Capítulo 8.5: Inmemorial

159 24 1
                                    

Yukinoshita Yukino POV

Tan pronto me desperté, noté que el terrible diluvio de ayer había pasado, dando paso a una nublada mañana que envolvía al mundo fuera de mi habitación de hotel en un gris apagado.

Rápidamente me lavé los dientes y desayuné antes de abrir mi computadora en la mesa de madera que se encontraba junto a mi cama. En la barra de búsqueda escribí: "Declaración Universal de los Derechos Humanos, Artículo 5". Lo que me encontré fue el documento real del sitio web de las Naciones Unidas. Sorpresivamente, el Artículo 5 consistía en una simple frase.

—"Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes" —leí en voz alta, mordiéndome el labio inferior por la frustración.

¿Qué significaba esto siquiera?

No en el sentido literal, era bastante claro en ese sentido. Pero, ¿qué constituía un trato cruel, inhumano, o degradante? ¿Cuáles eran los criterios? Debía haber alguna clase de zona gris, ¿no?

¿Qué fue lo que realmente sucedió con Hikigaya-kun? ¿Qué fue lo que hizo?

¿Y por qué?

Todas esas eran preguntas que no pude sacar de mis pensamientos desde que escuché su testimonio en el tribunal. Desde que vi la forma en que su rostro parecía perder vida mientras el fiscal reducía las preguntas hasta tocar directamente su pasado.

Bueno, digo "pasado", pero sería más exacto llamarlo "historia reciente", en el tiempo que había pasado entre ahora y la última vez que lo vi.

Desafortunadamente, las respuestas a mis preguntas podrían venir de una fuente con la que dudaba hablar, incluso si nuestra relación había mejorado enormemente con el paso de los años.

Δ▼Δ

—¡Yukino-chan, por aquí!

Una voz fuerte y demasiado animada me saludó desde el otro lado del pequeño comedor. Sin duda, el número de miradas incómodas que sentí sobre mi persona se debía en parte a mi propia aparición, pero mayormente debido a la insistencia de mi hermana de ser lo más problemática posible. Crucé con rapidez el pintoresco restaurante y encontré a mi hermana sentada en una mesa de la parte lateral junto a una ventana, con arbustos verdes al otro lado.

—¡Nee-san! —mascullé con rabia en voz baja mientras tomaba asiento—. ¿Qué te dije sobre hacer estas cosas en público?

—Ehhhhhhh, ¿que no lo hiciera?

—¿Y qué es lo que acabas de hacer?

—¿Hacerlo?

—¡Sí! ¡¿Y por qué lo haces a pesar de que te dije que no lo hicieras?!

—Pero Yukino-chan, ¡yo sólo quería expresarte mi amor de hermana! —Me dirigió una brillante sonrisa que provocó un tic en mi ojo.

—No sé por qué me molesto —suspiré cansadamente mientras tomaba el menú.

—Vamos, vamos, puedes concederme esto al menos, ¿no? —negoció Nee-san, con una mirada traviesa en sus ojos—. Después de todo, es muy raro que me llames.

Aclaré mi garganta—. Sí, bueno... se trata de –

—¿Hikigaya-kun? —Nee-san me interrumpió, mirándome con ojos entrecerrados, con la diversión evidente en su rostro. La intensidad de su mirada me hizo sonrojar ligeramente, y me costó mantener la compostura.

—S-sí. En realidad, sucedió algo, y necesitaba tu ayuda.

—¿Oh? ¿Un problema que tú no puedes resolver? Debe ser bastante complicado entonces.

IncompletoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora