Capitulo 4

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Dimitri

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Dimitri

Han pasado cuatro días desde que supimos que habría un operativo y hemos cuidado cada detalle y movimiento que se hace dentro de la Bratva, pero parece que el operativo no será pronto ya que no hemos notado ningún movimiento extraño.

No siento que sea un buen plan, algo me inquieta, que se vayan por separados ya no me parece tan buena idea, seguro solo estoy paranoico, pero tampoco puedo descuidar el tráfico de armas, con eso estoy abarcando mucho terreno y con suerte podre desestabilizar a la mafia italiana, no me gusta el poder que ejercen, pero pronto se los quitare.

Llevo años intentando que las demás mafias me vean a mi como el jefe de las mafias, del mundo criminal, que me vean como a un puto Dios, que sepan que soy el Boss y que nadie tiene más poder que yo, pero en eso está el problema, en que Piero Masseria líder de la mafia italiana es difícil de derrocar además de que tiene una fuerte alianza con la mafia alemana, he tenido tratos con él, pero no quiero eso, yo quiero más poder del que ya tengo y lo conseguiré.

— Señor los cabecillas están listos para ir a los burdeles — me avisa uno de los vory.

— Bien, autoriza su salida y que lleven gente como protección no quiero arriesgarme a que me quiten a alguno — le digo pasándome el mal sabor que traigo desde que inicio el día.

— Si Boss — dice saliendo de mi oficina. 

Me dirijo en busca de mi hermana para ir al burdel que nos corresponde subiéndonos a la camioneta que nos llevara a nuestro destino.

Este mal presentimiento que tengo solo me hace estar más ansioso, la última vez que tuve un mal presentimiento como este fue de niño, el día que más me dolió perder a alguien, no sé qué fue de esa persona, pero de lo que si estoy seguro es que la mafia italiana algún día pagara el daño que me hicieron al llevarse a esa persona.

Al llegar al burdel nos bajamos y entramos, dos hombres más vienen escoltándonos y yo observo todo a mi alrededor, al voltear veo a alguien de espaldas, siento que la conozco, pero me quito esa idea de la cabeza, seguramente solo es una de las sumisas más que me he cogido, siempre las elijo de aquí, son las más finas.

Mi hermana camina a lado mío mientras nos dirigimos a la oficina de Blat el proxeneta del burdel, ese tipo nunca me ha caído bien, pero debo de admitir que sabe cómo conseguir sumisas y esclavas de buena calidad, lo que ayuda mucho para mis negocios y más para cerrar los tratos dándoles mujeres a mis aliados.

— Boss — se levanta de su silla cuando me ve entrar a su oficina — Señorita Sigareva — dice cuando mi hermana entra después de mi — No los esperaba tan pronto — al instante puedo escuchar su nerviosismo.

— Ya paso mes y medio desde nuestra última visita y quiero mis cuentas claras — le informo.

— Querido siéntate y muéstranos las cuentas y movimientos, tenemos mucho que revisar — Le dice mi hermana y él saca todos los documentos además de varios portafolios con lo que supongo es el dinero que tiene que darnos.

Sádica y trastornadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora