— Un nuevo dia ...— Pensaba para si misma con tristeza — Otra noche que duermo mal —Repasaba por su mente.
Con lentitud se sentó en la cama y se quedo observando el piso , le costaba terriblemente empezar un nuevo día y tener que fingir alegría y sonrisas ante todos.
Candy aprovecho que era muy temprano y para su suerte en el hogar de Pony todos aun dormían profundamente, se puso un abrigo grueso y unas botas para disponerse a caminar y observar el amanecer, salio de la casa en silencio, respiro profundamente y comenzó a andar en dirección a la colina de Pony .
Ya eran dos años desde la ultima vez que los vio, Candy había hecho de todo para olvidar, ayudaba a sus madres con los niños del hogar de Pony y trabajaba como enfermera en un pequeño hospital del pueblo.
La joven no había vuelto a vivir con los Ardlay por mas que ahora contara con el apoyo de Albert, ella había decidido regresar a su hogar y trabajar arduamente para no pensar, aún así ella seguía siendo una joven de alma noble y cariñosa y siempre visitaba a sus amigos.
Llego por fin a su amada colina y se sentó en la grama a observar el bello sol salir, la vista era espectacular pero pronto una tristeza ya muy conocida por ella la invadió y cerró sus ojos con fuerza para reprimir las lagrimas ... —¡Basta ya Candy! — Dijo en voz alta regañándose a si misma — Basta por favor, ya no quiero llorar mas — Decía la rubia entre lagrimas y abrazando sus piernas fuertemente.
Poco a poco se fue calmando, limpio sus ojos y soltó su cabello que ahora lo traía mas largo, ya no usaba mas aquellas coletas de niña infantil , lo usaba suelto o en una ordenada cola de caballo para trabajar que le daba un aire mas maduro y profesional , todo rastro de su vida junto a el ella lo había intentado eliminar.
— Hola Candy — Dijo una voz masculina tras ella
—¡Albert! ¿Que haces aquí?
—Lo mismo que tu ... no podía dormir y vine a caminar a mi colina favorita ... ¿como estas?
—¡Muy bien! ... Respondió la joven rápidamente y dibujando una gran sonrisa en su rostro... ¿y tu? es una pena que se solo te queden un par de días mas en Lakewood.
—Así es ...— Dijo el rubio soltando un suspiro —Estas vacaciones me han caído muy bien y me entristece tener que irme — Dijo, acercándose a ella lentamente
—A mi también me entristece Albert
— Candy ... Me gustaría tanto que vengas conmigo a Chicago, no me gusta estar tanto tiempo alejado de ti — Le dijo Albert tomando la barbilla de la rubia , la joven se quedó impávida, tratando de cubrir un sonrojo
—Vamos Albert ¿que dices? ¡No puedo dejar mi trabajo y a los niños! — Respondió muy sonriente y estirándose para disimular su rápido alejamiento del joven.
—Si Candy te entiendo, pero que hay de ti. Solo te dedicas a los demás y a trabajar, en todo este año no te has tomado unas vacaciones mas que para visitarnos unas cuantas horas.
Candy estaba cansada de oír lo mismo de parte de todos los que la rodeaban, hasta el Doctor Martín le había dicho que necesitaba descansar o tomarse un viaje ya que ella era muy joven para encasillarse de lleno en el trabajo, La Tía Abuela Elroy no dejaba de insistir en que la joven ya estaba en edad casadera y que la vida que estaba llevando solo la condenaba a ser una solterona.
— Creo que tienes razón, para navidad me tomare unas largas vacaciones y sera en Chicago, te lo prometo... ¡Uyy ya debo irme! tengo que ayudar a la Señorita Pony a levantar a los niños! ¡Nos vemos! — Dijo la rubia dejando rápidamente al joven con la palabra en la boca , Candy solo había dicho las palabras que Albert quería oír para no seguir discutiendo , ella realmente no pensaba tomarse un tiempo libre por nada del mundo o sentiría que se moriría.
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Tú, Mi hermano
FanfictionEn todas las historias hay enseñanzas, aunque puede ser que, en algunas, nos cueste encontrar el tesoro, o cuando lo encontramos es en cantidad tan exigua que el fruto tan seco y marchito apenas compensa el esfuerzo de romper la cáscara. Si este es...