Londres 2

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Pasaron las semanas y solo era cuestión de minutos para que la tía Elroy y los demás llegaran al puerto de South Hampton, solo con pensar en volver a ver a todos en Londres, ver ese puerto nuevamente, recorrer aquellas calles le hacían un gran nudo en la garganta, recuerdos felices y tristes se le agolpaban en el corazón. Sin dudas la época del Colegio San Pablo había sido la mejor de toda su vida.

— Albert...— Pronuncio suavemente llevándose una mano al corazón, sintiendo como este se agitaba en recordarlo ...— Ahora me doy cuenta de tantas cosas, fui una tonta, debí dejar mi orgullo, mi dolor de lado... Tal ves ahora estaría a tu lado y no en camino a este futuro incierto — Pensaba la rubia entre lagrimas — Pero fui cobarde , me encerré en mi dolor y deje que el tiempo pasara...

— Candy — Llamo una voz femenina a sus espaldas — ¿Otra vez estas pensando en Albert verdad?

—¿Como lo sabes? — Pregunto Candy a la morena, sorprendida por lo acertada que era.

— Por que tu ojos tienen una luz especial cuando lo recuerdas ... y después se vuelven tan oscuros y tristes

— Debí estar con él Annie ... o buscarlo al menos ... después de la discusión no hice nada ... fue tan rápido, Un poco después de ese día en que viajábamos a New York... Oh Dios mio Annie, ¡fui tan mala! Cuando lo vi, sabia que estaba asi por...  ¡y solo me fui! Después ese cóctel y aun así yo no hice nada mas que esperar que me buscara — Empezó a decir Candy desesperadamente como si un rayo de entendimiento le hiciera abrir los ojos después de tanto tiempo.

—¡Candy tranquila!

—¡Annie! Lo deje! ¡Le di la espalda! ¡Después de todo lo que él hizo por mi ! — Decía la joven rubia llorando desgarradoramente

— ¡Candy por favor basta! — Le dijo Annie fuertemente mientras la abrazaba — Candy deja de martirizarte por favor , es obvio que viejas heridas van a abrirse en Londres , en estos momento necesitas ser fuerte... a caso no recuerdas que Albert una vez te dijo que ¿eras más linda cuando ríes que cuando lloras? ¡hazlo por el! Lo hecho, ¡hecho esta! De nada sirve que te lamentes ahora.

— Necesito verlo Annie y no se donde esta... sin tan solo

— ¡Candy! Te prometo que te ayudare a buscar el paradero de Albert, pero por favor ahora necesitas calmarte o la tía abuela se dará cuenta, vamos tienes que ser fuerte.

—Perdóname Annie de nuevo estoy siendo muy egoísta, no debería agobiarte con mis problemas — Dijo la rubia sintiéndose avergonzada por su comportamiento

—¡Candy! — Llamo de pronto la voz de Emilia Elroy haciendo que ambas jóvenes voltearan nerviosamente —  ¿Candy porque estas llorando?

— Lo siento Tia Abuela es solo que Londres me trae recuerdos y...

—¡Candy! Mañana tendremos que presentarte como la heredera y espero que no estés dando esta clase de espectáculos frente a los Duques, reprime tus sentimientos y compórtate como la dama que eres, quiero que muestres felicidad y muchos deseos de casarte, ¿esta claro?

Candy respiro profundamente, tenia deseos de gritarle a esa vil mujer, ¿como era posible que se metiera hasta en sus sentimientos mas privados? ¿que quisiera controlar hasta el mas mínimo detalle ?

— Si Tía Abuela, le prometo que llegando a la recepción haré todo como usted dice, pero le ruego que ahora me deje disfrutar mis últimos minutos de libertad — Respondió a secas dándole la espalda, pues el comentario de la anciana la había molestado de sobre manera

— Por cierto, Los Leagan estarán con nosotros , espero que no tengas problemas con ellos , recuerda que son nuestros parientes y aunque William te concedió el capricho de alejarlos de ti, yo no lo seguiré permitiendo — Concluyó Elroy dándose la vuelta y retirándose del lugar

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— Lo siento su excelencia, mis hombres han hecho todo lo posible para conseguir información sobre la prometida del Duque Daniel Ratz, pero es imposible ... es un secreto celosamente guardado por los padres, ni el abogado de los Ratz tiene esa información, pero sabemos que la joven ya está desde esta mañana con su familia

— Hoy — Dijo Terry tocando su quijada y con una mirada muy seria

— Así es , se les presentara a ambos formalmente y según eso se podría anunciar un compromiso

— Ya veo , gracias Charles — Dijo el castaño con la mirada perdida y soltando un largo suspiro — Ya no te preocupes por ese asunto, ya no es tan importante, Por favor manda a llamar a la Señorita Dianalinda— Demando el castaño seriamente

— Si su excelencia, con permiso — Dijo Charles haciendo una reverencia y retirándose de la habitación

Terry se levanto de su silla y se encamino a su bar para servirse un generoso vaso de Whisky Escoces, tomo un gran sorbo y soltó una ligera sonrisa, en los últimos días había tenido el tiempo suficiente para reflexionar y darse cuenta que estaba sobre actuando y que probablemente se trataba de alguna chiquilla rica americana, la vida no podría ser tan tonta y ponerlo en esa situación. El joven Duque había decidido relajarse y pasarla bien con aquella joven que aunque no la amaba y apenas sentía un poco de cariño podía bien quitarle esa amargura y soledad que los perturbaba en las noches, podía hacerle olvidar y también fantasear con esa cabellera roja.

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—¡No entiendo mama! ¿Porque la tía abuela nos hace esto? ¿Por que me hace esto a mi?

— Eliza tenemos que cumplir, no podemos hacerle esa deshonra a la Tía Abuela, recuerda que la pobre se ha quedado sola con ese par de huérfanas.

—¡Es que no es justo! ¡toda mi vida me he esforzado por ser una dama! ¡Por agradarle! ¡Soy su sobrina de sangre! ¡Y no le importo! ¡Si no fuera por mi Candy estaría muerta! Nunca me ha buscado un buen partido, ¡solo le interesa Candy! ¿Por que a mi no me elije para casarme con un noble? — Regañaba la pelirroja muy molesta dentro del ala de la mansión que correspondía a su familia.

— Por que tu no podrías atrapar a un noble querida hermanita... — Fue la voz fría de Neal que descansaba cómodamente en un sillón largo.

—¿Que quieres decir con eso Neal? —  Le grito su hermana muy ofendida

— Eliza eres una joven simpática, de eso no hay duda, pero tienes que reconocer que Candy en los últimos años se ha convertido en una mujer realmente hermosa, no hay hombre que se le pueda negar... Sin contar con las generosas curvas que...

—¿Neal como puedes decir algo así? —  Le regaño Sarah poniéndose de pie muy molesta por los ácidos comentarios de su hijo

— Solo digo la verdad y ustedes solo son un par de envidiosas. La tía abuela es consiente de la belleza de Candy, así que sabe muy bien que por ahí puede enlazarla a la familia de la nobleza

—¡Eres un estúpido Neal! ¡Nunca te perdonare esa palabras! — Grito Eliza roja de ira

— La verdad duele hermanita, en fin ya me aburrieron, me voy al bar... ¡adiós! — Dijo el moreno levantándose y retirándose de la habitación dejando a ambas mujeres coléricas y llenas de resentimiento.

—¡Eliza cariño! No le hagas caso a tu hermano, solo esta dolido por el rechazo de esa mocosa y ...

—¡Basta mama! — Grito histérica la joven — Neal no ha dicho nada mas que la verdad —Dijo Eliza llorando amargamente, yo yo ¡no quiero ir! Me niego a que me hagan pasar tan grande humillación — Grito la pelirroja desplomándose en un sillón derramando todas la lagrimas posibles

— Perdóname Eliza, no llores por favor hija... que no daría yo por no verte así — Dijo Sarah agachándose para abrazar a su adolorida hija.

Tú, Mi hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora