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- Mikey, te he traído un poco de pastel de manzana - Sanzu apareció en el camarote del capitán, tenía en sus manos una rebanada de pastel.

- ¿Al menos tiene...? - Mikey estaba a punto de decir algo, pero Sanzu lo interrumpió rápidamente.

- una banderita pirata como le gusta capitán - y Sanzu agregó una pequeña banderita de pirata en la rebanada.

Los ojos de Mikey se iluminaron al ver esa deliciosa rebanada de pastel adornada con una banderita clásica de los piratas. Tan pronto le fue entregada la bandeja, Mikey comenzó a comerla con más manos, pero Draken al ver lo que hacía la entrega un tenedor.

- no comas así, no eres un animal - dijo con molestia.

- le quitas lo divertido a la vida - responde Manjirou haciendo un mohín infantil, y comenzó a comer usando el tenedor - mataría por una taza de té con leche

- yo se la preparo capitán, será un placer para mí servirle - dijo Sanzu con un tono alegre y servicial.

Mientras Mikey comía miraba el reloj de bolsillo en algún ocasiones, había pasado una hora y media desde que Kisaki y su tripulación había desembarcado en la isla Brahman.

- ellos van a volver pronto, más les vale porque si no, nos encargaremos de encontrarlos así sea en el fin del mundo y vamos a hacerlos caminar sobre la plancha - amenazó Draken.

- sólo espero que el trueque haya resultado - suspira con pesadez y se acomoda en su silla para dormir una siesta.

- sólo espero que el trueque haya resultado - suspira con pesadez y se acomoda en su silla para dormir una siesta

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- ¿Qué...? - Senju se incorporó para voltear al oír la voz del pirata a sus espaldas.

Sin embargo, Senju al darse la vuelta a lo último que escuchó fue el sonido de un arma dispararse y un horrible dolor en el estómago; la joven princesa cayó sobre la arena mientras está se teñía de rojo con su sangre.
Takemichi observó con horror como su amiga agonizaba en el suelo, mientras Kisaki guardaba la pistola y sonreía sin mostrar una sola pizca de arrepentimiento ante sus acciones.

- Ta-kemichi... Huye... - susurró la chica tendida en el suelo.

Sin embargo el joven tritón se negaba a marcharse y dejarla morir, fue entonces cuando llevo sus manos hacia su gema y trató de quitársela. Sin embargo este movimiento fue predecido por Kisaki, quien alarmado le dió la orden a Hanma y a sus hombres para que lo capturen.

- ¡No dejen que se quite la lágrima, capturenlo! - gritó Kisaki.

Entonces entre todos los hombres arrojaron encima del azabache una red y entre todos lo ataron de manos para evitar que se quite el collar.
Takemichi pronto fue inmovilizado, mientras Kisaki ataba una roca en el tobillo de la princesa y arrojaba su cuerpo al mar.

- ¡Ni una palabra al capitán, él no debe saber nada de esto! - exclamó Kisaki antes de salir de la cueva con el tritón.

Después de salir todos subieron a sus botes y remaron con todas sus fuerzas para poder llegar a sus respectivas embarcaciones, mientras Takemichi no dejaba de gruñir e intentar y agitar su cola para intentar salir de ese bote, pero sus esfuerzos fueron en vano cuando el hombre alto y de tatuajes en las manos le golpeó con la empuñadura del arma de fuego.

𝓜𝓮𝓻𝓶𝓪𝓲𝓭 𝓣𝓮𝓪𝓻𝓼 - 𝓣𝓸𝓴𝔂𝓸 𝓡𝓮𝓿𝓮𝓷𝓰𝓮𝓻𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora