37. El final de todo.

901 72 95
                                    

Harry.

—Magistrado. El divorcio culposo se debe interponer cuando hay una falta grave en el matrimonio, como la infidelidad —mencionó mi abogado—. Y en este caso, el señor presente, lo ha cometido en más de dos ocasiones. La prueba la tiene en sus manos.

El juez levantó la mano con calma. Y a pesar de ya ver las fotografías llevadas por mí, indicó que ingresaran los testigos. Gus en ese momento pasó al lugar, vistiendo un traje que le había prestado para la ocasión. Y de algún modo, tenía claro que no se sentía para nada cómodo.

Él se quedó en el lugar indicado, cruzó sus manos por delante y me miró de reojo. El juez en ese instante le hizo jurar y, al terminar, comenzó a realizar preguntas de acuerdo a lo que habíamos previsto.

No presté tanta atención, mi cerebro comenzó a divagar en las posibilidades que me llevaban a perder. Había entrado en una especie de trance mientras hablaban. Además, ya llevábamos en el lugar una hora, en donde solo el abogado de Thomas había hablado sin parar; No tenía idea de dónde había sacado tantas palabras bonitas para callar a todos.

Pero solo eran eso, palabras bonitas.

—Tengo también una prueba en mi celular. Un video —le dijo al sacar su móvil.

—Objeción señoría —soltó el abogado de Thomas.

—Objeción denegada. Trae ese móvil —indicó, tratando de que se apresurara.

Gus llevó el celular desbloqueado hasta el juez. Retrocedió unos cuantos pasos y esperó con paciencia al igual que nosotros. De hecho, podíamos oír el audio con claridad; Thomas estaba jodido después de esto. El video en ese momento, era mi única salvación.

—Nos tomaremos un receso de media hora —habló duramente el juez.

Suspiré agotado.

Al estar fuera de la audiencia, compré algo de la máquina de chucherías. Gus estaba a mi lado, en silencio. Parecía que ninguno de los dos deseaba hablar hasta que terminara todo. Le di un paquete de galletas saladas y me quedé con un dulce de chocolate, haciendo que mi paladar estuviera a gusto.

—Harry —mi abogado apareció en un costado de nosotros—. Todo está a nuestro favor. Thomas no ganará, no después del video. No te sacará ningún peso del bolsillo.

—¿Estás seguro?

Él posó su mano en mi hombro.

—Confía —sonríe.

¿Qué tramaba?

Al volver dentro de la audiencia, volví a tomar mi lugar, sentandome mientras acomodaba las mangas de mi saco. Podía jurar que estaba sintiendo parte de la ansiedad envolverme, pero solo eran ideas, ya que había tomado una pastilla antes de ingresar al lugar. Necesitaba solo estar tranquilo, tal y como lo había dicho mi abogado.

Confiar era lo único que debía hacer.

El juez reaparecido luego de unos segundos. Se colocó sus gafas y miró los papeles que estaban sobre el estrado, viéndose más serio que hace un rato atrás. Y al dar inicio, entrelace mis dedos para calmarme.

—Después de la breve pausa, he estado analizando la situación en la que se encuentran, pero me gustaría saber un poco más...

¿Más?

Mi abogado de levantó de su asiento.

—Su señoría, si me permite hablar.

El juez asintió.

—He estado averiguando por mi cuenta —comentó a la vez que comienza a rebuscar en unas hojas esparcidas en la mesa—. Y me llevé una sorpresa. El caballero presente —apuntó a Thomas—. Fue denunciado hace un par de meses atrás. Tengo las pruebas adjuntas aquí.

GAME OVER [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora