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Los tres chicas entraron en aquella casa en busca de información que verificará o negara sus creencias.

Lisa y Jennie caminaron donde el dichoso beso aconteció y llamaron el nombre de JiSoo en voz baja sin conseguir respuesta. Caminaron por toda la casa en busca de su amiga, sin conseguir respuesta. Se quedaron en la cocina dudando si de verdad era la voz de JiSoo o su imaginación.

—es imposible que las dos escucharemos lo mismo, a la vez y  proveniente del mismo lugar.— protestó Lisa.

Tanto Jennie como Rosé querían salir de ahí antes de romper en llanto. Pero Lisa la podía sentir, sabía que JiSoo estaba dentro de esa casa y que su madre era capaz de todo.

Al reloj marcar las 2 de la madrugada, decidieron dejar esa idea a un lado e ir a dormir. Cuando salían por la pequeña ventana en el sótano Lisa volteo a ver una pared y con un lápiz escribió cierta frase.

Todas se sorprendieron por el éxito de entrar a la casa, buscar por dos horas y salir sin ser descubiertas, la señora Kim era una piedra al dormir.

Rosé volvió a su cama, mirando el techo e imaginando escenarios en el que ella se casaba con JiSoo.

Rosé lloraba todas las noches hasta las 3 de la madrugada, al dejar de salir sus lágrimas empezaba a imaginar a JiSoo y se dormía con una sonrisa. Si bien JiSoo era su razón para llorar, también era su razón para sonreír.

Pero esa noche no logró conciliar el sueño. Despertó con grandes ojeras, al bajar encontró a su madre preparando el desayuno y sintió miedo... Su madre tenía ojeras, eso podía significar que no durmió.

—Rosé, tus ojos...— siento la muerte.— luces como un panda ¿No puedes dormir bien, cariño?

—siendo sincera no.

—cariño.— la madre acarició la cabeza de su hija.— algunas veces olvido cumplir con mi papel de madre, lo lamento.— beso la cabeza de su hija.— todas las noches te haré leche tibia con galletas. Eso ayuda a dormir.

—gracias, mamá. Pero necesitas recordar que no soy una niña, puedes tener descanso, no necesito que me cuides a como lo hacías antes.

—lo se, por eso quiero que estés consciente que cuentas conmigo para lo que sea y siempre te apoyaré.— dejó otro beso en la cabeza de su hija.

Y ciertas dudas también.

𝚁𝚄𝙻𝙴𝚂 ◌ 𝕮𝖍𝖆𝖊𝖘𝖔𝖔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora