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¡Respondan! — gritó Mikey exigiendo una respuesta.

Todos callaron y nadie se atrevió a decir nada, todos excepto una sola persona, cuya risa comenzó a escucharse en medio de la multitud. Cuando todo se giraron vieron a Kiyomasa aún sosteniendo el cuchillo ensangrentado, mientras reía de una manera muy cínica.

¿Y qué si lo hice? — preguntó él mirándolo de manera desafiante.

entonces dime ¿Quieres morir de manera lenta y dolorosa, o rápida y agonizante? — preguntó él mirando al más alto, sus ojos muertos no reflejaba ningún brillo.

Ni siquiera podía alcanzar a contar la cantidad de personas que había rodeándolo, estaba segura de que había más por ahí, seguramente todos estaban atacando los demás comandantes y esperando pacientemente a venir por él. Mikey suspiró con pesadez, si hoy era su último día con vida entonces no habría nada de qué arrepentirse si nunca tuvo nada después de todo.
Manjirou, al no tener nada que perder se acercó de forma amenazan de hacia el que se había atrevido hablar; los demás espectadores simplemente se quitaron del camino dejándole el paso libre, mientras Kiyomasa miraba de manera despectiva al menor que caminaba hacia el sin sentir ningún remordimiento.

yo lo hice y lo volvería hacer, ese Draken no era nada más que un incompetente que no sabías de otra cosa más que mandar — dijo con tanto atrevimiento y seguridad, que no se dió cuenta que Mikey estaba por darle el primer golpe.

Kiyomasa cuándo se dió cuenta sintió una fuerte presión en la mejilla y terminó en el suelo, su mejilla estaba amoratada sangre caía de sus labios; analizar la mirada se encontró con los ojos fríos de Mikey, un solo vistazo bastaba para quedarte completamente paralizado del miedo. Tarde el azabache se dió cuenta de que había cometido un grave error.
Los demás solamente miraban perplejos como Mikey se acomodaba sobre el regazo de Kiyomasa, y después le propiciaba una lluvia de golpes y puñetazos. Aunque Kiyomasa era alto y fuerte no era nada en comparación con la fuerza de un Mikey cegado por la rabia y deseos de matar.

ya es suficiente...

Dijo una voz detrás de él, Mikey al girarse se encontró con Kisaki, él tenía a Takemichi a su lado, pero por desgracia no en la forma en que él hubiera querido. El pobre tritón se encontraba encadenado del cuello, mientras el rubio de lentes tiraba de la cadena y Takemichi con los ojos vacíos contemplaba indiferente la escena, parecía una especie de zombie.

Mikey tembló al verlo, esos impulsos que antes había sentido ahora llegaron con más fuerza y dejando de lado a un moribundo Kiyomasa, se levantó y corrió hacia Kisaki con la firme intención de acabarlo con sus manos, pero sus intentos fueron en vano porque pronto fue investido por Hanma de un sólo golpe.

nadie más que yo tiene derecho a tocar a Kisaki, Mikey... — dijo en un tono burlón el más alto.

limítate a pelear, no quiero oír tus comentarios extraños — le regaña Kisaki mirando hacia otro lado.

entonces todo este tiempo fueron ustedes... No estoy sorprendido, pero debí haberlo adivinado — Mikey se incorporó lentamente, su labio estaba roto pero eso no le importaba, él se limitó limpiarse la sangre.

tenía pensado traicionarte cuando tengamos el oro, pero últimamente le has tomado mucho cariño hasta criatura y eso amenaza mis planes.
¿Me crees muy estúpido? Estoy casi seguro de que has pensado en desertar de está travesía por una bestia — responde Kisaki, quien jala de la cadena que ata a Takemichi y esté último apenas reacciona.

Mikey observó una lágrima rodar de la mejilla de Takemichi, no cabe duda de que estaba zombificado, algo debieron haberle dado en la cena.

¡Takemicchi! ¡Reacciona! — gritó Manjirou presa de la desesperación.

puedes gritarle todo lo que quieras, él no te oye porque todos sus sentidos están adormecidos y está perdidamente enamorado de mí. Incluso podría pedirle que te mate, pero prometí no hacerlo... Aún — Kisaki rió y entonces le hizo una seña a un grupo de personas.

Tres hombres llegaron sosteniendo a una sola persona, por el color de su cabello supo de inmediato quién era.

¡Sanzu! — Mikey se quedó perplejo al verlo, no podía creer que él estuviera confabulando con Kisaki todo esté tiempo.

A quedar de rodillas frente a Mikey, el chico ni siquiera tuvo las agallas para alzar la mirada y verlo directamente, era tanta la vergüenza que sentía que ya no creía ser digno de que esos ojos lo miraran una vez más.

deberías darle todo el crédito, fue el quién me ayudó a dale una poción de amor al tritón de forma segura, todo por amor — después de terminar de hablar, Kisaki rió divertido al ver la expresión de vergüenza de Sanzu y la mirada de decepción de Mikey.

miserable... ¡Después de todo lo que hemos pasado! ¿¡Cómo te atreviste a traicionarme de ese modo! — espetó con desesperación el rubio menor.

lo siento mucho...— murmuró en voz baja Sanzu, aún no se atrevía a mirarlo a los ojos.

el amor te hace hacer locuras — Kisaki ríe mientras mueve la cabeza de forma negativa — pueden hacer lo que quieran con Mikey, pero después encierrenlo

Apenas terminó de hablar y pronto todos se abalanzaron hacia Mikey, esté último no tenía su espada pero eso no le importaba, sabía muy bien como combatir cuerpo a cuerpo así que sabría cómo defenderse.
Sanzu por otro lado, miró como todos y cada uno de los aliado de Kisaki trataban de golpear a Mikey; por muy fuerte que sea su capitán ellos eran muchos, no había manera en que pudiera sobrevivir a tanto castigo.

espera Kisaki, ese no era el trato. Dijiste que no tocarías a Mikey — reclama Sanzu al incorporarse tratar de detener a Kisaki.

Kisaki por su parte se detuvo y se limitó a reír ante sus palabras.

tienes razón, dije que yo no le tocaría un cabello y he cumplido, estoy aquí frente a ti y no peleando; pero nunca dijiste que otros no podrían golpearlo. Además nunca mencionaste la condición en la que querías que encierre a Mikey — respondió Kisaki y continuó su camino dejando a Sanzu helado por sus palabras.

𝓜𝓮𝓻𝓶𝓪𝓲𝓭 𝓣𝓮𝓪𝓻𝓼 - 𝓣𝓸𝓴𝔂𝓸 𝓡𝓮𝓿𝓮𝓷𝓰𝓮𝓻𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora