Aisha
Intento despertar, pero los ojos me pesan y el dolor de cabeza me hace quedarme quita, no me muevo, siento como si me hubieran atropellado, me da miedo abrir los ojos y notar que no escape y solo fue un delirio mío, pero me digo que debo ser valiente y enfrentar los retos que la vida me pone, así que sin más abro los ojos y noto que no me encuentro en la jaula, ni en la habitación donde me curaban.
Intento moverme un poco pero el cuerpo me duele y decido quedarme así para no lastimarme más, muevo mi cabeza a mi lado y veo a Kurt dormido, no lo despierto, seguro se quedo toda la noche cuidándome y no lo molestare aún.
Tal vez me pase un poco con la reacción que tuve con Dimitri, el fue con Kurt a buscarme y yo lo rechace de esa manera, pero la verdad quería estará con alguien en quien confiara verdaderamente, pero no fue justo como lo trate.
Me sumo en mis pensamientos y el enojo que empieza a crecer en mi se me hace difícil quedarme quieta, me fui con ellos porque no tenía opción, pero cumpliré mi amenaza, ellos pagaran y desearan nunca haberme conocido, ellos se atrevieron a tocarme y yo no paso por alto nada.
Kurt a lado mío comienza a moverse y como siempre lo ha hecho se sienta en la cama para lograr despertar, cuando lo consigue analiza la habitación y cayendo en cuenta donde esta voltea rápidamente a verme con la preocupación en su cara.
— Buenos días — le doy una sonrisa.
— ¿Cómo te sientes? — se acerca a mi acunando mi cada en su mano y aunque me tenso trato de relajarme.
— He estado mejor — pongo una mueca de disgusto.
— Lamento no haber estado para ti cuando necesitabas protección — suena arrepentido.
— No tienes que lamentarlo, no lo sabias y tampoco estábamos en tan buenos términos en ese momento.
— Yo te dije que siempre estaría para ti aunque estuviera molesto y no lo he cumplido, pero me cuesta mucho controlar mis emociones cuando estas cerca de el — confiesa.
Me quedo callada unos segundos e intento sentarme en la cama y al ver que no lo logro el me ayuda soportando mi peso para que no haga esfuerzo y coloca las almohadas detrás mío, me acomoda y se vuelque a quedar a mi lado.
— Lamento mucho todo lo que ha ocurrido entre nosotros, yo nunca he sido una persona que se deje llevar por sus emociones y creo que lo demostré al decidir no casarme contigo porque no me conocías del todo y después al quitarte tu puesto, tampoco me dejo llevar con mis emociones ahora que no quiero casarme, pero que es necesario para mantener una alianza más y tener el poder que siempre debió ser mío — no dice nada y me observa mientras hablo — no quiero casarme, pero es mi obligación hacerlo y mis sentimientos no pueden interferir porque por más que quiera salir corriendo no echare por la borda lo que he conseguido en años.
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Sádica y trastornada
Teen FictionEl diablo un día fue un ángel, pero cuando las circunstancias lo ameritan ese ángel puede volverse el diablo, así como unos simples niños pueden volverse demonios. La vida le dio tantos golpes que la dejo trastornada y envuelta en un sadismo que int...