Capítulo 15. 🖤

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Devan

Su piel pálida hacía contraste con la tinta negra en mis manos. Mis dedos se paseaban por su cintura y subían por sus costillas para llegar a sus brazos, giré la muñeca para con mis nudillos acariciar la tersa piel de sus brazos. Levanté su mano para apreciar sus dedos, largos y elegantes, sus uñas estaban bien cuidadas al igual que sus dedos. Bajé mi mano para delinear con mis dedos la curva que se formaba en su cintura, estos se hundieron en su piel. Acerqué mi nariz a su cabello, todavía tenía impregnado el aroma del shampoo y ese peculiar olor que tanto me atraía de ella.

Estaba loco por esta mujer y decir lo contrario sería mentir, porque en estos momentos solo anhelaba estar con ella, besarla hasta morir, pasar mi lengua por su piel, despertar a su lado como lo estaba haciendo ahora mismo. Verla dormir y pasar mis dedos por su piel tersa, apreciar su bonito y delicado rostro, hacer a un lado su cabello y enredar uno de sus mechones en mi dedo para olerlo un poco.

Lyubov se movió un poco y se giró sin abrir los ojos, su rostro quedó cerca de mi pecho, sentí su tibia respiración en mi piel. Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. Dejé un beso en su frente, bajé una mano a su cintura para atraerla a mi cuerpo acurrucándose en él. Adoraba estos momentos a su lado donde no importaba lo que pasaba afuera nos refugiábamos en esta habitación, éramos ella y yo nada más.

—Me quiero quedar aquí —murmuró.

—¿Por qué?

—Me siento segura a tu lado, se siente tan bien —suspiró bajito —. No quiero irme de aquí.

Una sonrisa adornó mis labios, feliz y satisfecho por lo que acababa de decir.

—Yo también me quiero quedar a tu lado —murmuré, mis labios en su cabello —. Eres tan bonita, lyubov, me vuelves loco —puse dos dedos bajo su barbilla, la levanté para que me mirara a los ojos.

—¿Qué tan loco? —su voz salió un poco seductora y cada que hacía eso todo mi cuerpo se encendía. Su voz provocaba muchas cosas en mí.

Estoy demente.

—Mucho —nos mirábamos a los ojos —. No sabes cuanto —al decir esto me moví hacia ella para quedar arriba de su delgado y frágil cuerpo.

—Quiero verlo —se mordió el labio.

Hundí mi rostro en su cuello, mi lengua filosa salió en busca de su piel para lamerla y chuparla. Un rico gemido abandonó su garganta y mi pene reaccionó ante aquel hermoso sonido. Me sentía arder por dentro y quería follarla de una vez por todas.

—Nunca tengo suficiente de ti, lyubov —bajé al valle de sus senos, con una mano sostuve uno de ellos y lo llevé a mi boca para lamer su pezón. Bajé una mano a su sexo, trazando el contorno de sus labios y su clítoris, descendí un poco más y sentí en las yemas de mis dedos el calor de su excitación, era tibia y pegajosa.

—Devan...Ah —jadeó bajo mi toque.

Lyubov —subí a su boca para comerme sus labios en un beso ardiente, a la vez que la penetraba con mis dedos. Abría la boca para tomar grandes bocanadas de aire, su pecho subía y bajaba, su garganta se movía cuando pasaba saliva y cerraba los ojos.

—Por favor —subió sus manos a mis hombros —. Devan, por favor —suplicaba una y otra vez —. No me hagas esto.

—¿Hacerte qué? ¿Darte otro orgasmo? —enarqué una ceja. Mordí su labio otra vez.

—No creo que pueda más. Toda la noche...—se llevó una mano a la boca para cubrirla.

Mis dedos entraban y salían una y otra vez, se deslizaban de manera brusca, pero los movía delicadamente en su interior. Con mi pulgar estimulaba su hinchado clítoris, mordía sus labios sin compasión, lamí la gota de sangre que salió de estos y bajé a su barbilla para mordisquearla.

No te acerques a Devan Hawke (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora