Capitulo 36

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Dimitri

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Dimitri

La cargo fuera del auto, no puede estar más ebria de lo que esta en este momento, me adentro en su casa y la señora Parking esta con su bata de dormir esperando, ella se levanta y la observa, niega con la cabeza y simplemente le da un beso en la cabeza a la inconsciente Aisha.

— Gracias por ir por ella — me dice.

— No tiene que agradecer, siempre iré por ella.

Ella sube las escaleras y yo voy detrás de ella, me hace el favor de abrir la puerta de la habitación de Aisha y así es como me adentro en ella, la dejo sobre la cama y me muevo al armario buscando una de sus pijamas, se la coloco y la acomodo en la cama, me recuesto a su lado y me quedo contemplando el techo.

Ella se siente mal, pero yo también, también quiero un hijo, quiero un heredero y jamás la culparía de algo así, ella no tiene la culpa y sé que lo único que puedo hacer por ella es mostrarle mi apoyo y que estaré con ella.

La escucho moverse y noto que lo que pasa es que va a vomitar así que me levanto yendo al baño rápidamente por el bote de basura y se lo pongo a un lado, le tomo el cabello, se lo amarro para que no se lo manche, ella continúa vomitando y cuando se detiene esta un poco más consciente, se pone de pie, pero me agarra del brazo para no caer, se cepilla los dientes y regresa a la cama quedando completamente dormida.

La veo dormir y no me puedo ni imaginar la batalla interna que tiene, tiene derecho a sentirse mal, pero nunca a dejarse caer y para estoy yo, para recordarle que por mucho que le duela tiene que seguir adelante. Me mantengo en silencio pensando hasta que el cansancio me vence y me quedo dormido.

Despierto cuando escucho algunos ruidos y comienzo a moverme, después me siento en la cama y veo que Aisha ya no está, se escucha el sonido de la ducha por lo que supongo que se esta duchando y por muy tentador que suena ir con ella le doy su espacio para que se pueda relajar y tenga unos momentos a solas.

Me levanto y voy al ducharme en el baño que esta en el pasillo, al salir noto que la habitación de Zoa tiene la puerta abierta y efectivamente ella esta sacando sus cosas, no le digo nada, ella sola se dará cuenta de las cosas, así que sigo mi camino a el cuarto de baño, me aseo y salgo con una toalla en la cintura para regresar al cuarto de Aisha.

No la veo en el cuarto así que solo me visto y bajo a desayunar, ella está ahí sentada en uno de los banquitos con una cara de querer morir por la resaca y la señora Parking como buena madre maldosa le esta preparando unas empanadas, a mi por supuesto que se me antojan, pero cuando uno tiene resaca lo único que quiere es comida que no sea tan seca.

— ¿Cómo amaneció la Sádica ebria? — le pregunto y cuando paso a su lado le doy un beso en la mejilla.

— Mal, puedes bajar tu voz porque me duele la cabeza — deja caer su cabeza sobre su brazo en la barra.

Sádica y trastornadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora