Capítulo 6. 🖤

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Alease

—¿Entonces? —Devan pasaba su dedo por el grueso tirante de mi vestido mientras yo bebía de la copa que el bartender dejó frente a mí. Estábamos en la barra ahora, a la vez que la "fiesta" se desarrollaba en la otra sala de este inmenso lugar.

Todo aquí gritaba lujo y dinero. No sabía exactamente a qué estaba dedicado este evento, pero creo que tampoco me importaba mucho si alguien cómo Devan estaba aquí, no es que lo juzgara, pero sí él estaba aquí podría haber más personas cómo él.

—No me voy a acostar contigo, Devan —mascullé dejando la copa sobre la barra. Le eché una mirada aniquiladora.

—¿Por qué? —frunció el ceño, se veía decepcionado.

Tus dotes seductores no funcionan conmigo, tonto.

—Porque no quiero repetir, contigo —aclaré —. Solo por eso. Además, no me puedes obligar a estar contigo todo el tiempo, esta noche sí porque pagaste por eso, pero los demás días soy libre de ti y tu presencia.

Menos mal.

No sé qué será de mí si te tengo así de cerca todos los días.

De nuevo acunó mi barbilla entre su mano, obligándome a mirarlo, enterrando sus dedos en mis mejillas. Estaba empezando a pensar que le gustaba dominar, era posesivo.

—¿Quieres apostar? —iba a decir algo, pero no me dejó hablar —. ¿Quieres ver cómo puedo evitar que estés con otros hombres y cada una de tus noches las pases conmigo?

—No puedes hacer eso, no eres tan...No puedes, es imposible —dije segura pero la mirada que me echó derrumbó esa confianza a la que me aferraba cómo un ancla.

Tu mirada me destruye, ruso.

—Claro que puede hacerlo, Alease, así que tú decides, lo haces por las buenas o lo haces por las malas.

—¿Y qué sino lo hago por las buenas? —su mano seguía en su lugar, no pensaba moverla de ahí.

—No te va a gustar que lo haga por las malas, lyubov, así que lo mejor que puedes hacer es pensar las cosas y decidir hacerlo por las buenas. No me hagas enojar.

—Idiota —lo aparté con furia —. No me puedes obligar a estar a tu lado, no eres nadie, no eres nada —me llevé la copa a los labios y me bebí lo último que quedaba dentro de golpe.

Me estaba haciendo enojar y por su bien lo mejor que podía hacer era parar con esto.

—¿Esto es algún tipo de obsesión o algo así? Porque si es eso me vas a obligar a ir con la policía y ponerte una orden de restricción —se carcajeó a mi lado, con toda la sorna del mundo.

Que ganas de golpearte, imbécil.

—¿Crees que la policía te hará caso? ¿Sabes para quien trabajan? —se recargó de la barra subiendo los codos a esta.

—¿Para ti? —ahora yo me reía de él —. Por favor, ¿piensas que te voy a creer? —su rostro se enserió de inmediato y ahí me di cuenta que no estaba bromeando.

—Pues créelo porque lo digo en serio. Te voy a dar unos minutos para que lo pienses —se acomodó la solapa del saco y se apartó. Cuando pasó detrás de mí sus dedos rozaron la piel desnuda de mi espalda y sentí un rico escalofrío recorrerme la columna.

Le pedí una copa al sujeto detrás de la barra y este se llevó la que ya había usado.

—¿Alease? —escuché una voz dulce a mi lado, al voltear Novalee estaba justo a mi lado derecho.

No te acerques a Devan Hawke (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora