40. La teoría del amor (Part 2)

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Ginebra

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Ginebra.

Recuerdo perfectamente la primera vez en que vi a Harry. Ese día, había sido mi dulce y mejor momento. Y no simplemente porque mi hermano mayor lo hubiera llevado a su casa, si no porque ya había visto a Harry unas horas antes de que me lo presentara.

Él había estado apoyado en su vehículo mientras tecleaba en su celular con rapidez y, obviamente, mi enamoramiento había comenzado en ese instante en el que alzó su mirada verdosa y me observó con intensidad. No hubo sonrisa y tampoco disgusto, sin embargo, aquello fue lo que me atrajo aún más hacia él.

¿Me gustaba que me ignoraran?, no tenía idea. Pero siempre me habían gustado los retos. Sobre todo si se había tratado de Harry Styles.

Él había sido un gran reto en mi vida. Y el saber que era el mejor amigo de mi hermano, profesor y... gay, solo habían hecho que me incentivaran. Y el intentarlo, había valido la pena para estar en ese lugar junto a él.

¿Alguien podía creerlo?, era la novia de Harry. Mi profesor favorito de literatura; Esas cosas no pasaban siempre.

—¿Cómo estás? ¿Necesitas un masaje? ¿Agua? ¿huir? —comienza a preguntar mientras mira mi rostro con una sonrisa idiota—. Te ves muy nerviosa.

—Y cómo quieres que esté —gruñí—. Estoy a cinco minutos de entrar a esa sala con esos profesores... —bufé.

Oliver posó sus manos en mis hombros. Me agitó un poco y me calmó al hacerme un pequeño masaje para incentivarme.

—Los dejarás boquiabiertos —aseguró.

—Lo dices porque eres mi jodido amigo.

Entorna sus ojos con gracia.

—Tienes a favor de que Harry esté en ese lugar. Te aprobará igual —me dice mientras alza sus cejas—. Yo no tengo tanta oportunidad.

—No me agrada que digas eso Oliver. Harry de igual modo puede reprobarme... Él es exigente siempre.

—Mhm... Sí, tienes razón. A veces no tiene corazón. Es muy profesional.

Di un resoplido.

Aquello no me había tranquilizado.

—¡Llegué! —escuché a mi lado a un jadeante Gus—. ¿No me perdí de nada? —preguntó al verme—. ¡Guauuuu! ¿Por qué tan preciosa mi amor?

—Ginebra. Tu turno.

No. Absolutamente no. Yo no podía ingresar ahí. Estaba nerviosa hasta mierda. ¿Cómo había pasado tan rápido el tiempo? ¿Y por qué mis pies no querían despegarse del suelo?

GAME OVER [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora