El diablo un día fue un ángel, pero cuando las circunstancias lo ameritan ese ángel puede volverse el diablo, así como unos simples niños pueden volverse demonios.
La vida le dio tantos golpes que la dejo trastornada y envuelta en un sadismo que int...
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Dimitri
No se que fue lo que la altero de esa manera, pero si se que necesitaba apoyo y lo fui, ella ya me dejo en claro que solo somos un trato que nos beneficia y eso es cierto, pero por lo menos quiero que nos llevemos bien y si necesita tener a una persona con ella estaré ahí aunque me odie.
Tenerla dormida en mis piernas me da una sensación satisfactoria, pero no logro identificar el porqué, me siento pleno y como si tuviera todo estando con ella. Dejo de acariciar su cabello cuando me doy cuenta de hacia dónde van mis pensamientos y solo me quedo ahí viéndola dormir.
Pasando unas horas aterrizamos en la central y soy cuidadoso al despertarla, ella comienza a abrir sus ojos y se sienta en el sillón para poder despertar completamente, cuando lo logra tomas sus cosas y yo las mías, procedemos a bajar del avión donde veo a un hombre con el que mi mafia tiene tratos y no comprendo que hace aquí.
El al verme frunce el ceño y después voltea a ver a Aisha y ahí es donde sus facciones se suavizan. Ella llega a el y el la toma por la cintura dándole un abrazo más que fraternal o amistoso, siento como mi estomago se contrae. Ella se libera de su agarra y yo camino a ella para colocar mi mano en su cintura y pegarla a mi cuerpo.
— Boss — dice el hombre.
— La verdad es que no recuerdo tu nombre — le digo como si no tuviera importancia y Aisha me ve como si no lo entendiera.
— Soy Kurt Gross, ministro en la organización — me aclara.
— Oh claro, Gross, recuerdo el apellido.
Noto que Aisha se remueve un poco incomoda por como la pego a mi cuerpo, pero no dice nada.
— Te pediré que para la próxima no abraces como lo hiciste con Aisha hace un momento — le exijo.
Su cara es de desconcierto — ¿Y por qué te haría caso a ti? – voltea a ver a Aisha y ella no dice nada así que decido hacerlo yo.
— Porque es mi prometida y no me gustar verla con otro hombre — aclaro y Aisha en ese momento se suelta de mí.
— ¿Qué demonios te pasa? — me pregunta.
— Nada, solo aclaro que serás mi esposa — digo.
— Por una maldita alianza, no porque te ame — da la vuelta a ver a Gross y la cara que tiene no sabría como describirla más que decepción — Déjame explicarte Kurt.
— ¿Te vas a casa? — pregunta.
— Si, pero no por las razones que piensas — habla rápido.
— Me rechazaste después de llevar años juntos y ahora te vas a casar — afirma — gracias por demostrar lo mucho que me amabas — da la vuelta con intención de irse pero ella lo toma del brazo.
— Yo te amo Kurt, aun lo hago, no me voy a casar por amor, es por estrategia y no lo quiero hacer, pero tengo que — le intenta explicar.
No me gustan sus palabras <<Lo ama>> es lo que mi cerebro capta y odio que esas palabras salieran de su boca.