Capítulo 32. 🖤

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Alease

Devan me dejó frente a la puerta del edificio, bajé del auto y subí corriendo las escaleras. Iba tarde a la universidad y todo porque nos quedamos dormidos. Nadie podía culparme por ello, tenía a mi lado a un gran hombre y en esos momentos solo quería quedarme con él toda la vida.

Crucé el pasillo a toda prisa y me detuve de golpe casi derrapando por el suelo, me sostuve de la manija de la puerta para no estrellarme contra la pared y tomé una larga exhalación. La garganta me ardía y tenía esa extraña sensación de cómo cuando has corrido mucho. Metí la llave a la cerradura e intenté no hacer ruido al entrar, pero Archie tenía el sueño más ligero que una pluma, así que cuando cerré la puerta este ya estaba parando la oreja desde su habitación.

Antes de poder dar un paso hacia mi habitación ya lo tenía de pie frente a mí, con el cabello enmarañado y los ojos cómo entrecerrados, adormilados. Se frotaba el rostro con los dedos.

—¿Qué día es hoy? —bostezó.

—Lo siento —me disculpé y encogí los hombros. Su expresión se puso seria.

—Nada de eso, me debes un desayuno —entornó los ojos y me miró de arriba abajo, cómo si me estuviera examinando. Buscando algo —. ¿Qué haces aquí?, creí que estarías con el papucho de Devan.

—Devan está abajo, solo vine a darme una ducha —expliqué. Dejé mi bolso sobre el respaldo del sofá, pero este resbaló y cayó.

—¡Santa madre de Jesús! —giró sobre sus talones y corrió cómo alma que lleva el diablo. Se apresuró y entró al baño. Hasta ese momento comprendió que se nos hacía tarde para ir a la universidad y esta vez ambos teníamos clases a primera hora.

—¡Archie! —me apresuré hacia el baño —. ¡Archibald! —aporreaba la puerta con los puños —. ¡Me iba a bañar, imbécil! —escupí.

—¡Ibas a bañarte, querida! —rio desde dentro.

—Tonto —giré recargando la espalda contra la puerta y me crucé de brazos.

—No te apuras, amiga, eres lenta —tras decir esto presté atención, pero no escuchaba el agua de la ducha, así que supuse que todavía no se estaba bañando.

—A todo esto, ¿por qué te estás duchando tan temprano? —indagué.

—Allá abajo está Devan y no quiero que me vea en fachas —respondió. A los pocos segundos el agua empezó a caer.

Menos mal.

—¿Ahora te preocupa que mi novio te vea en fachas? —el agua se detuvo, Archie salió y asomó la cabeza. Estaba desnudo y con el cabello mojado.

—¿Ya es formal? —me aparté de la puerta —. Bien hecho, tú no te vas por las ramas.

Quise empujar la puerta, pero a pesar de que es delgado tenía más fuerza que yo, además de que también era más rápido y cerró la puerta en mi cara.

—¡Auch! —me sobé la nariz —. Me rompiste la nariz —me quejé sobando la nariz.

—¡Devan te rompe el culo y ahí no dices nada! —abrí los ojos.

—¡Cerdo! —se carcajeó.

—¡No tardo! —informó. Rodé los ojos. Me di por vencida y entré a mi habitación para guardar algunos libros y cuadernos que necesitaba para ese día. Saqué la ropa que me iba a poner al igual que la ropa interior y los zapatos. En pocos minutos Archie apareció en mi puerta con una toalla enrollada en las caderas. Se pasó la mano entre los cabellos mojados.

No te acerques a Devan Hawke (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora