Alease
Antes de ir a mi departamento pasamos a desayunar. Moría de hambre y prefería desayunar a solas con mi chico malo que compartir la mesa con alguien más. Me llevó a un pequeño restaurante en el centro de la ciudad. Era un lugar pequeño pero acogedor, servían unos ricos huevos con pancakes y café. Hacía tanto frío aquella mañana que sentía mis piernas heladas, cómo si me fuera a dar hipotermia, Devan me tuvo que comprar ropa para que no muriera de frío, se portó tan bien conmigo. No sentía pena al mirarlo a los ojos, o cuando me preguntaba cómo lo pasé la noche anterior, ya no quería meter mi cabeza en la tierra o que esta me tragara y me escupiera en China.
Debo aceptar que su confesión me tomó desprevenida, pero me gustó saber que no era la única que estaba empezando a desarrollar sentimientos por el otro. Que si algo salía mal no sería yo la que iba a terminar con el corazón roto, porque eso podía pasar. Devan no era bueno, todo su mundo era como él y yo era tan inocente en algunos aspectos que las cosas podrían terminar mal. Estaba consciente de eso también.
Estacionó su lujoso maserati frente al lote de departamentos, apagó el motor, se quitó el cinturón y se giró hacia mí.
—Lo que dije anoche...—se aclaró la garganta —. Fui sincero —me quité el cinturón y asentí —. No mentí.
—Tú nunca podrías mentir —me dio la razón con un asentimiento de cabeza.
—A ti nunca —sonreí. Subió la mano a la altura de mi mejilla dejando una suave caricia con sus nudillos —. Sabes que soy peligroso, ¿no?
—Sí —me mordí el interior de la mejilla.
—¿Y por qué no te alejas?
—Porque no quiero, no puedo —se acercó un poquito más —. Me gustas demasiado, Devan —puso una mano en mi nuca, ejerciendo presión, demostrando el poder que tenía sobre mí.
—Y tú me gustas a mí, lyubov —nuestros labios estaban a un centímetro de besarse —. Te juro que, si me dejas entrar en tu vida haré que cada segundo valga la pena, no te voy a romper el corazón, voy a cuidar de ti. Lo juro.
—No tienes que jurarlo, creo ciegamente en ti, zver' —un tipo de ronroneo abandonó su boca y sus labios se estamparon sobre los míos con ímpetu —. Solo demuéstralo —asintió de nuevo.
—Lo haré porque me importas demasiado y ya no te quiero lejos de mí —subí mis manos a su cuello, deslizando mis dedos suavemente por su piel, lo que provocó un jadeo bajito de su parte.
—Ya no quiero estar lejos de ti —dejó un golpecito en la punta de mi nariz.
—Ni yo de ti —nos dimos un beso corto.
—Sabes que tenemos que hablar con Declan, ¿verdad? —su rostro pasó de la felicidad a la preocupación en un segundo.
—Lo sé y temo que no se lo tome a bien, tú le gustas.
—Pero tú me gustas a mí y eso es lo que importa —suspiró cansado.
—Es que nunca lo había visto así de ilusionado con nadie, y tú...—puse un dedo sobre sus labios.
—Devan, me gustas solo tú.
—Lo sé, lyubov, lo sé —apoyó la frente contra la mía. Nos sumimos en un silencio que anhelábamos los dos, solo nuestras respiraciones y el leve soplo del viento golpeando al techo del auto, no había más ruido. No necesitábamos más. No quería más.
En ese momento, en el que parecía que nada malo podía pasar ya que todo se sentía tan perfecto, escuchamos dos golpecitos en la ventanilla. Nos separamos rápidamente cayendo en la cruel realidad. Devan me soltó y bajó del auto tan rápido como pudo hacerlo, salí detrás de él para enfrentarnos de una vez a Declan que nos miraba como si estuviéramos haciendo lo peor del mundo. Como si mereciéramos ir a la horca por traidores.
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No te acerques a Devan Hawke (COMPLETO)
RomanceHISTORIA EN PROCESO DE EDICIÓN +18 "Él nunca fue el bueno de la historia" Gracias por la hermosa portada a @anjoanmest ♥️