Capítulo 4. 🖤

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Alease

El murmullo de las personas a mi alrededor me daban dolor de cabeza. No había dormido bien, exactamente no había dormido bien las últimas noches. Mi madre había llamado diciéndome que las cosas en casa no estaban bien, estaban pasando por una crisis muy fuerte y todo le estaba haciendo daño a papá.

Las ojeras bajo mis ojos eran la clara muestra de que no estaba bien. Los nervios hacían que tuviera la necesidad de sacar, a como diera lugar aquello que me estrujaba el pecho. Mis dedos eran un asco, mi cabello estaba seco y opaco. No había comido bien, ni siquiera ponía atención a los profesores e ignoraba a todo el mundo pues no podía pensar en nada más que no fuera en mis padres, en cómo lo estarían pasando en esta situación.

Había conseguido trabajo en una pequeña cafetería, pero apenas y salía para pagar la renta del departamento, tenía que buscar algo que me dejara más dinero al final del mes y no unos cuantos dólares. No quería ser un dolor de cabeza para mis padres.

—¿Me estás escuchando? —Archie movió su mano, queriendo llamar mi atención. Miró el plato frente a mí y volvió a mirar mi rostro, realmente me veía mal.

—La verdad es que no —con los dedos empujé la charola, no tenía apetito, no se me antojaba nada de lo que había dentro de la bandeja.

—¿Pasa algo malo? Oye ya sé que no te gusta hablar mucho de ti, pero lo que sea que esté pasando me puedes decir —con cuidado, Archie deslizó su mano por encima de la mesa y agarró mis dedos —. Llevamos un par de meses de conocernos, Alease, creo que ya hay, aunque sea un poco de confianza entre tú y yo.

Sonreí ante la dulce mirada de mi amigo.

—Mis padres están pasando por una crisis...económica —pasé saliva —, y aunque me dicen que todo está bien, yo sé que no. Mi madre está preocupada y necesito encontrar otro trabajo que me permita ayudarles.

—¿Trabajo? —Archie levantó una ceja.

—Sí, trabajo, de lo que sea —respondí.

—Hay un trabajo que te va a dejar mucho dinero —Archie miró a ambos lados —. No es nada ilegal, pero...

—¿Pero? —lo interrumpí cuando no dijo nada más —. ¿Pero qué? —insistí.

Habla, habla, Archie.

—La paga es muy buena cada mes. Las chicas ganan mucho acompañando a hombres millonarios a cenas o así —se encogió de hombros —. Eres muy bonita y tienes un hermoso cuerpo, cualquiera querría que pases una noche a su lado. No hay sexo —aclaró.

Menos mal.

No es que fuera una mojigata asustada por vender su cuerpo, pero no podía pensar en entregarme a un hombre cuando en mi cabeza no existía nadie más que Devan papacito sexy Hawke. El maldito se había quedado grabado en cada centímetro de mi piel y mi alma.

—¿Damas de compañía? —asintió —. No sé —me rasque la ceja —. Suena tentador, pero...

—Y lo es, si yo fuera mujer te juro que lo haría —murmuró —. Tú puedes, ya te dije que eres hermosa.

—¿Pagan muy bien? —de nuevo asintió.

—Hay una chica que hace eso y puede pagar un buen departamento en el centro, ropa de marca y no se preocupa por los libros que hay que comprar —aquello sonaba tan tentador —. Piénsalo.

—Pero...¿Cómo se hace eso o qué? —la sonrisa de Archie se ensanchó mucho más.

—Deja le pregunto a la chica y te digo cómo se hace.

No te acerques a Devan Hawke (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora