⚠️[UNIVERSO ALTERNO/PIRATAS/YAOI]⚠️
Mikey un día decide embarcarse a una gran travesía en busca del legendario tesoro, sin embargo aún le falta la pieza clave para llegar hasta el. La lágrima de una sirena. Una gema legendaria y misteriosa, que se d...
No fue parte del trato, se supone que solamente lo quería a él, nada tenia que ver Mikey en esto; Kisaki sonrió divertido al ver esa expresión de confusión en el tritón.
— debo asegurarme de que no intentes nada estúpido — Kisaki sonrió y entonces dio la orden de matar a quien se atreviera a seguirlos.
Mikey le dio a orden a sus amigos y compañeros que no lo siguieran, ellos no querían hacerle caso, pero Manjirou fue muy persistente y se los volvió a ordenar encarecidamente, los miembros de la ToMan no tuvieron más remedio que acatar sus ordenes y solamente contemplaron expectantes como un puñado de los hombres de Kisaki se quedaba, el resto los seguía, seguramente rumbo a esa famosa cueva.
— ¡No tengo todo el día, vamonos! — grito exasperado el de lentes al bajar del barco, entonces todos se apresuraron a seguirlo. Dos hombres robustos mantenían bien sujetado a Mikey, que tan sólo se limitó a intentar seguirles el paso.
El pobre Takemichi temblaba de miedo, en tan sólo un minuto las cosas se voltearon de sobremanera, ahora Mikey estaba también involucrado en esto; las cosas no debieron pasar así, ahora mismo el rubio debería de haber tomado sus barcos y escapar, dejarlo a su suerte mientras él gozaba de su libertad. Pero tal vez aun había una oportunidad, si le daba lo que quería entonces Kisaki liberaría a Mikey ¿Verdad? Se supone que al darle la joya entonces no habría necesidad de dañarlo, moriría en el proceso, pero hasta ahora todos aquellos que había conocido se habían sacrificado por protegerlo, había llegado el momento de ser quien se sacrifique para proteger a quien más le importaba. Los empujones de Kisaki eran bruscos, él lo tomaba tan fuerte de su muñeca que incluso le dejo una marca, Hanma aprovecha para jalar su cabello solamente por el placer de molestar, todo esto ante la mirada impotente de Mikey, si no estuviera demasiado débil y cansado hace rato habría roto los cráneos de estos gorilas, pero no podía hacer nada más que dejar que la ira se acumule en su cuerpo, atento a la espera de poder liberarla y matar a estos bastardos.
Como ahora ya sabia exactamente hacia donde ir ya no le fue tan difícil encontrar el camino, alzó la mirada y notó que ya el sol estaba por ocultarse; Kisaki dió la orden de encender unas antorchas para alumbrar el camino, Takemichi no quería entrar, ese lugar le estaba dando un mal presentimiento.
— no tienes opción, te meteré a esa cueva así tenga que romper tus huesos — pero entonces Kisaki tuvo una idea mucho mejor — chicos, ya saben qué hacer
Tan pronto esas palabras fueron dichas, uno de los que sostenía a Mikey lo tomo del brazo y lo extendió, pronto una espada toco la piel maltratada de Manjirou y Takemichi entendió que tenia que obedecer o le harían daño. El azabache respiró hondo y entró a la cueva, Kisaki entonces comenzó a avanzar sin detenerse, mientras que todos los demás lo seguían; la hora estaba por llegar, a través del tragaluz pudieron contemplar como el cielo se teñía de un tono anaranjado, poco a poco la luz comenzaba a ser muy escasa pero Kisaki aun así continuo avanzando seguro de si mismo. Cuando llegaron solamente restaba esperar que la luna pudiera salir con todo su esplendor; Hanma y Kisaki se vieron el uno al otro, cada quien satisfecho por todo lo que habían hecho para llegar a este momento tan especial, Hanma tan feliz de estar con Kisaki y este ultimo hambriento de obtener las riquezas que había tras esa puerta de piedra.
Cuando el tiempo llegó, por el tragaluz se asomó un resplandor rojo y Kisaki sonriendo mira a todos los presentes.
— el momento finalmente ha llegado, tal y como lo prometí ¡Riquezas infinitas para quien consiga abrir las puertas! — las palabras de Kisaki enardecieron a la multitud y el de lentes sonriendo miró al tritón.
Takemichi toca su gema, realmente no quería dársela, desde que era un niño siempre se le dijo que si se separaba de ella moriría, pero siendo honesto no sabia de verdad lo que ocurriría, si moriría instantáneamente o lo haría lentamente.
— ¡No se la des! — gritó Mikey al verlo inseguro — ¡No es necesario!
Uno de los presentes golpeó el rostro de Manjirou, Kisaki con la mirada le hizo entender que eso seria lo más suave que le ocurriría a Mikey si se atrevía a negarse. Takemichi titubeó un poco mientras una lagrima recorría su mejilla, no estaba seguro de lo que pasaría cuando se la quite, pero si tenia que irse se iría sin ningún remordimiento; el azabache se acerco a Mikey, tomó su rostro entre sus manos y con una sonrisa triste besó sus labios por segunda y ultima vez.
— te amo...— fue una palabra muy débil, pero Mikey lo entendió perfectamente con leer sus labios.
Los ojos de Mikey se induraron de lagrimas, la rabia lo consumía mientras observaba impotente como Takemichi se acercaba las manos a su cuello.
— ¡Takemicchi!
Gritó con todas sus fuerzas, su débil voz hizo eco en la cueva, pero Takemichi estaba determinado en dar su vida.
— ¡Takemicchi!
Gritó una vez más, mientras su voz se quebraba dando lugar al llanto. Takemichi sintio su corazón romperse al escucharlo sufrir, pero estaba determinado en que Mikey viviera por ambos; Kisaki lo miraba impaciente, estaba por dar la orden de ejecutar a Mikey, hasta que finalmente la joya fue removida de su cuello.
— la... joya — dijo al tirarla a los pies de Kisaki.
Takemichi comenzó a sentirse cansado, ni siquiera el viaje hasta aquí le había parecido tan duro, pero ahora se sentía tan cansado que solamente pensaba en recostarse. Kisaki toma la joya se la entrega a Hanma, que al tomarla la acerca a la luz de la luna roja.
— ¡Yo, Kisaki Tetta reclamo este tesoro como mío y ordeno que estas puertas se abran de inmediato! — grita con todas sus fuerzas, tanto que su voz hizo eco en toda la cueva.
Entonces la gema comenzó a brillar, su color de arcoíris fue reemplazado por un intenso color rojo escarlata, entonces todo comenzó a temblar y las puertas de piedra comenzaron a abrirse lentamente; la oscura cueva fue iluminada por una luz dorada cegadora, y cuando las puertas fueron abiertas el gran tesoro fue revelado. A donde quiera que miren había oro, lingotes de ojo del tamaño de un brazo adulto, diamantes de todos los tamaños, era el paraíso prometido. Cegados por la codicia todos avanzaron a la gran cueva llena de tesoros y riquezas, su urgencia fue tan grande que incluso soltaron a Mikey y Takemichi en ese momento se desmayó.
Mikey corrió a su ayuda y se dió cuenta que aun estaba vivo, su respiración era agitada pero estaba vivo todavía.
— gema... — alcanzó a murmurar y señala a Kisaki. Tal parece que era verdad, a partir de ahora su vida estaba contra reloj, si no recuperaba su gema pronto no habría vuelta atrás.
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