Eran las 2:00 PM, día miércoles, pero estaba tan oscuro como la noche.
Como el pronóstico había predicho, un monzón gigante golpeó Japón, cubriendo los cielos de Tokio con un manto de gruesas nubes oscuras que bloqueaban el sol. El cielo negro era iluminado sólo de forma ocasional por algún rayo errante que lo atravesaba, iluminando brevemente el suelo antes de ser seguido por un trueno ensordecedor. Y de todos los días, tuvo que ser hoy que el Jefe nos llamara para una misión urgente.
Chicos, ser un defensor de la justicia es duro.
La información que Fujiwara Eiichiro nos había proporcionado sería puesta en uso la misma mañana siguiente. Nos llegó un aviso urgente de la Guardia Costera Regional de Yokohama: habían interceptado el barco descrito por Fujiwara antes de que entrara a la Bahía de Tokio. El Jefe vino entonces a la oficina de nuestro departamento y nos dijo que nos equipáramos con equipo anti-terrorista, considerando la situación a la que nos íbamos a enfrentar.
Shiba y el Jefe intentaron disuadirme de ir, insistiendo en que yo ya había trabajado demasiadas horas esta semana y que estaba prácticamente muerto en vida. Pero claro, no era nada que uno no pudiera solucionar bebiéndose tres latas de MAX Coffee en rápida sucesión. El Jefe sólo pudo sacudir la cabeza ante mis acciones, mientras nos autorizaba a usar el equipo Tipo II.
—¿Por qué no nos dejaron usar armaduras Tipo III? —preguntó Shiba mientras se colocaba el chaleco antibalas.
—Los de arriba no creen que nos lleguen a disparar con rifles —le respondí sin cuidado—. Eso, y que no se pueden permitir la T3 para unos simples detectives como nosotros.
—Oh. —Su rostro no era el de alguien que creía estar usando ropa que potencialmente podría salvar su vida.
Fuimos llevados al muelle, donde nos reunimos con la élite de la Guardia Costera: el MSRT, Equipo de Respuesta Especial Marítimo. Japón se vio en la necesidad de crear equipos especializados para asegurar mejor la integridad de nuestras aguas, debido al alarmante aumento de actividad marítima, así como la de otros actores más indeseables. El Jefe nos dijo que el capitán del MSRT con el que íbamos a trabajar había formado parte del Grupo de Fuerzas Especiales en la JSDF, así que estaríamos en buenas manos. Nos hicieron subirnos en una de las tres lanchas semirrígidas, y nuestro trío de botes flotantes hizo su entrada a las turbulentas aguas de la Bahía de Tokio.
Mantuve una rodilla inclinada, mientras una de mis manos se agarraba de una cuerda para mantener mi cuerpo firme. La embarcación se agitaba y elevaba con el choque de las olas. De vez en cuando, el bote daba un salto y mi estómago daba un vuelco cada vez que estábamos en el aire, haciendo que agarrara la cuerda con aún más fuerza. El rocío del océano estaba por todas partes; podía saborear la sal mientras la neblina helada golpeaba mi rostro. Estaba absolutamente empapado.
—¡Pareces bastante acostumbrado a esto! —me gritó el capitán del MSRT.
—¡El legado de una juventud desperdiciada! —le grité de vuelta, por encima del sonido de las olas y los truenos.
Nos acercamos al buque de carga. Incluso desde la distancia, quedé sobrecogido por su tamaño. Nos empequeñeció por completo, con sus cientos de metros de altura y ni hablar de su largo. Apenas podía hacerme una idea de la escala. Dos remolcadores marcados con la insignia de la 3ra Guardia Costera Regional estaban colocados cada uno a un extremo del coloso. A pesar de su diminuto tamaño, tenían suficientes caballos de fuerza como para impedir que el carguero, mucho más grande, pudiera moverse en cualquier dirección. Se me informó de que la tripulación del barco se había reunido en el puesto de mando y que estaba todo listo para el abordaje.
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Incompleto
FanfictionLa graduación marca el fin de la juventud y del Club de Servicio. La comedia romántica no llega a nada, y la vida adulta acaba llevando a cada uno de los miembros del club por caminos completamente diferentes; en el caso de Hikigaya Hachiman, uno qu...