La alfombra roja se extendía frente a él, los reporteros gritaban preguntas, y los flashes de los fotógrafos brillaban cegadoramente, dejando el aroma a pólvora flotando en el aire. Terrence Graham, el famoso actor de Broadway, y ahora de la industria del cine, descendió de su lujoso auto, impecablemente vestido de etiqueta, con su porte arrogante y sexy, sonrisa cautivadora, cabello perfectamente peinado, los gritos de las admiradoras no se hicieron esperar, ver al apuesto hombre, porte de aristócrata, y acento inglés, era simplemente una vanidad.
Si a sus atributos personales le sumabas el misterio y los rumores que giraban a su alrededor, la histeria y el magnetismo eran comprensibles. Se decía que su verdadero apellido era Grandchester, que era en realidad hijo de uno de los nobles más poderosos de Inglaterra, algunos decían que tenía título nobiliario, otros aseguraban que era un bastardo, otros que había renunciado a todo por amor, pero que su trágico amor juvenil había muerto, y por ello él no tenía pareja sentimental, referente a esto, se decía que él había estado involucrado en su muerte envenenándola, y otros aseguraban, que el culpable había sido su rival.
Otros más hablaban de que su madre, era famosa pero nunca lo quizo.
Lo cierto era, que él jamás hablaba de su vida personal, se mostraba distante, y cordial cuando era necesario, pero la mayor parte del tiempo solo guardaba silencio y se envolvía en esa aura de misterio, que era en realidad más exitosa que su verdadera personalidad, muchas veces introvertida, hiriente y sarcástica.
Cada vez que había una gala, Terrence llegaba solo, si bien, se decía que había un sinnúmero de hermosas mujeres que hacían las noches del actor menos solitarias, jamás aparecía con alguna de ellas colgada de su brazo, en las fiestas bailaba, coqueteaba, derrochaba encanto y discretamente pasaba una tarjeta de presentación a la elegida de la noche, para que se encontrara con él más tarde.
Terry entró en el lujoso salón iluminado, el ambiente era muy diferente a los formales eventos de la aristocracia, las mujeres aquí eran un poco más atrevidas, los vestidos más reveladores, el humo de los cigarros inundaba el lugar, y todos estaban un poco ebrios, las risas eran abiertas, escandalosas, y la atmósfera cargada de entusiasmo.
Caminó muy seguro por el lugar, saludando a directores y productores, besando galantemente manos de hermosas mujeres, pero sin detenerse por mucho tiempo, tenía su vista puesta en una hermosa rubia.
—Terry...
—Pensé que los demás estarían aquí.
—Terry, tenemos que hablar.
—¿Adelantaste la fecha de filmación?
—No, me temo, que hemos decidido tomar otra dirección.
—¿Otra dirección? ¿A qué te refieres John?
—Hay demasiados rumores sobre tu vida disipada, y la última película no dio el resultado que esperábamos.
—¿Mi vida disipada? Por Dios, Jacky, ambos sabemos que esto es Sodoma y Gomorra, no hay nada de que escandalizarse.
—Terry, la decisión es definitiva, nuestro principal inversionista se rehúsa a seguir adelante si tú eres la estrella, no tenemos el financiamiento necesario, y los estudios no están dispuestos a seguir adelante sin él. Me temo que deberás regresar el adelanto del proyecto que te dimos.
—Jacky, las cosas no funcionan así...
—Bien, tómalo como el adelanto de algún otro proyecto, pero este, definitivamente no se llevará a cabo contigo al frente. Ahora, sí me disculpas, tengo una tarde ocupada.
Terry observó como aquella mujer se ponía de pie y salía de la sala de juntas. Golpeó fuertemente la mesa con su puño, maldiciendo y recordando como justo eso había pasado en New York años atrás, poco después de la muerte de Susana, de pronto de ser famoso, exitoso, y tener más de una propuesta de trabajo, los teatros habían comenzado a vaciarse, los directores y productores a rehuirlo como a la plaga, lo mismo sucedía de nuevo, y Terry no sé extrañaría de enterarse, así como lo hizo antes en Broadway, el famoso inversionista, que ahora no lo quería en la película no era otro que Richard Grandchester...
Por más que odiara al duque, debía ser realista, tal vez era tiempo de regresar a casa, a Inglaterra, después de todo ya era tiempo, de hacerlo pagar cada humillación, cada golpe, cada fracaso, una vez más le robaría a una mujer de debajo de sus narices, después de todo, ¿quién mejor que él, el único hijo sobreviviente del duque, para velar por el legado de los Grandchester?
-.-.-.-.-
Tiempo después...Al otro lado del mundo en una majestuosa habitación, un hombre de unos 55 años bebía pausadamente una taza de Te negro, sus ojos denotaban tristeza, su tez pálida y cuerpo frágil combatían con fragilidad aquella terrible enfermedad que le daba la cuenta regresiva.
—¿Su excelencia deseaba hablar conmigo? Fue el llamado de un joven hombre de unos 40 años, su ayudante, confidente y mano derecha
— Charles, pasa por favor ordenó el hombre invitando a su locutor a tomar asiento Charles... ¿cuantos años tienes sirviendo a mi familia?
—25 años su excelencia, desde que mi padre
se retiró.
—Y has hecho un magnifico trabajo ...
—Gracias su excelencia Respondió el hombre de cabellos rubios, ojos azules y pequeño bigote
—Charles... tu mejor que nadie conoce el estado critico de mi salud .. Pronto partiré y mi hijo tomara mi lugar... Gracias a Dios mi hijo ahora es un hombre serio y muy responsable, pero hay algo que jamas pude darle, ni a él ni a su hermana y fue el apoyo incondicional de un padre. Quiero pedirte que tu seas su consejero por favor, así como los has sido conmigo y que lo ayudes en todo lo que necesite, sea en sus deberes o en lo personal. Te ruego también que la busques, su hermana, ella está aquí — Dijo mientras le enseñaba una dirección escrita a mano — Quiero que seas como un padre para ella, es un pedido especial
— Si ... si por supuesto su excelencia, sera todo un honor...
—¿Donde se encuentra él ahora?
— Salio a cabalgar su excelencia, después de eso tiene clases de economía y en la tarde clases de leyes
— Muy bien ... se que pronto culminara sus estudios, por favor te encargo que estés presente durante su examen final ante los catedráticos...
— Si su excelencia, no tenga preocupación alguna, su hijo esta mas que preparado, prácticamente ya maneja todo sin ningún problema. Y en cuanto a Candice, mañana mismo iré por ella.
Pasaron las semanas y el virus termino por vencer a aquel hombre de sangre noble, en su pecho llevo consigo el dolor de dejar hijos pequeños, el dolor de un amor que no pudo
ser, pero el regocijo de haber recuperado a su único hijo y a aquella niña que había rechazado por ser la copia exacta de su verdadero amor, no obstante, reflejado en aquellos ojos que le recordaron en sus últimos minutos de vida que el había amado con todo su corazón y había sido correspondido.— Su excelencia — Lo llamo una voz mientras aun observaba el cuerpo de su padre tendido en su lecho sin vida — Disculpe por ser inoportuno en este momento, pero tiene que prepararse para la sucesión — Le hablo Charles con voz delicada — Así lo dicta el protocolo
Aquel joven castaño lleno sus pulmones de aire, sabia que una nueva vida de responsabilidades, nobleza y títulos había empezado, se puso de pie y con la frente en alto salio de la habitación. Fue pulcramente bañado y acicalado, fue vestido con trajes de gala y fue llevado ante el Rey y la iglesia para recibir su nuevo nombre. Adornado con las insignias en el pecho, con la banda real en el hombro, fue bendecido y ungido por los sagrados oleos. Paso seguido se dirigió ante el Rey, se arrodillo sobre una de sus rodillas y agacho la cabeza. El peso de la espada fría y la fuertes palabras del soberano pronunciando sus nuevo nombre y cargo daba vida a un nuevo hombre.
El duque de Grandchester III.

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Tú, Mi hermano
FanfictionEn todas las historias hay enseñanzas, aunque puede ser que, en algunas, nos cueste encontrar el tesoro, o cuando lo encontramos es en cantidad tan exigua que el fruto tan seco y marchito apenas compensa el esfuerzo de romper la cáscara. Si este es...