Explicaciones y ...celos?

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Cuando Danzo salió del palacio de Hashirama, un shinobi llevaba un bellísimo corcél negro al establo. Único en su tipo. Algo poco común de ver, ya que la raza de aquel animal era criada en un solo lugar de todo el país del fuego. Y aquel color, era único en su tipo.

No tenía sentido que un ejemplar así estuviese en el palacio de los Senju.

No, justamente. El caballo de Madara Uchiha era un animal del que solo había escuchado hablar y que había visto a grandes distancias, durante sus investigaciones.

¿Que hacía allí? Por lo visto, parecía que el sujeto acababa de llegar.

Danzo sonrió con malicia.

-Aguarde un momento, por favor.-

El shinobi que escoltaba al animal se detuvo. En cuanto notó que quien le llamaba era el líder del clan Shimura, hizo una reverencia.

Danzo se limitó a sacar otro pergamino y un frasquito con tinta. Escribió algo en un papel. Y se acercó al animal.

-Permitame dejar este mensaje en la mochila que lleva este animal. Cómo ve, es un poco informal. No contiene información muy importante.-

El shinobi guardó silencio y se hizo a un lado. El protocolo asignado prohibía revisar o quitar objetos a los visitantes, exceptuando armas. Pero en ningún momento, prohibía guardar cartas o mensajes entre las pertenencias de los visitantes. Y, viniendo de parte de un líder de clan, era mejor no decir nada al respecto. Lo discutiría luego con Hashirama-sama.

Danzo se acercó al animal, que se negaba completamente a dejarse tocar. Era terco, como probablemente lo era su dueño.

Sin embargo, el shinobi no le hizo las cosas fáciles al pobre animal. Simplemente lo distrajo lo suficiente para que este no se percatara de que Danzo abrió su mochila.

Al mirar en el interior, solo pudo confirmar lo que en parte ya sabía. Una túnica azulada con el logo bordado del abanico Uchiha fue lo único que pudo ver antes de guardar el pergamino.

Las cosas se pondrían interesantes.

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-¿Entonces, Senju-san ha dejado este documento en la casa que te permite ir a visitarle y nadie puede negarte el paso?-

-Si.-

-¿Ni siquiera sus propios soldados?-

-Exactamente.-

-¿Y por qué rayos no lo has usado en toda esta semana que no hemos sabido algo de él?-

Madara terminó de beber su té y simplemente lo dejó sobre la mesa.

-¡¿Desde cuándo has desarrollado el carácter para regañarme tanto, chiquillo come mocos?!-

-¡Desde que usted no ha intentado ayudarnos a saber de Tobirama-san! ¿Qué tiene de malo querer saber cómo está? Se fue en medio de una tormenta de nieve.-

-Y como no regresó, de seguro está genial en su puto castillo de mierda. Ahora cierra la puta boca Itachi.-

No podía creerlo. Desde la ausencia del albino, Itachi estaba hecho una fiera sin control. Parece que tenía mucho tiempo libre para buscar regañar a Madara como si fuese el jefe de la casa. Ese carácter sobreprotector no era positivo para él. Le terminaría perjudicando.

Sin embargo, no podía culparlo. El mocoso había perdido a muchos amigos de su edad en batalla. Claro que, Itachi no había luchado contra alguien en guerra. Pero sus amigos...desaparecían. O se reencontraban en tumbas. Y eso era desgarrador.

•[ La otra cara de mi enemigo ]• (BL) - (En pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora