Entre en a la oficina, encontrándome con Ambrosi, quien al verme de inmediato tomo una pequeña agenda acercándose a mí.
Me senté en la mesa, inclinándome para atrás un poco.
—¿Que es lo que tienes en esa libreta eh?—.
Hablé un tanto curioso, Ambrosi no era un hombre que guardaba secretos, y mucho menos a mí.
—Esta es la lista de chicas que me han pedido tu número Micky—.
—¿Que? ¿De que chingados hablas Ambrosi?—.
—Que Micky, hemos decidido que es hora de que vallas buscando a alguien ¿No?, Estas muy solo, queremos que vuelva el Micky de antes—.
—El Micky de antes no va a volver, ni aunque le pongan en frente a la mujer más bella del mundo ¿Lo entendiste?, Por qué yo siempre estaré enamorado de una mujer, y nadie de tu lista se le compara a ella, ¿Estamos?—.
El asintió, lanzó la libreta sobre la mesa y suspiró, me levanté de el asiento y fui hacia la salida, mirando mí empresa, sonreí mientras caminaba por los pasillos, pero me detuve antes de pasar por la oficina de Natalia y samara, ya que ellas trabajan aquí, me asome un poco, escuchando lo que estaban hablando.
—¿Bueno? ¡(TN)!, Antes de que me digas algo dejame hablar ¿Si?, Queremos que vengas, abra pronto una carrera de caballos, junto a una fiesta para lo ganadores, será genial, así que tienes que venir, y no acepto un no por respuesta, genial te estaremos esperando, bye—.
Ella y Natalia sa abrazaron con emoción, volvi nuevamente a la oficina de Ambrosi, quien me miró con una sonrisa.
—¿Y ahora que sucede?—.
—Quiero que prepares mí caballo, que lo tengas listo ya que en cualquier momento lo voy a ocupar, ah y también ten listo, unas flores y chocolates, los más costosos que encuentres, yo te dire para cuando los necesitaré—.
Salí de la oficina nuevamente, ahora sí pasando por dónde samara y Natalia, quienes me saludaron desde dentro, pase de largo hasta salir de la empresa, me subí a mí auto rumbo a casa, sonriendo como un bobo, nuevamente, después de años vería a (TN).
[...]
Me acosté en mí cama, mirando al techo, sin dejar de pensar en aquella invitación de Samara, el hecho de que vuelva a México, aumenta las posibilidades de que vuelva a ver a Luis Miguel, en un 70 %.
Tome mí pastilla, un medicamento para controlar mis dolores de cabeza, tome con un poco de agua, y me volví a recostar, no podía decir que no, al último momento, después de tantos años es hora de enfretar el pasado, mire la foto que tenía a mí lado, mí hija junto a mí, no podría ocultar más a hazan de Luis Miguel, apague la linterna de mesa, sumergiendome en total oscuridad, cerré mís ojos, y al instante la imagen de Luis inundo mí mente rápidamente, me lleve mí mano a mí pecho, sintiendo algo, ¿Será que Luis Miguel y yo nuevamente nos veremos?, Suspiré y sacudí mí cabeza, eso lo veremos cuando llegue a México.
ESTÁS LEYENDO
La última de los Fernández [Luis Miguel]
Fiksi Penggemar|• No se permite la adaptación parcial o completa de esta obra•|