Harry probablemente era el hombre perfecto para Ginebra y, al igual que todas, suspiraba entre los pasillos y salón de clases por él. Pero tenía tres grandes problemas para poder conquistarlo. Uno, era su profesor; Dos, era el mejor amigo de su herm...
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Ginebra.
Se sentía extraño.
Se sentía como si solo hubiéramos formado parte de un increíble sueño. Ser su alumna, e intercambiar palabras solo en sus clases, era decir como si hubiéramos retrocedido en el pasado para no cometer los mismos errores, pero ambos sabíamos que no era así, ya que aún quedaban esas miradas cómplices.
Marcos había hecho preguntas cuando dejé de ir a su casa para no verlo a él y, poco después, dejó de hacerlas cuando comentó que sabía lo sucedido, por lo que me llevó a una opresión en mi pecho al recordarlo.
Quería imaginar que tal vez no sería mucho tiempo al separarnos, pero cuando los días y semanas comenzaron a pasar con rapidez, me hundí en mi tristeza, llevándome al encierro mientras me ocultaba entre los libros. Gus, había tratado de hacerme comprender de lo que estaba haciendo, pero no hice caso.
Mirar a Harry en clases, era mi tortura. Él actuaba con un profesor, actuaba como si nunca hubiéramos tenido algo. Pero en el fondo, sabía que también se lamentaba.
Había escuchado que aún estaba en un juicio. Que tal vez, le tomaría más tiempo de lo pensado. Harry no tenía pruebas por parte de la infidelidad de Thomas, lo que empeoraba aún más la situación. Todo eso, lo había oído por parte de Marcos. Mi hermano había ablandado un poco su corazón para contarme sobre Harry. Y, con algo de miedo, había terminado por contarle sobre el comienzo de toda nuestra aventura; Aunque, él ya lo sabía todo.
Hubo un día en específico en el que me embagué de esperanza, cuando me topé con Harry en la biblioteca. Y, cada vez que lo recordaba, me hacía reír por lo cliché que había sido. Era como si hubiéramos salido de un libro para hacerlo realidad en ese lugar.
Ambos habíamos chocado al doblar por uno de los estantes, logrando que a él se le cayeran los libros y su cubo rubik que llevaba encima del pilar. Inmediatamente lo ayudé a recoger, dejándolos sobre la mesa, en donde él parecía estar, ya que su laptop estaba abierta mientras apuntaba unos escritos. Y, cuando creí que nuestro silencio no podría ser más eterno, él simplemente sonrió, haciendo que mis piernas temblasen.
Me preguntó cómo estaba, lo que hizo que aquella oportunidad, fuera la conversación más larga después de dos meses de estar separados. Y, cuando pretendí alargarla, no pude. Uno de sus alumnos llegó con presura, disculpándose por la demora; Harry era el profesor a cargo de su seminario. Entonces, esa esperanza que creí lograda, se fue tan rápido como lo pensé.
En las vacaciones de invierno, me dediqué a terminar mi propio seminario junto con Oliver. Ambos llevábamos el mismo tema, por lo que se nos hizo aún más fácil de lograr. Y Gus, solo nos apoyaba desde la casa de campo de sus papás por videollamada, burlándose de nosotros por lo estresante que nos habíamos visto al acabarlo. A veces, podía llegar a envidiarle, pero sabía que también sufría con su carrera de artes.
Cuando volvimos a clases, todo fue aún más torturante. Ya no habían miradas cómplices, ya no habían intercambios de palabras y tampoco parecía haber una oportunidad de volver a estar juntos. Mi pequeña esperanza guardada, se veía destruida al notar que ya no le interesaba.
"—¿Qué sucede si ya no te gusto? ¿Si ya no quieres nada conmigo?
—No sé qué puede suceder en ese tiempo Gin. Tampoco quiero hacerte promesas que quizá no voy a cumplir, pero... debes entender que si eso sucede, es porque te mereces algo mejor que todo esto."
Había hecho Game Over sin querer. Había perdido mi propio juego al enamorarme de un chico que estaba prohibido para mí.
Nota:
Fin.
AH NO SE CREAN JAJAJAJA
Okay, no me maten al Harry y a mí. Es un capítulo bien corto, una versión o visión de lo que es Ginebra 🤫