Del diario de Eleanor 3

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Semanas atrás...

Tenía que comunicarse inmediatamente con la familia pero no tenía los medios, así que decidió subirse a una carroza de paja y tal como lo hizo en sus días de vagabundo, lentamente llegó hasta Escocia.

El único lugar donde cualquiera lo conocía desde pequeño.

Después de un merecido día de descanso se instaló a ponerse al día de todas las situaciones que habían ocurrido durante todo el tiempo en que estuvo secuestrado, Llamó inmediatamente a George y tras un par de semanas de intercambio de indicaciones, encomiendas y contratos de suma importancia, comenzó su lectura...

"Siento la piel erizarse debajo de mi chaqueta de piel ante las ultimas palabras que he leído, mi aliento esta gélido y por primera vez no puedo decir que sea por la azotea o los gruesos y fríos muros que me rodean.

Mi corazón galopa a toda prisa y siento mis manos temblar de miedo. Aun no podía creer que esto hubiera pasado. Tenia un indicio de lo que debía hacer, pero mi mente aun no lograba armar el rompecabezas para ponerme en marcha.

Necesitaba más pistas"

Había leído aquella parte más de una vez desde que había recibido el diario, mas de una vez por día mis ojos habían repasado aquellos relatos sin explicación, pero algo era seguro, necesitaba terminar de leer esos escritos completamente.

Aún con miedo a saber más... 

Tomó aquella hoja doblada al final.

-.-.-.-.-.-.-

Mayo 8

Midtown Manhattan.

Nueva York.

Feliz cumpleaños. Hija.

Perdona, pero tenía que decirlo, aunque sea en un papel, ya se que he jugado sucio con tu vida, y se que pasará una eternidad para que esta carta llegara a tus manos y me disculpo por ello. Aunque la verdad hay muchas cosas por las cuales me gustaría disculparme. Pero por favor, no ignores mi suplica silenciosa. Mi corazón tiene una herida y solo tus manos podrían curarlo... Hay tantas cosas que necesito decirte, hay tanto que mi alma desea liberar, y tu eres la única que podría ayudarme, Por favor una vez más, déjame verte una vez
más. Solo te pido que me escuches, necesito decirte que pasó realmente, ambas lo merecemos. No puedes borrar la sangre, mi sangre, pero sobre todo el amor de una tonta madre, con un simplemente

"Adios"

—¿madre?...

Tú, Mi hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora