—Tu departamento es muy lindo —dijo Sophia desde mi sofá. Un libro de historia se extendía abierto, pero sin leer en su regazo—. Me encantaría no tener que vivir en un dormitorio. Mi compañera de habitación resopla como un hada llorona cuando duerme.
Rondé entre la mesita del café y la televisión, realmente insegura en cómo Sophia y Lucas habían terminado en mi departamento después de clase. Un almuerzo, habíamos hablado sobre juntarnos e intercambiar apuntes de historia y de alguna manera mi casa fue ofrecida. Realmente pienso que fue idea de Lucas, y desde que ambos estaban aquí no conseguíamos terminar de estudiar en absoluto.
Energía ansiosa zumbó a través de mí como un colibrí. Había pasado mucho tiempo desde que tuve gente en mi espacio. En casa, nadie excepto mi familia estaba alrededor y sólo la mucama entraba en mi habitación. No sólo había sido una paría virtual en mi ciudad y en la escuela, había sido de la misma manera dentro de mi casa. Pero antes de la fiesta de Halloween, todos pasaban el tiempo en mi casa, especialmente las chicas del estudio. Todos todavía me hablaban entonces y todavía bailaba. Antes de la fiesta, las cosas habían sido normales.
Jugueteé con mi pulsera, nerviosa. Me gustaba que estuvieran aquí porque era normal y me recordaba mi yo de antes. Era lo que la gente en la universidad hacía, pero era tan... diferente para mí.
Lucas resurgió de la cocina, una bolsa de papas fritas en la mano.
—Olvida el departamento. No me mal entiendas. Es un lindo departamento, pero quiero oír más sobre las galletas de José.
Tomé una papa frita de la bolsa. —Nunca debí haberte dicho sobre esa conversación.
—Lo que sea —replicó, con la boca llena.
Sophia soltó una risita. —Estoy muriendo por saber cuál es la jerga de las galletas.
—Probablemente su polla. —Lucas se dejó caer en el brazo del sofá.
—Oh mi Dios —dije, tomando una mano llena de papas fritas.
Necesitaba la fuerza de las calorías para donde se dirigía esta conversación.
Sophia asintió. —Tiene sentido entonces. Quiero decir, con todo lo de no compartir las galletas con las chicas feas.
—No creo que realmente haya querido decir eso —dije, estallando una papa frita en mi boca—. Entonces, de regreso a los apuntes de historia...
—A la mierda con historia. De vuelta con la polla de José —dijo Lucas—. Sabes, si galletas es una palabra en código para polla, entonces eso significa que su polla estaba en tu boca...
Me ahogué con la papa frita y agarré mi lata de soda, aspirando el líquido mientras mi rostro quemaba.
—Teóricamente hablando eso es —añadió Lucas, sonriendo de oreja a oreja como un total idiota. Se paró de un brinco—. No sé cómo lo haces, _____. Si yo viviera enfrente de él, estaría aplastado en su puerta principal desde el mediodía hasta la media noche. Y estaría sobre todas sus galletas. Yum.
Ondeando la mano enfrente de mi cara, sacudí mi cabeza. — Puedes tener sus galletas.
—Oh, cariño, si él se balanceara como bateador-bateador para mi equipo, yo estaría por todo eso en un latido.
Sophia puso los ojos en blanco. —Una gran sorpresa ahí.
—Lo que no entiendo es por qué no estás por todas sus galletas.
Abrí mi boca, pero Sophia sacudió su cabeza y dijo—: No creo que galletas signifique polla. Creo que podría significar que son sus bolas siendo que es plural y todo.
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Esperando por ti (Wait For You) - José Madero.
RomanceAlgunas cosas valen la pena esperar... Viajando miles de kilómetros de su casa para entrar a la universidad es la única manera para ___ ___(TA), de diecinueve años, para escapar de lo que sucedió en la fiesta de Halloween hace cinco años, un acontec...