20. El sobre.

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Ginebra

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Ginebra.

—Dos cosas —subió los dedos de su mano para indicarlo—. Primero, no puedes seguir huyendo. Y segundo, Oliver se ganó mi corazón.

Arrugué mi nariz.

—¿Qué hay con Oliver? —le pregunté—. ¿Se han estado juntando sin mí? —me hice la ofendida mientras lo decía.

—Eh, no me cambies el tema.

—¡Pero si estamos hablando de lo mismo!

Negó fervientemente con su cabeza.

—Estamos hablando del primer punto. No me cambies el tema Ginebra —dice, sonando como mi madre. 

Solté un resoplido.

—Austin es asunto del pasado. 

—Que no deja de perseguirte —recalcó. 

Pasé la mano por mi cara, restregándola con frustración. 

—Me puedes decir el porqué terminaste con él. Nunca me lo contaste, solo me dijiste que las cosas no funcionaban y nunca más hablamos del tema —comenzó a decir mientras cruzaba los brazos sobre la mesa, inclinando su cuerpo más adelante para hacer nuestra conversa privada—. ¿O es que acaso te hizo algo? 

—No. Austin se comportó muy bien en nuestra relación. 

Frunció su ceño sin entender. 

—¿No te engaño o algo así? 

Negué. 

—¡No entiendo nada! —bufó, dejándose caer hacia atrás en la silla. 

—En realidad nunca terminé con Austin. Solo desaparecí de su vida —le conté a la vez que jugaba con el cierre de mi bolso—. Fue de un momento a otro. Sentía que me asfixiaba, que no podía seguir en esa relación. Era mucho para mí... Tenía a muchas chicas detrás de él. 

Gus soltó una risa. 

—¿Te alejaste porque tenía seguidoras rondándolo?

Apreté mis labios, humedeciéndolos. 

—No, tampoco fue por eso. 

—¿Qué sucede Ginebra? —preguntó, volviendo apoyarse en la mesa—. ¿Qué pasó para que lo dejaras de ese modo?, porque no puedo imaginar nada. Estoy a la deriva con mis pensamientos. Trato de entenderlo, pero no puedo.

—Me asusté. 

Noté como arrugaba su entrecejo. 

—Sé que es estúpido lo que te digo. Pero me asusté Gus. 

Dejé que mis codos descansaran en la superficie de la mesa en la que estábamos. Tapé mi cara por unos segundos y lo volví a observar. Me sentía tonta, ya que nunca había hablado del tema con mi mejor amigo. Y no era porque no lo deseara, si no más bien, era porque la incomodidad volvía cada vez que lo recordaba. 

GAME OVER [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora