Capítulo 36. 🖤

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Devan

Observaba el celular esperando una llamada que tal vez nunca iba a llegar. Mi hermano no quería saber nada de mí, me odiaba por lo que sentía por Alease y que no planeé que pasara. Porque nadie planea algo así, solo se dio y estaba aprovechando la oportunidad que el destino me había regalado. Por nada del mundo dejaría a Alease, era mía en cuerpo y alma y las cosas seguirían así hasta que dejara de existir, solo así ella sería libre de mi dominio, antes no.

Entendía un poco a Declan, pero se me hacía un poco inmaduro de su parte que no entendiera que las cosas solo se dieron, que ninguno de los dos planeó lo que estaba sucediendo entre nosotros y que no lo hicimos con la intención de lastimarlo, aunque él creyera lo contrario. Estaba cegado por el odio y el rencor que lo consumía en ese momento. Quería entender eso y estaba seguro que yo me hubiera puesto peor si las cosas se hubieran dado al revés, pero joder, no entendía el punto al que quería llegar. Se estaba destruyendo por una tontería que solo le hacía daño a él. Yo no hubiera llegado a ese punto de hacerme daño para que él se sintiera mal.

En ese momento de mi vida me encontraba feliz con Alease y él andaba vagando por ahí, metiéndose en problemas y arruinándose la vida por un capricho. ¿Quién estaba sufriendo en ese momento, él o yo?

Exhalé en el momento que Alease llegó por detrás y rodeó mi cuello con sus largos y delgados brazos.

—¿Pasa algo? —preguntó dejando un beso en mi mejilla.

Pude decirle la verdad, que Declan no llamaba y que me preocupaba lo que estaba pasando con él. No le estaba yendo muy bien que digamos, pero tenía que hacerse responsable de sus actos.

—Sofí me llamó, pero ya no alcancé a responder —la miré y se veía feliz —. ¿Me vas a decir por qué fuiste al departamento? —indagué.

—Fui por algunas cosas —entorné los ojos —. Prometo que no es nada malo.

—Más te vale que así sea —le dije. Ella solo me sonrió.

—Voy a preparar una rica cena y vamos a pasar un rato agradable —se apartó unos centímetros.

—Todo el tiempo que paso a tu lado son agradables —confesé.

—Pero este lo será más —aseguró.

—No sé qué tramas y tampoco sé si quiero saberlo —musité.

—¿Por qué lo dices?

—Desde que despertaste andas muy cariñosa —me miró, ofendida.

—¿No puedo ser cariñosa con mi novio? —la miré entre confundido y sorprendido.

—Tu novio —repetí.

—El novio más guapo y sexi que puede existir en toda la tierra —dejó un beso en mi mejilla.

Me puse de pie con ella en mi espalda y la llevé hacia el sofá. La dejé ahí y ceñí mi cuerpo al suyo.

—¿Qué tramas? —mordí su labio y bajé por su cuello hacia el monte de sus senos. No llevaba puesto el sujetador, así que noté en el momento que sus pezones se pusieron duros.

—Nada, no tramo nada —aseguró. Gimió en el momento que mi lengua mojó la tela de la blusa que llevaba puesta.

—Dime —le exigí. Bajé hacia su ombligo con pequeños besos y pasé mi lengua sobre su piel lechosa.

—Prometo que te va a gustar —puse ambas manos en sus mejillas y la obligué para que me viera a la cara. Tenía las mejillas teñidas en carmín, los labios un poco rojos por mi beso salvaje y la mirada más linda que hubiera visto en toda mi vida.

No te acerques a Devan Hawke (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora