(+18)
Devan
Llegamos a la casa dónde pasé los mejores años de mi infancia al lado de mi madre. Detuve el auto y apagué el motor ante la atenta mirada de Alease, sabía que tenía preguntas que hacer y las resolvería todas, pero primero quería entrar a la casa ya que se avecinaba una gran tormenta, el cielo estaba cubierto con nubes negras y oscuras que cubrían la ciudad.
Le abrí la puerta y cogí su mano para que bajara del auto, me miraba ceñuda pero no decía nada. Cerré la puerta y me aseguré que estuviera bien cerrada para caminar hacia la casa y subir los escalones y quedar frente a la puerta. Saqué las llaves y me hice a un lado para que entrara, detrás de ella lo hice yo.
Al lado de la puerta había un perchero donde dejé mi saco. Alease no llevaba nada más encima que ese hermoso vestido y me sentí un estúpido por no pensar que podría tener frío.
—Estoy bien —creo que adivinó mis pensamientos.
—Vamos —la conduje a la sala. Encendí la luz y miró el lugar de hito en hito. Era pequeña a comparación que la otra casa, aquí solo había dos sofás, una mesita en medio, un mueble frente a esta con una pantalla y otro mueble con algunas fotos. Antes había algunas macetas de mi madre, pero estas se secaron poco después de su muerte,
—Necesito que me expliques que hacíamos en ese lugar y como es que permites que esto pase en tu ciudad —se sentó en el sofá, yo lo hice a su lado.
—Jacob ha estado en este negocio desde antes de que yo naciera, desde que mi padre se hacía cargo de los negocios. No hay manera de sacarlo o que deje de comprar y vender a esas niñas —señalé.
—Sí puedes hacer algo, Devan. ¿No sientes pena al saber que bajo tu mandato venden a esas niñas como si fueran basura? No lo son, no son un objeto, Devan —espetó. Me miraba con odio.
—Ya sé que no lo son, pero...
—¿Pero? —me miró ceñuda. Toda ella irradiaba enojo, odio, quizá hacia mí o tal vez hacia Jacob —. ¿Pero qué? ¿Dime cuál es el pretexto para no poder ayudarlas? Si yo estuviera en esa situación lo harías.
—No me digas estas cosas —le pedí —. No juegues con eso —apoyé mis codos en las rodillas.
—¿Qué harías si fuera yo la que cayera en las manos de ese viejo rabo verde? —negué de inmediato —. No estoy exenta de que me atrape, Devan —mi nombre salió escupido como si fuera veneno en su boca.
—No digas eso, tú no vas a caer en ese mundo —mi mandíbula se tensó. Sentía que mis dientes se iban a romper por la presión que ejercía en mi boca.
—Entonces ayúdame —se puso de pie y se arrodillo frente a mí —. Por favor —sus ojos se aguaron. Su barbilla empezó a temblar, no quería verla llorar.
—Alease...—no me dejó terminar.
—Devan, por favor. No voy a poder dormir al saber que ellas están sufriendo, que están siendo golpeadas y quien sabe que otras cosas —puso sus manos en mis piernas.
Una idea cruzó por mi cabeza, pero la descarté de inmediato, que estuviera en esa posición no ayudaba a mi sucia imaginación. Ahora solo podía pensar en tenerla chupando y lamiendo como si mi pene fuera una rica paleta.
—Devan...—su dulce voz me hizo regresar a mi realidad —. Me tienes que ayudar o sino...
—¿Sino qué? —enarqué una ceja —. ¿Qué vas a hacer?
—Ir a la policía y decirles todo lo que vi —me reí negando con la cabeza —. ¿De qué te ríes? No es gracioso.
—Es gracioso porque eres tan inocente, pequeña lyubov, la vida no es tan fácil como tú crees, es cruel y cruda. ¿Quién crees que le ayuda a Jacob para que siga haciendo lo que hace? —se puso de pie.
ESTÁS LEYENDO
No te acerques a Devan Hawke (COMPLETO)
RomanceHISTORIA EN PROCESO DE EDICIÓN +18 "Él nunca fue el bueno de la historia" Gracias por la hermosa portada a @anjoanmest ♥️