Una velada mágica (Tercera parte) 😳🔞

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Madara abrió los ojos en cuanto sintió la suave cama debajo suyo. Esa sensación esponjosa y agradable le relajaba demasiado.

Pudo notar al albino sentándose a su lado. El peliblanco había apagado las luces del cuarto, dejando únicamente un velador junto a la cama con una luz anaranjada y que le permitía al Uchiha descansar mejor la vista.

Madara suspiró, dejando ir con su exalación todo tipo de tensiones. Y poco a poco, le permitió a su cuerpo relajarse.

No sentía esa necesidad de relajarse y olvidarlo todo desde que había luchado en batalla. ¿Cómo es que una ridícula fiesta podía agotar su cuerpo y mente así?

—No estoy hecho para la política.— murmuró.

El albino le sonrió con suavidad y se levantó de la cama.

—Nadie lo está. Y convengamos que es la primera vez que tenemos un evento de esta índole. Es normal que estés agotado. Y sobre todo luego de beber tanto.— 

El azabache arrugó la nariz y se incorporó, apoyando su espalda en el respaldo de la cama.

—No estoy tan borracho como crees, rata albina.— el azabache cerró los ojos, sintiendo los efectos del alcohol sobre él. Cuando se refería a que "aún no estaba tan borracho" en realidad significaba que todavía estaba conciente.

Pero bueno, no podría tolerar un segundo más de la fiesta sin el alcohol de por medio. Realmente era muy difícil soportar que la gente te critique constantemente sin parar, te traten de asesino y sobre todo, se metan con los chiquillos hablando de ellos como si fuesen peores que el líder de los Uchiha.

Era tal y como le dijo Madara a Itachi una vez, las personas actúan de forma muy agresiva sin motivo. Sobre todo si eres amigo de alguien importante.

Y...es demasiado difícil sobrellevarlo todos los días.

—Ten.— el albino le acercó al azabache un vaso de agua. —Bebe, te hará bien.—

Los ojos filosos del Uchiha se clavaron en el albino.

—No necesito que me cuides. Sólo dormiré aquí y me iré por la mañana.—

El albino sabía que Madara probablemente despertaría con una horrible resaca. Pero aún así, estaba tan demente como para planificar largarse tan temprano.

Demasiado temprano para gusto del peliblanco.

Cierto. Aún tenían muchas cosas que resolver. Y entre ellas, algo que ahora no le permitía al albino relajarse de la misma forma que el Uchiha.

Ver a Madara tan tranquilo, con el cabello ligeramente despeinado y recostado sobre su cama era todo lo que el peliblanco quería ver cada mañana. Y lo sabía. Su mente y su corazón estaban de acuerdo respecto a ello.

Y podía admitirlo únicamente ahora que sabía que podrían quitarle al Uchiha.

Joder...

—Oye.— Madara interrumpió al peliblanco y su ola de pensamientos. —¿Qué diablos miras? Regresa a la fiesta y déjame dormir.—

Los ojos rosados del peliblanco se encontraron con los filosos y oscuros ojos del Uchiha. El azabache notó cierta tristeza en aquella mirada.

Sin embargo, esos ojos se contrastaban con una sonrisa divertida que el albino soltó rápidamente.

—¿Qué te hace pensar a ti que quiero volver a esa estúpida fiesta?—

El albino dejó el vaso con agua sobre la mesa de luz junto a la cama y se acercó al azabache.

•[ La otra cara de mi enemigo ]• (BL) - (En pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora