Aisha
Me despierto antes de que lo haga Dimitri, me siento adolorida del cuerpo, ayer cuando volvió a la habitación me follo como si fuera un animal, no puedo negar que lo disfrute, pero ahora lo de anoche me pasa factura con la manera en la que me duelen los músculos.
Me levanto de la cama y voy a mi habitación donde las cobijas ya se encuentran cambiada y todo esta en orden como si aquí anoche no hubiera ocurrido nada, tomo una ducha y me coloco ropa cómoda, no es normal verme en pantalón de deportes, tenis y blusa de tirantes, pero hoy no tengo ganas de arreglarme en lo más mínimo.
Me cuesto en mi cama y me quedo dormida un largo tiempo hasta que siento que alguien comienza a besarme la cara y ahí es cuando despierto, teniendo a Dimitri a un lado en solo un pantalón de deportes y con su pecho descubierto.
Me salí de la habitación porque el hecho de despertar junto a él nos hace ver como una pareja, cosa que no somos y me niego a que seamos, pero tal cosa parece no importarle a el al despertarme como si tuviéramos años de relación.
— Te fuiste — su tono suena decepcionado << o tal vez solo es mi imaginación>>.
— Quería dormir un poco y en cuanto tu despertaras querrías follar y estoy agotada.
— O sea que te querías deshacer de mi — afirma.
— Solo quería unas horas más de sueño.
— Bueno pues eso no se va a poder porque vamos a ir a que te broncees y ya que en rusia no lo puedes hacer y yo quiero admirar lo lindo que se vería tu cuerpo así — pasa una mano sobre mi abdomen y comienza a levantar la blusa poco a poco.
— No tengo ganas de cambiarme.
— Pues no lo hagas, ven así conmigo y te desnudas bajo el sol — yo solo ruedo los ojos.
— Tu lo que quieres es verme desnuda — digo como si eso fuera un conflicto cosa que para mi no lo es.
— Siempre quiero verte desnuda — me da un beso no muy profundo y después se levanta de la cama.
Camina a la puerta y al abrirla se detiene para indicarme que vaya así que me levanto y camino a él, cuando paso por delante el me da una nalga que a decir verdad disfruto, pero lo disimulo dándole una mala cara.
Salimos de la casa y tomamos el camino en dirección a la piscina donde él se baja los pantalones y le doy cuenta de que no trae nada bajo ellos por lo que queda desnudo al aire libre.
— Vamos, estoy esperando a que te quites la ropa para tomar el sol — me indica.
No dudo en quitarme la blusa y dejar al aire mis pechos ya que no llevaba sostén y me bajo el pantalón quedando solo en bragas. Doblo mi ropa y la dejo en una de las mesitas que se encuentran entre los camastros y tomo lugar en uno.
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Sádica y trastornada
Teen FictionEl diablo un día fue un ángel, pero cuando las circunstancias lo ameritan ese ángel puede volverse el diablo, así como unos simples niños pueden volverse demonios. La vida le dio tantos golpes que la dejo trastornada y envuelta en un sadismo que int...