Capítulo 18: Su desistimiento

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Yukinoshita me llamó durante la mañana para informarme que la sesión de la corte que estaba fijada para dentro de dos días había sido atrasada una semana más. Sin nada urgente que hacer, decidí ir al campo de tiro que estaba debajo del departamento de policía, y para mi sorpresa, Shiba me acompañó.

Se paró en la cabina con una expresión de concentración y vació el cargador de su pistola en un blanco que estaba a una buena distancia. En las manos de Shiba había un objeto poco común: una Sig Sauer P220. Mi compañero había añadido una pistola más moderna a su arsenal luego del incidente terrorista, afirmando que necesitaba estar mejor preparado para situaciones inesperadas. Aunque Japón era más seguro que la mayoría de países, el crimen seguía aumentando.

Mis ojos se fijaron en la postura de Shiba, la cual era una Weaver de libro. Sin embargo, sus disparos llegaron a todas partes: al torso, pecho, y hombros. Sólo tres de las siete balas dieron en el objetivo.

La postura Weaver era una técnica de tiro creada en Estados Unidos durante los años 50 por el jubilado diputado del condado, Jack Weaver. Originalmente había sido concebida como una manera de ganar competiciones de tiro. Mientras que sus competidores sacaban rápidamente el arma e intentaban disparar con precisión desde la cadera, Weaver se tomaba unos preciosos segundos extras para poner el arma a la altura de sus ojos y usar las miras del arma para alinear un disparo preciso antes de disparar.

Esta técnica de llevar rápidamente el arma a la altura de los ojos y luego disparar con precisión se le conoció como la postura Weaver. Se hizo popular entre los entusiastas y eventualmente proliferó por todo el mundo. Era conceptualmente fácil de entender, y probablemente conocida por la persona promedio, lo que la convirtió en una técnica común para que los principiantes aprendieran.

Cuando Shiba disparó la última carga y comenzó a recargar me acerqué a él, tocándole el hombro. Los dos nos quitamos las orejeras y se volteó para mirarme.

—Tu postura necesita algo de trabajo —le dije con franqueza—. Eres demasiado rígido.

—¿Demasiado rígido?

—Sí, te enseñaré, vuelve a la postura.

Shiba asintió y posicionó su cuerpo en la postura Weaver.

Extendí la mano y comencé a ajustar la posición de sus brazos y de su cuerpo—. El brazo de abajo necesita estar más doblado, le da mejor soporte al brazo que sostiene el arma. La idea es tener un agarre de jale y empuje. Empujas con el brazo del arma y tiras con el brazo de soporte para estabilizar el arma.

Dejé que sintiera los cambios y me miró confundido mientras me hacía una pregunta—. ¿Qué hay de la puntería? Esto es sólo para mitigar el retroceso, ¿no?

—Preocúpate de la puntería cuando tengas el retroceso bajo control. Relaja la espalda, úsala como amortiguador para las fuerzas que sienten tus brazos, así podrás mantener la precisión en tiros seguidos.

Shiba asintió y dijo que iba a intentarlo una vez más. Nos volvimos a colocar las orejeras amarillas y me dediqué a observarlo. Se posicionó con cuidado en su postura Weaver y comenzó a disparar. Pude ver una mejora inmediata, seis de las siete balas dieron en el blanco, y tres de ellas se juntaron en el torso.

Shiba me dio las gracias y yo le enseñé el pulgar en señal de aprobación. Viendo su éxito, decidí hacer una prueba. Saqué mi P30L con el compensador ya puesto. Me coloqué en mi propia postura, pero antes de comenzar a disparar, noté que Shiba me estaba mirando de forma extraña. Nos volvimos a quitar las orejeras.

—¿Qué sucede? —le pregunté.

—Nada, es sólo que tu postura se ve extraña.

—Oh, ¿esto? Es una modificación de la postura Weaver.

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