Capítulo 11:

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Capítulo 11:

-         Tengo pena…- Dijo la niña de tan solo 6 años, mirando a un niño que estaba a su lado, ambos sentados en la orilla de la calle, ambos bajo la lluvia.

-         Pero te enfermaras, debemos entrar- Dijo el muchacho rubio.

-         Ni siquiera se tu nombre aun…- Dijo la niña con lágrimas en sus ojos.

-         Soy Sam, Sam Evans, y ya te pedí disculpas.

-         Pues Sam Evans, me golpeaste fuerte con la pelota- Dijo entre lágrimas.

-         Me dices tu nombre?- Le toco la mano tiernamente.

-         Quinn Fabray- Dijo mirándolo, haciendo un tierno “puchero” con sus labios que al niño le pareció enternecedor.

-         Pues Quinn Fabray, perdóname por haberte golpeado con la pelota, pero está lloviendo y mejor hablemos en mi casa.

-         No debo ir con extraños- Dijo mirándolo, atenta, sintiendo como sus lágrimas se mezclaban con la lluvia.

-         Yo no soy un extraño, soy tu mejor amigo- Sonrió el niño, no quería ver a su nueva amiga triste.

-         Serás mi mejor amigo?- Lo miró algo esperanzada.

-         Si, lo prometo, para siempre!- Sonrió.

-         Siempre?- Sonrió.

-         Siempre- Le tomo la mano y la beso tiernamente.

-         Promesa- Lo abrazo con fuerza.

-         Quinn!- Escucho la voz de su madre, se despegó de su nuevo amigo y miró a su madre- Hay que entrar, está lloviendo.

-         Samy, debes entrar!- El rubio escucho a su madre y la vio con esa pansa gigante.

-         Ya voy- Dijeron ambos niños a coro, se miraron.

-         Debes cumplir tu promesa!- Dijo Quinn.

-         Y tú la tuya- Dijo Sam, le beso la mejilla y corrió hacia su madre, Quinn corrió hacia su casa.

Me desperté con una sonrisa, me acomode en los brazos de Sam y sonreí, ese sueño de cuando nos conocimos no puede ser más mágico…

-         Buenos días Quinny- Dijo besando mi frente.

-         Buenos días- Sonreí, besándolo tiernamente.

-         Tu celular sonó un par de beses amor.

-         Debe ser el idiota de Ryder- Dije sentándome en la cama, para mirar directamente la cara de Sam.

-         No debiste haberte ido de la casa así como así.

-         No me fui de la casa, solo le dije que se pudriera y traje mi piyama para acá con mi ropa y él cree que estoy donde Santana.

-         Pero estas acá conmigo- Sonrió.

-         Siempre- Me acerque a él para besarlo tiernamente.

-         Nunca me respondiste la pregunta- Dijo separándose unos pocos centímetros de mí.

-         Que pregunta?- Dije fingiendo no saber y me volví a sentar en la cama, dejando a la luz mi piyama y el de Sam, pues no, no hicimos nada esta noche, solo nos abrazamos y nos acurrucamos hasta quedarnos dormidos en los brazos del otro.

"Is my oath to you"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora