Capítulo 17: Choque de titanes

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"Zorro".

Según Merriam Webster, aquella palabra podía ser definida como "cualquiera de los diversos mamíferos carnívoros pertenecientes a la familia de los cánidos, pero más pequeños que los lobos, con patas más cortas, hocico más puntiagudo, orejas largas, y una cola larga y espesa".

En resumen, los bastardos escurridizos eran (por lo común) bolas de pelo anaranjadas con patas, que corrían por los campos como si éstos les pertenecieran. Grandes alimañas, una molestia para cualquier sociedad agraria compleja.

No se puede confiar en un zorro. ¡Demonios, parecen perros, pero suenan como gatos! Esto probaba que eran seres engañosos a una escala genética, como evidenciaba su conspirador fenotipo.

Son famosos por robar ganado y comida de agricultores descuidados. Robarán dos gallinas delante de ti, y una tercera cuando no estés mirando. Cuando vayas en busca de tu propiedad, te sentirás aliviado de encontrar a esas dos gallinas perdidas. Felizmente ignorante de tu pérdida neta, y sin saber que tu ave restante estaba siendo devorada por un zorro engreído en algún lugar del bosque.

Su habilidad para evadir a los cazadores provocó que el valor de su piel se disparara. Atrapar a un zorro era toda una hazaña, pero buena suerte con eso, sus madrigueras son túneles lo suficientemente complejos como para rivalizar con el sistema ferroviario japonés, con múltiples salidas y entradas llevando a quién sabe dónde. Los zorros siempre tienen planes de respaldo. Siempre están maquinando. Se aseguran de siempre sacar provecho al final de un conflicto, incluso si pierden; una victoria en la derrota.

En la mitología y en la cultura, se muestran como seres inteligentes y engañosos. Los zorros manipulan a los tontos con una elegancia casi cómica. Y al igual que en la vida real, son astutos. Sus planes siempre son elaborados, pero a la vez atrevidos y audaces. Todo ello les permite alcanzar sus objetivos.

¿Mi teoría? El zorro es símbolo de tres características principales:

Calculadores: hallan métodos inteligentes y únicos a los problemas para así humillar mejor a su presa. Constantemente haciendo nuevas operaciones enrevesadas para mantener su mente ocupada, y la de su oponente adormecida para impedir que les sigan el ritmo.

Engañosos: primero engañan tus sentidos, luego tu razonamiento, para finalmente engañar tu cuerpo. No se puede confiar en nada al pie de la letra con los zorros.

Manipuladores: capaz de incitar la gente a su alrededor para que hagan el trabajo duro, y luego aparecerse para reclamar el premio sin esfuerzo.

Y no podía pensar en nadie que encajara mejor con esta descripción que la chica que ahora mismo se encontraba parada en mi puerta, observándome con una mirada atontada: mi astuta ex-kouhai, Isshiki Iroha.

—¿Sí? —pregunté, con mi breve palabra saliendo casi como un ladrido.

Isshiki me miró a la cara, se ruborizó e inmediatamente se inclinó—. ¡P-perdóneme! Debo haberme equivocado de apartamento, siento haberlo molestado.

Me sentí obligado a cerrar la puerta sólo para salvarme de la vergüenza. Cuando la puerta se cerró, escuché el sonido de Isshiki respirando profundamente desde el otro lado, como si acabara de salir de un profundo chapuzón.

Mi teléfono vibró al recibir un mensaje de texto de la chica en cuestión.

[¡SENPAIIII (●o≧д≦)o! ¡¿De verdad me enviarte el número de apartamento correcto?! ¡No puedo creer que pensaras que era necesario mentirme! ¡¿Cómo pudiste?! ( ͒˃̩̩⌂˂̩̩ ͒)]

Esto tenía que ser un crimen en alguna parte. ¿Alguien podía acusar a esta chica de abuso de signos de exclamación? Y ya que están, llévenla a confinamiento solitario.

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