Ginebra.
Cuando el fin de semana llegó, mis padres junto con Marcos marchamos a lo que era nuestra salida familiar por su aniversario y, habría creído que Harry no aparecería si no lo hubiera visto en el lugar.
Él había aparecido en su propio vehículo, saludando a mi familia mientras Marcos trataba de aparentar tranquilidad.
Me sentía feliz. Sin embargo, saber que entre los mejores amigos había tensión, me hacía sentir culpable. Aún así, traté de llevar el amén a Marcos por esa mañana. Además, había un tiempo genial y sin lluvias que pudieran perjudicar todo el viaje.
—Aún no entiendo el porqué no escogieron unas cabañas... —gruñó Marcos mientras trataba de armar su tienda de dormir—. Solo espero que en la noche no haga frío.
Entorno mis ojos al escucharlo. Era un viejo quejica.
Cuando terminé de armar mi tienda, observé a Harry ayudar a Marcos luego de que él juntara unos leños para la fogata. Lo molestó un poco y bromearon entre ellos, volviendo a lo que era la normalidad por ese rato. Y, después de unos quince minutos de observarlos, Harry sacudió sus manos, incorporándose a la vez que movía la tienda, verificando que estuviera firme. Y al hacerlo, sonrió mostrando uno de sus hoyuelos.
—Ahora no hay riesgo de que volemos en la noche —bromeó Harry—. Buen trabajo.
Él me miró y sonrió.
—¿Quieres ir al lago?
Marcos nos observó pero luego sacudió su cabeza al mismo tiempo que dejaba sus bolsos dentro de la tienda. Por primera vez, trató de no darnos importancia.
Busqué con la mirada a mis padres, pero recordé que habían ido a comprar algunas cosas para comer. Así que eso nos dejaba en una larga espera en aquel lugar. El supermercado estaba lo bastante alejado de esa zona.
—Vamos —le digo ocultando mi felicidad.
Todo iba bien. Todo estaba avanzando como había querido hace semanas atrás. Pero aún me inquietaba que esa semana no me hubiera hablado con normalidad.
—Tus padres son amigables —comentó cuando nos alejamos.
Hinqué mis hombros, manteniendo las manos dentro del bolsillo tipo canguro de mi hoddie.
—Lo son. Pero cuando no les gusta alguien, parecen otras personas. Tú les agradas —le digo—. Tienes suerte.
Harry solo sonrió y se acercó a la orilla del lago, en donde se inclinó y tocó el agua tranquila.
Lo quedé mirando.
—Conversé con Thomas...
Me tensé. Había olvidado lo sucedido hace varios días atrás, ya que ni siquiera había visto al chico por la universidad. Además, solo me preocupaba lo que pensara Styles.
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GAME OVER [H.S]
FanfictionHarry probablemente era el hombre perfecto para Ginebra y, al igual que todas, suspiraba entre los pasillos y salón de clases por él. Pero tenía tres grandes problemas para poder conquistarlo. Uno, era su profesor; Dos, era el mejor amigo de su herm...