatura de dos piernas vestida de forma extraña, entonces vio descender un barco más pequeño y de madera, adentro estaba esa misma mujer acompañada de dos hombres grandes y robustos.

ven aquí pequeño, no temas — la mujer extendió su mano para que el niño se acerque.

Takemichi inocentemente se acercó y al estirar un poco más el cuello todos vieron fascinados la gran piedra que colgaba en su cuello, además de ver algunas escamas en su cara. Los dos hombres de inmediato pegaron un grito al verlo más de cerca.

una sirena ¡Una sirena! — gritaron eufóricos los dos hombres ante el descubrimiento.

¿Una sirena? Solamente es un niño — espetó la mujer molesta.

un niño que nos hará ricos mi señora, se creía que estaban extintos pero realmente estaban escondidos ¿Sabe lo que vale la gema en su cuello? Esa cosa vale por lo menos diez de sus propiedades y sus mejores caballos juntos, añadiendo al tritón eso triplica el precio — exclama una de los hombres.

entonces sáquenlo del agua rápido, el circo de fenómenos de mi tío pagaría una fuerte suma de dinero por él — exclama la mujer ansiosa de ver las ganancias que eso le generaría.

Entonces uno de los hombres tomó la niño de los cabellos para sacarlo del agua, obviamente esto fue muy doloroso para el pequeño que emite un fuerte grito que aturdió a los adultos. El hombre que lo sostenía lo soltó, al recuperarse sé enfado y sacó su arma para dispararle.

¿¡Qué haces!? ¡Lo queremos vivo, no muerto! — exclamó la mujer intentando arrebatarle el arma al hombre.

no lo voy a matar, pero sí le va a doler — respondió el hombre apuntando con el arma al niño.

Takemichi se paralizó de miedo y las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas de desesperación, el niño cerró los ojos esperando que al despertar estuviera todavía en el regazo cálido de sus padres. Y entonces.

¡Oh no!

— ¡Dios mío ¿¡Qué es eso!? ¡Son más!

Takemichi al abrir los ojos se encontró con sus padres, quienes con uñas y dientes intentaban alejar a los a los humanos. El niño se sumergió en el agua y esperó a una distancia segura, pero entonces escuchó dos fuertes disparos, el agua se tiñó de rojo y los cuerpos de sus padres no cayeron al agua, sino por el contrario miró cómo los humanos sacaban sus cuerpos del agua, dejando atrás a un niño traumatizado y el agua teñida de rojo.

Flashback

Takemichi abrió los ojos y tocó su gema, está era la razón por la que no confiaba tan fácilmente en los humanos, especialmente los piratas.

𝓜𝓮𝓻𝓶𝓪𝓲𝓭 𝓣𝓮𝓪𝓻𝓼 - 𝓣𝓸𝓴𝔂𝓸 𝓡𝓮𝓿𝓮𝓷𝓰𝓮𝓻𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora