Todos me miraron con una sonrisa en su rostro, esa era la pregunta que siempre preguntaban en un juego como este, negué a Miguel quien río.
-Bien te reto, a...-miro a todas partes-Que camines alrededor de la piscina con los ojos vendados-.
Una de las cosas en la que era mala, era en mantener mí equilibrio, pero acepte, tome una cinta que Natalia me miró, todos fuimos a la piscina de la casa, me quite los zapatos, así si me caía, no los mojaria, ate mí cabello en una coleta, mientras me colocaba la cinta en mis ojos.
-Bien, empezarás en 3...2...1...¡Ahora!-.
Di un largo suspiró, mientras caminaba lentamente, sintiendo el filo de la piscina entre las plantas de mis pies, mí corazón se aceleró, al pensar en la idea de que en algún momento me caería, tambalee un poco, pero no cai, los chicos gritaron de la emoción, los podia oír, suspiré nuevamente, pero en una mala pisada caí a la piscina, mojandome de inmediato.
Me quite la venda, mirando como ellos me mostraban sus manos, ayudándome a subir, tome sus manos, sintiendo como el frío se apoderaba de mí cuerpo.
—Nunca más volveré a jugar con ustedes—.
Hablé entrando a la casa, estaba empapada, de mí cabello caian las gotas, suspiré, sentí como alguien me ponían una toalla en mí cabeza.
—Secate con esto, te puedes resfriar, en mí habítacion hay ropa, ponte la que quieras—.
Hablo Samara mientras iba a la cocina.
—Preparare algo caliente para que puedas estar en calor, hasta eso ve y cambiate—.
—Gracias—.
Tome la toalla mientras me secaba el cabello en el camino, justo el día de hoy el clima no era el más agradable que digamos, entre a la habitación de Samara, allí no hacia tanto frío, camine hacia el armario, Samara tenía mucha ropa de colores pasteles, cosa que a mí no me gustaba mucho, pero no podía juzgar sus gustos.
Tome un conjunto de ropa, color verde pastel, también tome un par de sandalias, deje la toalla en el baño personal que tenía en su habitación, entonces baje junto a los demás, ya estaban en la sala, con un bowl de palomitas.
—¿Cómo estuvo el agua? ¿Helada? ¿Deliciosa?—.
—Calláte Roberto, por lo general soy muy buena en el equilibrio, pero aun no se que me pasó, la cabeza me dolió un poco y caí—.
—Bueno eso ya pasó, ven siéntate, vamos a ver una película de terror uhhh—.
Me sente entre samara y Luis, este último se acerco un poco más a mí, dejando pegando su brazo con el mío.
—¿Oigan por qué solo yo tuve que pagar mí reto y ustedes no?—.
—Por que nos cansamos de jugar, además ya se hizo tarde—.
—Con amigos con ustedes para que quiero enemigos eh—.
—¡Ey!—.
Todos rieron, Miguel puso la película, mientras comían palomitas, todos estaban mirando atentos, la verdad es que yo ya había visto esa película, pero no quería darles algún tipo de pista, así que me quedé en silencio, mientras veía la película, pero de pronto sentí una mano en mí pierna.
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La última de los Fernández [Luis Miguel]
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