...Emocionadisima había llegado a Nueva York.
Las últimas semanas le parecieron años. Desde que Terry había enviado un boleto sin regreso, Candy no paraba de soñar en su nueva vida que les esperaba juntos. Habían acordado verse en el teatro Broadway después de la función. Terry iría por ella a su palco, aunque él habría querido ir a rrecogerla en la estación de trenes no pudo, los últimos ensayos para el estreno de esa noche no le permitía salir del teatro. Pero Candy no se sintió decepcionada, era mejor para ella, así podría arreglar su aspecto, que era un desastre, después de haber permanecido por más de ocho horas en el vagón de un tren sin poder estar sentada. Por eso, en cuanto llegó al hotel donde tenía una habitación reservada lo primero que hizo fue ir al cuarto de baño.
...Una brisa fría propia del mes de diciembre le rosaba la cara, mientras miraba el lento horizonte por encima del agua. Hacia un rato que había llegado y todavía quedaban unas cuantas personas caminando por la orilla, aunque poco a poco se hacían menos al advertir el cielo nublando.
Ahora se encontraba sola, observando todo lo que había a su alrededor.
El océano ya no reflejaba el color del azulcielo, y las olas ahora morían en la orilla con una fuerza pero llenas de tristeza. Levanto la cabeza y vio como se hacían más gruesas las nubes y cada vez estaban más bajas. La niebla empezaba a espesarse, de manera que ahora resultaba imposible distinguir el horizonte.
Una vez en otro lugar, en otro momento, había podido sentir la majestuosidad de la belleza que la rodeaba, pero mientras estaba allí, se dio cuenta de que no había podido olvidar.
No era como un sueño que después de un tiempo solo quedaban partes.
Cuándo inició su travesía le parecio que estaba lista, que podría con eso en el momento en que decidió viajar hasta aquel lugar, había planeado quedarse a pasar la noche.
Había planificado lo que haría en cuanto estuviera allí, pero al observar el mar se dio cuenta de que en realidad no quería quedarse, aún no estaba preparada .
Volvería a casa, aunque se le hiciera tarde.
Cuando sintió que no podía más empezó a caminar poco a poco.
No le había dicho a nadie donde iría ese día. Excusándo que iba a hacer las compras navideñas . Era una excusa perfecta y, aunque estaba segura de que, de haber dicho la verdad no hubieran entendido el motivo de aquel viaje.
Un viaje qué había empezado ella sola, y deseaba concluir todo aquello para seguir adelante... pero todavía no estaba preparada para... decir.
Cerro sus ojos y lo primero que recordó fue su mirada azul, un color oscuro e intenso pero transparente para sus ojos.
Si, ella conocía bien lo que Terry escondía para otros.
Recordando su intensa mirada Candy abrió nuevamente los ojos. Abrió su bolso y saco un diario.
Era tan pesado como el remordimiento que cargaba su alma.
Aquellas páginas contenían pecado.
Aquellas páginas habían sido escritas después, en horas de hacer lo correcto.Candy empezó a desdoblar el papel que cubrió el diario que él le había enviado a pesar de que sabía que no debia hacerlo, paso la llema de los dedos por la escritura, se había utilizado una pluma de tinta fina, pero el escrito presentaba varios errores, como si le hubiera salpicado gotas de agua.
Un papel en el lado superior derecho, empezaba a perder color. "El paso del tiempo", penso. Sabía que había de llegar un día en el que el papel perdería as color original, pero aquellas palabras escritas jamás serían borradas, albergaba la esperanza de que tras ese viaje pudiera dejarlo ir. Era lo correcto y lo mejor para todos.
No pudo evitar que su visión se volviera borrosa cuándo comenzó a leer .
Mayo 8
Midtown Manhattan.
Nueva York.
Feliz cumpleaños. Hija.
Perdona, pero tenía que decirlo, aunque sea en un papel, ya se que he jugado sucio con tu vida, y se que pasará una eternidad para que esta carta llegara a tus manos y me disculpo por ello. Aunque la verdad hay muchas cosas por las cuales me gustaría disculparme. Pero por favor , no ignores mi suplica silenciosa. Mi corazón tiene una herida y solo tus manos podrían curarlo... Hay tantas cosas que necesito decirte, hay tanto que mi alma desea liberar, y tu eres la única que podría ayudarme, Por favor una vez más, déjame verte una vez más. Solo te pido que me escuches , necesito decirte que pasó realmente, ambas lo merecemos. No puedes borrar la sangre, mi sangre, pero sobre todo el amor de una tonta madre, con un simplemente
"Adios"
Si aceptas envia una carta a mi apartamento en Broadway. Estaré esperando cada día que me queda por vivir.
Al principio Candy se había enfadado por su atrevimiento, pero su enfado solo duró un momento, ella estaba tan herida como él.
Terry tenía razón , necesitaba entender que había pasado realmente. Aunque era consciente que no quería, que no estaba bien, que personas sufrirían, pero lo que había pasado entre ambos aún creía que era una pesadilla. Tomó una decisión y mandó su respuesta.
Una semana después recibió la segunda carta secretamente.
Candy volvió a ver a Terry tres semanas después de haber aceptado. Lo que siguió de allí no pudieron evitarlo.
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Tú, Mi hermano
FanfictionEn todas las historias hay enseñanzas, aunque puede ser que, en algunas, nos cueste encontrar el tesoro, o cuando lo encontramos es en cantidad tan exigua que el fruto tan seco y marchito apenas compensa el esfuerzo de romper la cáscara. Si este es...